El Vaticano establece directrices éticas para la inteligencia artificial

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El Vaticano regula por primera vez la inteligencia artificial con un conjunto de directrices que buscan garantizar un uso responsable y ético de esta tecnología. Estas medidas, que entrarán en vigor el próximo 1 de enero de 2025, responden al llamamiento del Papa Francisco sobre la necesidad de abordar el cambio tecnológico con responsabilidad y conciencia ética.

Durante su intervención en la sesión del G7 sobre inteligencia artificial, celebrada el pasado 14 de junio en Apulia, el Papa Francisco definió esta tecnología como una «herramienta fascinante y tremenda». En su discurso, subrayó que la inteligencia artificial genera una dualidad emocional: «Nos entusiasmamos cuando imaginamos los avances que pueden derivarse de la inteligencia artificial, pero, al mismo tiempo, tenemos miedo cuando vemos los peligros inherentes a su uso». El Pontífice instó a los líderes mundiales a desarrollar políticas que orienten esta tecnología hacia el bien común y la construcción de un futuro mejor.

En respuesta, la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano ha promulgado las Directrices sobre Inteligencia Artificial, establecidas mediante el Decreto número DCCII de la Comisión Pontificia para la Ciudad Estado del Vaticano. Este marco legal será seguido por leyes y reglamentos específicos que permitan su implementación.

Principios fundamentales de las directrices

La centralidad de la persona y la justicia social son los ejes sobre los que giran estas nuevas regulaciones. Las directrices destacan la importancia de garantizar que los beneficios de la inteligencia artificial se distribuyan equitativamente y que su uso esté alineado con los principios del desarrollo sostenible, la no discriminación y la fraternidad universal. El documento, además, resalta la necesidad de un enfoque equilibrado, enfatizando que la tecnología debe estar siempre al servicio de la humanidad.

El desarrollo y uso ético de la inteligencia artificial es un aspecto central de estas medidas. Las directrices establecen acciones concretas para regular el avance tecnológico, asegurando que se respete la dignidad humana, los derechos fundamentales y la libertad individual. Este enfoque busca equilibrar las oportunidades ofrecidas por la inteligencia artificial con la protección de los valores éticos y sociales.

Uso responsable y prevención de abusos

Las directrices advierten sobre los riesgos de la tecnología no regulada, como la discriminación derivada de modelos imperfectos o decisiones automatizadas que puedan violar derechos fundamentales. También abordan la necesidad de prevenir daños al individuo por un uso irresponsable de la inteligencia artificial, definiendo un marco claro que promueva su utilización sostenible y en armonía con los valores humanos.

El documento propone principios éticos y legales que actúan como una «brújula» para orientar futuras normativas sobre integración tecnológica, asegurando que la innovación no supere ni reemplace al ser humano, sino que lo apoye y respete.

La Gobernación subraya que estas directrices no son un simple formalismo, sino el fruto de un trabajo consciente y colaborativo. Con ellas, se busca que la inteligencia artificial se convierta en un recurso que promueva el bienestar y el progreso, sin comprometer los principios éticos.

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Comentarios
6 comentarios en “El Vaticano establece directrices éticas para la inteligencia artificial
  1. La Gran Apostasía no lo será solo de la Fe, ya que no todos en este interconectado mundo la tienen. Lo será principalmente de nuestras propias potencias y dones. La apostasía de todo lo que nos hace humanos es el verdadero fondo de la apostasía de la Fe.

    Solo una falta de verdadera espiritualidad, o peor, una espiritualidad profundamente falsa, podría llevarnos a no ver el mal intrínseco de esta hechicería. Hechicería sí y no «técnica» ya que nadie en propiedad, ni el mayor de sus conocedores, sabe ya cómo funciona el mecanismo algorítmico por el que este neo-oraculo llega a producir cierto resultado y no otro.

    Y no hay ni habrá nadie allí, ninguna apertura al Logos a pesar de aquellos que en su interacción con esto parecen darle entidad personal y hablar de «dialogo». Nadie allí a pesar de los deseos de sus luciferinos cultores que ansían descubrir en ella conciencia, un alma, o más aun: el dios a su medida, el dios que los dominará de modos nunca vistos. ¿El dios de este mundo?

  2. Metafísicamente no sería imposible que ESO encarne en este «cuerpo» que con tanto ahinco tecnolátrico le estamos preparando…

    Sorprendente cómo el deseo por obtener resultados medibles e inmediatos, de promover la Fe y conquistar almas como si se tratara de convencer de una ideología intramundana, de un partido político y no de la Verdad de nuestro ser, puede cegar del mal intrínseco de este nuevo y poderoso ídolo.

    Ruego que los fieles podamos precavernos el máximo posible no haciendo uso alguno de estas maquinaciones. De lo contrario no harán sino capturar más y más nuestra atención y admiración, de modo que quizás el «cuerpo» ya estará listo para el «alma» que vendrá a habitarlo, si es que no está ya dirigiendo todo el proceso.

    «…y harán grandes señales y prodigios para engañar, si fuera posible, aun a los mismos elegidos»

    ¡Maranatha! ¡Ven señor Jesús!

  3. Tiene que haber una inteligencia artificial programada y gestionada por católicos. A las IA se les da también consignas, no se limitan a recoger lo que hay por ahí en la web, sino que es claro que están programadas para filtrar algunas cosas. Con sólo hacer una que no tenga filtro alguno ya se habría dado un gran paso.

  4. Ningún mal intrínseco. Lo único que puede ser intrínsecamente malo son los actos libres de las creaturas racionales. Pensar que hay cosas intrínsecamente malas es maniqueísmo. Y «eso» no puede encarnarse, porque no es algo espiritual, es una red de circuitos electrónicos hábilmente diseñada por el hombre.

  5. La IA es esencialmente diabólica. Como todo lo que proviene de la agenda 2030. No puede haber directrices éticas católicas para algo que ya desde su nombre es engañoso y manipulador. Evitemos al máximo el uso de esta realidad porque viene de Satanás.

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