Papa, obispos y moralidad de las terapias de conversión de la homosexualidad

Papa, obispos y moralidad de las terapias de conversión de la homosexualidad

El obispo secretario de la Conferencia episcopal Española y unos pocos obispos más, han declarado que no aceptan las terapias de conversión para cambiar la tendencia homosexual en heterosexual. No razonan ni argumentan nada que yo sepa, y el secretario de la Conferencia ep. Española ha alegado sólo que el Papa no las acepta.

Parece que el Papa Francisco manifestó esta postura en un diálogo con algunos obispos. Un Papa, creo que fue S. Pio X, dijo que las conversaciones particulares del Papa no son Magisterio y que no se podía alegar las mismas como tal. Lo normal en las decisiones magisteriales es alegar razones y argumentos que justifican la enseñanza dada, se apela a la ley natural, a la Sagrada Escritura…

Las fuentes de la moralidad son objeto, fin y circunstancias (Catecismo de la Iglesia Católica promulgado por Juan Pablo II nº 1750-1756).
Si el fin de los terapeutas es ayudar a las personas con tendencia homosexual que voluntariamente lo piden y / o ganar dinero haciendo ésto, si quieren el dinero para hacer mal o tienen otros fines malos, éstos serán pecados de los terapeutas, no afecta a la terapia en sí.

Si el fin de la terapia y su objeto es cambiar la inclinación homosexual -que es objetivamente desordenada como enseña el Catecismo nº 2358, nueva edición conforme al texto latino oficial de 1997- por la heterosexual; y si las circunstancias en que esto se hace y los medios que lo procuran no son atentatorios a la dignidad humana, entonces éstas terapias son buenas pues es lícito intentar ordenar lo desordenado por tanto las leyes que lo prohíben son inicuas y no son leyes de verdad.

Lo dicho es obvio y evidente, pero como estamos en los tiempos profetizados por Chesterton en que hay que combatir por afirmar que la hierba es verde, me ha parecido oportuno escribir lo presente. Salvo algunas excepciones honrosas echamos de menos a obispos de antaño que clamaban contra las leyes inicuas.

Francisco Suárez pbro.
Valencia

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