La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha revelado los datos provisionales de la campaña de la Renta 2024, correspondiente al ejercicio fiscal de 2023, que confirman un aumento significativo en la recaudación total destinada a la Iglesia Católica. Este incremento se produce a pesar de que el porcentaje de declaraciones que optan por marcar la casilla de la Iglesia continúa disminuyendo por octavo año consecutivo.
Según los datos publicados, 382,4 millones de euros han sido asignados a la Iglesia, lo que supone un crecimiento de 23,6 millones de euros respecto al año anterior, es decir, un 6,6% más.
En términos de participación, 7.839.984 declaraciones, equivalentes al 30,43% de las presentadas, incluyeron la ‘X’ a favor de la Iglesia. Si se cuentan las declaraciones conjuntas, el número de contribuyentes asciende a 9 millones, una cifra récord en la historia del sistema. Sin embargo, el porcentaje de declaraciones con asignación sigue en descenso, registrando una caída de 0,56 puntos respecto al año anterior, en un contexto en el que más de 700.000 nuevos declarantes no marcaron ninguna casilla.
Recaudación por regiones
El número de declaraciones a favor de la Iglesia ha crecido en 16 de las 17 comunidades autónomas, destacando especialmente en Andalucía, Madrid, Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha. Llama la atención Guipúzcoa que, bajo el sistema de Hacienda foral, ha mostrado un incremento en el porcentaje de asignación.
En cuanto al importe recaudado, todas las comunidades autónomas han experimentado aumentos, con Madrid (+5,6 millones de euros), Cataluña (+2 millones) y Guipúzcoa (+1,2 millones) como líderes absolutos. Además, comunidades como Castilla-La Mancha (43,2%), La Rioja (42,3%) y Murcia (41,9%) sobresalen por estar por encima de la media nacional en porcentaje de asignación.
Por delegaciones de Hacienda, Ciudad Real se mantiene como la provincia con mayor porcentaje de asignación (50,7%), seguida de Jaén (46,03%) y Ávila (44,4%). Las mayores subidas en número de asignaciones se produjeron en Madrid, Guipúzcoa, Sevilla y Valencia.
De nuevo, allá donde el separatismo se ha convertido en la nueva ‘religión’ para muchos se demuestra que conlleva un aumento de la secularización. Cataluña con un raquítico 15,34% y las provincias vascas, son quienes porcentualmente menos marcan la ‘X’ de la Iglesia.
Mientras los tramos de renta más altos representan el 85,1% del dinero recaudado, los contribuyentes con ingresos entre 60.000 y 150.000 euros han incrementado su participación. Por edades, las declaraciones de personas entre 50 y 70 años destacan por su evolución positiva, y las mujeres continúan ganando protagonismo, impulsadas por su creciente incorporación al mercado laboral.
Además, por segunda vez, las declaraciones conjuntas con asignación (32,43%) han superado a las individuales (30,75%), marcando una tendencia significativa.
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El año pasado por primera vez en mi vida no puse la X a favor de la “Iglesia”. La razón es X tantos herejes, X tantas malas administraciones y X tantos carreristas.
Eso sí, doy mi donación puntual a la Iglesia donde voy y veo que los sacerdotes no paran ni un instante en administrar los Sacramentos de Salvación y confirmándonos con sana doctrina.
Parsifal, llevo tres ejercicios sin marcar la X, proveo en conciencia a las necesidades de la Iglesia como debe ser, pero he seleccionado otras vías, en las que mi aportación no vaya a una caja común en la que se incluye financiar propaganda abortista y anticristiana en 13TV o la Cope. En conciencia, no puedo estar sosteniendo a estructuras de muerte de inocentes, por mucho paraguas eclesial que tengan. A mi parroquia de confianza, o a Caritas Castrense, o a fundaciones católicas que sigan alimentando «cuerpo y alma».
Y los contribuyentes que pierde la Iglesia no se recuperarán. Así que ya pueden ahorrarse los obispos las carísimas campañas, las guaguas publicitarias y los toques de trompeta para que las gentes sepan lo solidarios que son, porque el cuentagotas está ya «en salida».
Ali Babá Arguello y los 40 ladrones de Añastro no necesitan nuestra ayuda, tienen otros negocios que llevan a cabo, negocios lucrativos y crematísticos, en especial los inmobiliarios y aunque hacen caridad en alguna de sus organizaciones, que son dignas de admiración y respeto, lo normal es que la jerarquía se aproveche de los ancianos, cobrándoles cantidades abusivas en las residencias, o conminándoles hacer testamento a su favor. Ni que decir tiene, que el colmo de estas actividades mafiosas, tuvo su culmen con la inmatriculación de fincas ajenas por el morro, de personas fallecidas o desaparecidas. Pero mas lamentable si cabe, es que actuando como saltadores de caminos, es el nulo remordimiento de conciencia por colaborar en la exacción confiscatoria de las personas por parte del fisco, cuyo rendimientos los aplican a prácticas aberrantes contrarias a la Ley de Dios.