El presidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Luis Argüello, ha recibido en la mañana de este miércoles en Añastro (sede de la CEE) a la ministra socialista de Igualdad, Ana Redondo.
La ofensiva del Gobierno socialcomunista contra la Iglesia se ha agudizado estas últimas semanas a raíz de la polémica generada con las llamadas «terapias de conversión» y la negación de la comunión al alcalde del PSOE de Torrecaballeros al ser público que vive en pecado al convivir con su pareja del mismo sexo.
Todas estas polémicas artificiales han sido amplificadas y secundadas por los medios de comunicación y los partidos de izquierdas como PSOE o Podemos no han perdido la oportunidad para atacar a la Iglesia.
En este contexto, monseñor Luis Argüello se ha reunido con la ministra de Igualdad quien hace unos días llegó a afirmar en un programa de televisión que «es anticonstitucional negar la comunión a los homosexuales». Según ha dado a conocer la CEE, en este encuentro entre la ministra y Argüello han abordado el tema de las «terapias de conversión». Sobre este tema, el arzobispo de Valladolid que la Iglesia católica no apoya y que no se encuentra dentro del ámbito de su acción pastoral. Además, el presidente de la Conferencia Episcopal ha resaltado, además, que no se pueden tratar como “terapias de conversión” todas aquellas que no sean “terapias afirmativas”.
En ese sentido, monseñor Argüello ha mostrado su apoyo al apostolado que realizan desde “Transformados” en donde se invita a la conversión a Cristo y a la propuesta de vida que surge del Evangelio y que se ofrece a todas las personas.
Comunión a homosexuales
Por otro lado, la ministra de Igualdad y el presidente de la CEE han intercambiado impresiones sobre la distribución de la comunión a personas homosexuales. Mons. Argüello ha explicado que en la Iglesia católica no existe discriminación en este sentido ya que la norma básica para recibir la comunión, que es estar en gracia de Dios, afecta igualmente a todos los católicos, con independencia de cualquier otra condición, incluida la orientación sexual.
La Conferencia Episcopal Española ha destacado que el encuentro se ha prolongado durante aproximadamente una hora en un ambiente de cordialidad y confianza.
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La ambición de alguien del PSOE es tal, que anula siempre su sentido del bochorno…
Puedo entender la preocupación del Estado con respecto a las terapias, pero tratar sobre el tema de la Comunión me parece entrometerse en temas que no les incumben… Es como si ahora la CEE se reuniese con la ministra porque está en contra de su modo de trabajar… Puedes estar de acuerdo o no, pero entrometerse de esa manera…
Ángel,dice usted:
«Puedo entender la preocupación del Estado con respecto a las terapias»..pues yo no llego a entender qué preocupación pueda tener el estado en que un señor que tiene atracción hacia su mismo sexo quiera tenerla al sexo contrario y en su LIBERTAD buscar a quién lo ayude.
Para hormonar y amputar menores de edad no tienen problemas, ni pegas.
Totalmente de acuerdo. Es un ataque frontal a la libertad negar cualquier ayuda que no sea la denominada terapia ‘afirmativa’.
¡Qué manía de ponerse crucifijos raros tienen estos progres!
Algunos, como el qué usaba JPII, son más feos que un frigorífico por detrás, por no decir casi blasfemos como el de la nueva basílica de Fátima (En justa venganza, en Fátima han puesto una escultura suya que sólo le falta el gato para parecer Gárgamel).
«Algunos, como el qué usaba JPII, son más feos que…»
Su manía persecutoria le hace delirar: JPII no usaba ningún crucifijo feo: el suyo era sencillo en el diseño y noble en su material (de oro). Lo único feo que usó fue la férula papal, que no era suya, sino de Pablo VI. Por cierto, si en la escultura de JPII de Fátima usted ve algo parecido a Gargamel, debería ir urgentemente al oculista: puede ser debido a cataratas o a un desprendimiento de retina.
