Otro seminario más, el Interdiocesano gallego que comprende las diócesis de Santiago de Compostela, Tui-Vigo y Mondoñedo-Ferrol, ha ido a Roma para mantener una audiencia con el Papa Francisco.
Madrid, Getafe, Sevilla, Toledo o Pamplona son algunos de los seminarios que ya han ido a Roma para visitar al Pontífice que parece estar muy interesado en ver de cerca a los futuros sacerdotes españoles.
Junto con los seminaristas de Santiago de Compostela, Ferrol y Vigo, han estado el equipo formador del nuevo seminario Interdiocesano y sus respectivos obispos: a
En la audiencia de esta mañana con los escasos seminaristas gallegos, el Papa Francisco entregó a los presentes un discurso preparado especialmente para la ocasión, en el que destacó la importancia de su itinerario formativo como camino de peregrinación espiritual.
En sus palabras, el Papa Francisco expresó su alegría por recibir a quienes «conocen bien las huellas del apóstol Santiago en España» y ahora peregrinan a Roma, «tras las huellas del apóstol Pedro y de otros fieles seguidores de Jesús». Además, el Pontífice resaltó el carácter especial del Seminario “Interdiocesano”, iniciado en septiembre, y agradeció a los seminaristas y formadores su disponibilidad y compromiso.
El Papa utilizó la metáfora de la peregrinación para describir el proceso formativo hacia el sacerdocio. “Como peregrinos, primero, sentimos una llamada, que nos impulsa a salir de nosotros mismos; luego, nos lanzamos a la aventura y empezamos a caminar, a lo largo de diferentes momentos y etapas. Finalmente, llegamos a la meta”. Subrayó que el objetivo de este camino es convertirse en pastores del Pueblo de Dios, forjados según el Corazón de Cristo, humilde y misericordioso.
Acompañar y consolar en el camino
El Santo Padre recordó a los seminaristas que no están solos en este proceso y los animó a abrir su corazón al Señor, permitiendo que Él modele sus vidas. Además, enfatizó la importancia de ser testigos de la alegría del Evangelio y brindar consuelo y ternura a las personas que encuentren en su camino, especialmente a aquellas que atraviesan momentos difíciles o están heridas espiritualmente. “Sean esas ‘flechas amarillas’ que señalan a Jesús y digan a todos, con sus palabras y su modo de vivir: ‘Este es el Cordero de Dios’”.
En el marco de su mensaje, el Papa Francisco hizo referencia al Año Santo 2025, animando a los presentes a caminar juntos como “peregrinos de esperanza hacia la patria celestial”. Concluyó su discurso invocando la bendición de Jesús y la protección de la Virgen María para los seminaristas y formadores. Antes de despedirse, pidió que al regresar a España encomienden su labor a la intercesión del apóstol Santiago.
Este encuentro, cargado de espiritualidad y fraternidad, refuerza el compromiso del Papa Francisco con la formación sacerdotal y su constante aliento a los jóvenes en camino hacia el ministerio pastoral.
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Más allá de ambigüedades, a lo que hay que exhortar a los seminaristas es a que el día de mañana sean pastores fieles a la doctrina definida por la Iglesia, y no se dejen embaucar por ideologías del mundo (como les está sucediendo a muchos que, como Francisco, han sucumbido ante diversos errores de nuestro tiempo).
Por supuesto por que ser misericordiosos y humildes te arruinaria tu vida de sacerdote.
Sucumbir ante los errores de nuestro tiempo no produce humildad alguna, Probe Migue. Y la matraca de los que los aceptan y promueven es inmisericorde. Póngase usted a recoger lodo en su ciudad, Valencia, y deje de trollear y perseguir a los católicos, cacho de vago.
¡Qué risa! estos malabares lingüísticos del maquiavelo que ya no engaña a nadie, pues su fariseísmo va por delante como tanque de bife chorizo. Amen de tratar de componer una poesía que casi siempre roza lo grotesco.
Veamos: La mala poesía; Forgados según la medida del corazón de Cristo, casi que les dice háganse (haceos) impecables como Cristo. Y el maquiavelismo farisaico; tomar las partes por el todo, solo Cristo es con lo que yo estafo, humildad y misericordia, lo otro no importa.
Es curioso que el articulista hable, tanto en el titular como en el cuarto párrafo del artículo, de los seminaristas gallegos como si los seminaristas de las otras dos diócesis gallegas no fueran también gallegos.
Lo son, pero a esos gallegos no les ha dicho nada. Sólo lo ha hecho con estos gallegos.
Que se mantengan fieles a Jesucristo y al Evangelio, es lo que yo desearía.