Parece ser que ha sido llegar Donald Trump a la Casa Blanca y los obispos de Estados Unidos han despertado tras cuatro años de siesta.
El presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, el arzobispo castrense Timothy P. Broglio, ha ofrecido una declaración sobre las recientes órdenes ejecutivas firmadas por el presidente Trump.
El arzobispo Broglio, asegura que «muchas de las cuestiones que el presidente Trump aborda en sus recientes órdenes ejecutivas, junto con las que se puedan emitir en los próximos días, son asuntos en los que la Iglesia tiene mucho que ofrecer».
El presidente del episcopado estadounidense asegura que «algunas disposiciones contenidas en las órdenes ejecutivas, como las centradas en el tratamiento de los inmigrantes y refugiados, la ayuda exterior, la expansión de la pena de muerte y el medio ambiente, son profundamente preocupantes y tendrán consecuencias negativas, muchas de las cuales perjudicarán a los más vulnerables entre nosotros». No obstante, reconoce que otras disposiciones pueden verse desde «una perspectiva más positiva como el reconocimiento de la verdad sobre cada persona humana como hombre o mujer».
Asimismo, el arzobispo Broglio ha reiterado que «la Iglesia Católica no está alineada con ningún partido político, como tampoco lo está la conferencia episcopal». «No importa quién ocupe la Casa Blanca o tenga la mayoría en el Capitolio, las enseñanzas de la Iglesia siguen siendo inmutables», añade Broglio en su declaración.
Para finalizar, el arzobispo castrense ha asegurado que «nuestra oración es de esperanza para que, como nación bendecida con muchos dones, nuestras acciones demuestren un cuidado genuino por nuestros hermanos y hermanas más vulnerables, incluidos los no nacidos, los pobres, los ancianos y los enfermos, los migrantes y los refugiados. El Juez justo no espera menos».