El Papa Francisco aprovechó al final del Ángelus del domingo, en la festividad de la Inmaculada Concepción, para volver a pedir por el fin de la pena de muerte.
«Hoy, me nace del corazón pediros a todos vosotros que recéis por los detenidos que en los Estados Unidos están en el corredor de la muerte. Creo que son 13 o 15. Recemos para que su pena sea conmutada, cambiada. Pensemos en estos hermanos y hermanas nuestros y pidamos al Señor la gracia de salvarlos de la muerte», dijo el Pontífice desde el balcón de San Pedro.
Aunque en su visita a Indonesia a Francisco ‘se le olvidó’ hacer mención a la pena de muerte durante su estancia en el país asiático, estas declaraciones del Santo Padre siguen en consonancia con su pontificado.
En el año 2018, Francisco reformó el Catecismo de la Iglesia católica para declarar que «la pena de muerte es inadmisible» y añadir que la Iglesia «se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo».
Desde entonces, la redacción del artículo 2.267 del Catecismo de la Iglesia Católica recuerda que «durante mucho tiempo el recurso a la pena de muerte por parte de la autoridad legítima, después de un debido proceso, fue considerado una respuesta apropiada a la gravedad de algunos delitos y un medio admisible, aunque extremo, para la tutela del bien común».
El artículo concluye: «Por tanto la Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que «la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona», y se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo».
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Yo rezo para que vuelva la pena de muerte y se haga justicia a las víctimas de tantos crímenes y atrocidades que se cometen.
Rezo también,para volver a tener un Papá que si defienda la doctrina católica.
Juan Carlos Abellán. «¡Por favor, che! ¿No ves que me agarró el julepe? ¡Estoy cagado en las patas! ¿Y si me decapitaran? ¿Nunca pensaste que el pobre muhndo no sería nada sin mí? ¿Y mis derechos humanos qué?»
La degradación doctrinal sobre la pena de muerte comenzó con el heresiarca Juan Pablo II, quien ya en los 90s había criticado su legitimidad, sin atreverse a suprimirla:
3. En este desarrollo, es de gran importancia la enseñanza de la Carta Encíclica Evangelium vitae de Juan Pablo II. El Santo Padre enumeraba entre los signos de esperanza de una nueva civilización de la vida «laaversión cada vez más difundida en la opinión pública a la pena de muerte,incluso como instrumento de “legítima defensa” social, al considerar las posibilidades con las que cuenta una sociedad moderna para reprimir eficazmente el crimen de modo que, neutralizando a quien lo ha cometido, no se le prive definitivamente de la posibilidad de redimirse».[3] La enseñanza de Evangelium vitae fue recogida más tarde en la editio typica del Catecismo de la Iglesia Católica. En este, la pena de muerte no se presenta como una pena proporcional a la gravedad del delito, sino que se justifica solo si fuera «el único camino»
«Juan Pablo II, quien ya en los 90s había criticado su legitimidad»
Mentira. Le dio legitimidad total, como siempre ha hecho la Iglesia. Lo que dijo es que si puede reprimirse el crimen, no es necesaria. ¡Obvio! Pero eso pasará cuando las ranas críen pelo.
posible para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas», aunque si de hecho «los casos en los que sea absolutamente necesario suprimir al reo suceden muy rara vez, si es que ya en realidad se dan algunos» (n. 2267).
4. Juan Pablo II también intervino en otras ocasiones contra la pena de muerte, apelando tanto al respeto de la dignidad de la persona como a los medios que la sociedad actual posee para defenderse del criminal. Así, en el Mensaje navideño de 1998, auguraba «en el mundo el consenso sobre medidas urgentes y adecuadas… para desterrar la pena de muerte».[4] Un mes después, en los Estados Unidos, repitió: «Un signo de esperanza es elreconocimiento cada vez mayor de que nunca hay que negar la dignidad de la vida humana, ni siquiera a alguien que haya hecho un gran mal. La sociedad moderna posee los medios para protegerse, sin negar definitivamente a los criminales la posibilidad de enmendarse. Renuevo el llamamiento que hice recientemente, en Navidad, para que
«La sociedad moderna posee los medios para protegerse»
Y aquí se columpió, porque no es verdad. Era su opinión; no estaba definiendo ex cathedra. Por tanto, su premisa de que es moralmente legítima y que puede recurrirse a ella si no se da esa circunstancia, sigue tan inamovible como siempre.
se decida abolir la pena de muerte, que es cruel e innecesaria»
Ese final indica que avalaba aplicarla si era necesaria (que lo sigue siendo y seguramente lo sea siempre). Justo lo opuesto a lo que dice Francisco, que la considera siempre inmoral, contra las propias Sagradas Escrituras y todo el Magisterio de la Iglesia (lo cual parece una broma, viniendo de alguien para quien la moral es elástica).
No, sólo prueba que eres TONTO y CIEGO. Da igual, por regla, nadie te responde, porque no pasas de ser un personaje cómico que hace su vida en torno a Infovaticana, con efecto nulo.
«nadie te responde»
Usted lo hace. Además, esto no es un chat, ni se viene a hacer amigos. Yo tampoco respondo a las personas con las que estoy de acuerdo: lo que hayan dicho, bien dicho está. Un comentario absurdísimo el suyo (al menos no contiene herejías o mentiras está vez).
