Cuando el miedo de apodera de muchos siempre se alzan voces valientes que temen defender la verdad a quienes son injustamente perseguidos por la dictadura de la políticamente correcto.
Es cierto que son pocos los valientes que se atreven a hablar en este clima de cobardía y miedo y es por eso que es más importante que nunca darles voz y agradecerles sus valientes palabras.
El sacerdote de la diócesis de Getafe, Francisco Javier Bronchalo, se ha pronunciado sobre la polémica decisión de la diócesis de Cuenca de anular una charla de Courage Internacional. Desde su cuenta de ‘X’, el sacerdote de Getafe ha centrado su discurso en criticar a aquellos que «hablan de libertad pero no soportan la libertad de nadie para vivir la sexualidad de modo distinto a lo que ellos imponen».
Bronchalo ha afirmado que «esta secta tirana tiene dogmas que no se discuten» y «en el caso de los fundamentalistas defensores se llega al odio o a la violencia». «El rancio y trasnochado dogma sesentaiochista que les han impuesto y que trasmiten es “prohibido prohibir”».
«Es llamativo que hablan de “prohibido prohibir” y sin embargo se levantan y reaccionan contra quien habla de libertad para vivir la sexualidad de un modo distinto al que ellos obligan», escribe este sacerdote en su cuenta de ‘X’ a la par que pone como ejemplos de esta persecución a los sacerdotes Julián Lozano y a Jesús Silva, quienes han sido señalados por estas organizaciones y medios de comunicación.
Francisco Javier Bronchalo ha lamentado que «si alguien se atreve a decir algo distinto al relato ideológico dominante está perdido. Les hacen manifestaciones, les graban, les sacan en la televisión. Se quedan solos. Ni nosotros les defendemos, no vaya a ser que nos acusen de radicales».
En ese sentido, no ha dudado en manifestar que «muchos en estos tiempos serán mártires de manera doble: por los ataques de odio de fuera y por el ponciopilatismo de los de dentro. Atacados por decir que se puede tener libertad para salir del armario por una puerta distinta a la de la vieja secta pansexual. Es dictadura».
«Dicen defender a las personas LGBT pero atacan a los que sienten atracción al mismo sexo y viven la castidad. Más aún a los que dicen que dejaron atrás esa vida y cuentan las experiencias de los mercados de carne en los que estuvieron», denuncia Bronchalo quien incide en que esta gente «no soportan la castidad porque esta golpea a todo lo que creen. Va contra su dios desenfreno. Ridiculiza su creencia de que todos somos de todos y hay que usarse».
El cura Bronchalo concluye su reflexión en redes sociales con este mensaje: «Una secta lo es porque no le importa construir sobre la Verdad. Chiringuitos que crean sujetos alienados a consignas y ciegos a razonamientos. Personas a las que la ideología les lleva a justificar y cometer atrocidades. Como a Julián Lozano (sacerdote de Getafe) te llegan a denunciar por evangelizar».
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Jajajaja los católicos hablando de dictadura
Zzzzz…
Todo esto tiene que ver con el canguelo patológico que les entra a muchos sacerdotes y laicos de Iglesia cuando reciben la llamada inquisidora de un gacetillero del tres al cuarto o de algún machaca oficial. Tanta cobardía es absurda, pues, gracias a Dios, aún vivimos bajo el imperio de la ley y yo estoy harto de comprobar que, en cuanto se les opone un poco de firmeza educada, dejándoles claro dónde se meten, es el periodista o el funcionario el que de pronto se arruga, confirmando así lo que de verdad son: perros de paja, como la película. O como decía Mao –que éste les hace tilín–: «Tigres de papel».
Francisco Javier Bronchalo ha lamentado que «si alguien se atreve a decir algo distinto al relato ideológico dominante está perdido. Les hacen manifestaciones, les graban, les sacan en la televisión. Se quedan solos. Ni nosotros les defendemos, no vaya a ser que nos acusen de radicales».
Y mientras todo esto sucede Sáiz Meneses y sus frociaggine se dedican a sus cabalgatas paganas, Omella impide que un sacerdote de una charla sobre castidad matrimonial y Cobo sigue entregado a Josete y riéndoles las gracias a los de San Carlos Borromeo.
Pero la culpa siempre la tenéis vosotros, matrimonios católicos, que procuráis educar a vuestros hijos según la Fe, que les costeais su buena vida a los obisPPos, que sufrís su pésima formación, sus catequesis para la nada, sus ocurrencias litúrgicas… Y sois culpables por decir la verdad incómoda que todos sabemos pero nos ponemos de perfil.
Se creen que acallando a los que predican, van a terminar con el mensaje, y van a librarse de la pena por desconocer la ley de Dios.
Pobres servidores del Maligno.
Pues me gusta cómo ha hablado este sacerdote.
A ver si dejan la cobardía los curas y obispos (hablo de los que todavía no han apostatado)… Todo viene desde el que actúa como tirano totalitario, Bergoglio, que permite la bendición de parejas sodomitas y tarde o temprano, esto iba a pasar… los sodomitas que les da igual todo, ya rendidos a su pecado, quieren destruir a quienes les ponen de frente la VERDAD: que su práctica antinatura no es algo «bueno» ni «deseable» ni «motivo de orgullo» para nadie y que deben renunciar a ello si es que cierto que quieren salvarse…
Le aplaudo