Me han mandado un enlace para defender a la iglesia en España frente a la intromisión del gobierno en materia de “comunión a los gays”. Y les he respondido esto:
El problema es el siguiente :
Siguiendo Amoris laetitia y Fiducia Supplicans, (la primera permite la comunión a las parejas de divorciados vueltos a casar civilmente, y la segunda permite la bendición de las parejas homosexuales), el gobierno comunista español tiene razón en algo: falta equidad, pues si se les puede dar la bendición a las parejas gays, ¿como es posible que eso mismo que por un lado se bendice, por otro lado sea motivo para no recibir la comunión?
Y si a los divorciados vueltos a casar y en estado de concubinato, se les da ambas cosas, ¿por qué a los gays no?
Ante ambos documentos los obispos callaron y acataron con su silencio la nueva doctrina de Bergoglio.
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«El problema es el siguiente: Siguiendo Amoris laetitia y Fiducia Supplicans…»
El problema de su respuesta es que falla en la premisa, pues el gobierno zurdo no persigue a la Iglesia por seguir AL o la Sodoma lubricans. Así que argumentar poniendo como fuente las ocurrencias del Trucho, es como si dice «Siguiendo el Libro Gordo de Petete…» o «Siguiendo la guía telefónica…», como si a Pinocho Sánchez y su caterva ministerial les importasen dichas fuentes o les reconocieran alguna autoridad de cualquier tipo.
El problema es que la nueva normativa bergogliana comete discriminación entre unos y otros y en este sentido los obispos tienen todas las de perder, porque en ningún momento dijeron de manera pública que la iglesia en España se desmarca de dicha nueva “moral” impuesta por quien ya sabemos.
Por ello: si hace unos años los obispos podían aducir que la moral católica es clara, compacta, y universal, ahora no es así. La moral católica (aceptando el pontificado de Bergoglio) es contradictoria, ambigua y sobre todo no es única. La diócesis de Segovia podría ser condenada por exigir una praxis que ya no está respaldada por Roma. Y por supuesto Roma (Bergoglio) no hará nada por evitarlo. Todo lo contrario, Bergoglio y el silencio cómplice de los obispos son la causa de esta persecución y de que la Iglesia que quiere ser fiel (sacerdotes solos ante el mundo) se encuentre ahora desamparada doctrinalmente.
«Bergoglio y el silencio cómplice de los obispos son la causa de esta persecución»
Pues va a ser que no: el partido socialista persigue a los católicos desde hace más de 90 años. ¿Ya veían entonces en una bola de cristal lo que iban a hacer o dejar de hacer los obispos un siglo después? Menuda teoría tan disparatada y ajena a la historia. A los zurdos les importa una higa lo que diga o haga Francisco, como les importaba entonces un pimiento lo que hiciera o dijera Pío XI, que era lo contrario. Cualquier excusa es buena.
Los gays deberían ir ahora a todas las catedrales del mundo, de dos en dos, en masa, a pedir que les bendigan. Y de paso que les den de comulgar. Tal vez sería la única manera como algún obispo (todavía ninguno lo ha hecho) se plantase y dijese “hasta aquí hemos llegado”.
«todavía ninguno lo ha hecho»
¿No ha hecho qué? ¿Bendecir parejas por vivir en pecado? Es que encontrar a pervertidos interesados en recibir «bendiciones» truchas es más difícil que buscar una aguja en un pajar. Es más fácil que les toque la lotería.
Se les avisa que comulgar en pecado es malo, pero si ellos insisten… Sólo ellos pueden saber el interior de su conciencia.
Si es objetivo, igualmente hay que negarles la comunión.
La misión del cristiano es predicar, pero sabiendo siempre que existen los tres lugares.
La obligación del sacerdote que reparte a Cristo sacramentado es negarle Su Cuerpo a cualquier pecador público que no haya demostrado arrepentimiento y, en consecuencia, cambio de vida (sólo sería cosa del pecador si comulga en pecado sin conocimiento del sacerdote). La Iglesia no ve los pecados internos. Los externos, en cambio, los ve todo el mundo (y en el caso que nos ocupa no sólo se ven, sino que el interesado los pregona a los cuatro vientos por si alguien no se hubiera enterado).