La Biblia defiende la legitimidad de la pena de muerte.
La doctrina católica enseña que la pena de muerte es moralmente permisivible.
Pero Francisco ha cambiado el catecismo (cosa para la cual no tiene ninguna autoridad y que por tanto carece de validez) y ahora dice que no es legítima.
El problema que subyace, es que Francisco, en vez de secundar la verdadera doctrina, la sustituye por su ideología.
Por eso los católicos no debemos obedecer a Francisco en todo lo que se equivoca, sino que hemos de refutar sus errores.
Tú hablas como si Francisco fuese el inicio del cuestionamiento a la legitimidad de la pena de muerte, cuando el tema partió con Juan Pablo II. Todo esto no es más que el corolario de la degradación doctrinal que derivó del Concilio. Francisco es sólo el último en la cadena.
Embustero: JPII reconocía, como siempre ha enseñado la Iglesia, la legitimidad moral de la pena de muerte, como los 265 primeros papas. El único que ha dicho justo lo contrario, enmendando la plana a todos ellos, y para eso ha manipulado el último Catecismo (para ajustarlo a sus erradas ideas personales), ha sido Francisco, Quién como Detergente (nadie blanquea como usted; deberían contratarle en el hotel de lujo «Santa Marta» del Vaticano).
Socerdote, la Biblia defiende «legitimidades» muy raras. Yo creo que ya es usted mayorcito para haberse dado cuenta de cómo conviene leer las Escrituras.
CerdotePF: no se entera usted de nada. Estudie, que es usted un auténtico mostrenco, Gay MostrencoPF. Usted sí que es mayorcito (mayorzote, más bien) para pasarse la vida diciendo tonterías.
La degradación doctrinal sobre la pena de muerte comenzó con el heresiarca Juan Pablo II, quien ya en los 90s había criticado su legitimidad, sin atreverse a suprimirla:
3. En este desarrollo, es de gran importancia la enseñanza de la Carta Encíclica Evangelium vitae de Juan Pablo II. El Santo Padre enumeraba entre los signos de esperanza de una nueva civilización de la vida «laaversión cada vez más difundida en la opinión pública a la pena de muerte,incluso como instrumento de “legítima defensa” social, al considerar las posibilidades con las que cuenta una sociedad moderna para reprimir eficazmente el crimen de modo que, neutralizando a quien lo ha cometido, no se le prive definitivamente de la posibilidad de redimirse».[3] La enseñanza de Evangelium vitae fue recogida más tarde en la editio typica del Catecismo de la Iglesia Católica. En este, la pena de muerte no se presenta como una pena proporcional a la gravedad del delito, sino que se justifica solo si fuera «el único camino»
«Juan Pablo II, quien ya en los 90s había criticado su legitimidad»
Mentira. Le dio legitimidad total, como siempre ha hecho la Iglesia. Lo que dijo es que si puede reprimirse el crimen, no es necesaria. ¡Obvio! Pero eso pasará cuando las ranas críen pelo.
Siempre fui contrario a la pena de muerte.
Pero…
Cuando veo lo que los políticos han hecho con los valencianos me siento obligado a reflexionar de nuevo sobre la ley del Talión.
Juan de Mariana escribió sobre la justicia del tiranicidio. Y en realidad es defensa propia. De todo un pueblo.
«me siento obligado a reflexionar de nuevo sobre la ley del Talión»
¿Y qué tiene que ver la ley del Talión con la pena de muerte?
«Juan de Mariana escribió sobre la justicia del tiranicidio»
¿Y qué ocurrió con la tesis de ese jesuita (un mero cura)? Que el Prepósito General de la Compañía de Jesús prohibió a sus miembros predicar que el tiranicidio era legítimo, siendo incluidos en el Índice de Libros Prohibidos las obras que lo defendieran, como fue el caso de «Vindiciae contra tyrannos» (Defensa [de la libertad] contra los tiranos), añadido al Índice en 1613.
No hay que olvidar que el 17 de agosto del 1414 el Concilio de Constanza ya había condenado como herética la proposición de que se pueda matar al tirano o estar obligado a hacerlo.
La pena de muerte? Todos estamos condenados a muerte. Estamos en la death row, el pasillo de la muerte. No es necesario decir que Jesús fue condenado a muerte. La sabana de Turín es una prueba de que murió en la cruz. No es un mito. Hubo una explosión dentro del sarcófago, que prueba que resucitó. Aunque su cuerpo se desintegró. Los científicos lo tienen claro. Yo también.
¡Menudo truño! Viniendo de usted, si pasa de dos líneas que lea el lote Txapote.
Hay que ver como os gusta el asesinato y tenéis el cuajo de llamaros pro vida, como mucho pro nacimiento.
A los criminales no se les asesina, Probe Migue: se les ejecuta (es un acto de Justicia, aunque usted desconozca qué es eso). El asesinato le gusta a usted, que es partidario del «aborto en legítima defensa», pues sólo le mola que se asesine a inocentes. En cambio, con los culpables, que además pueden seguir cometiendo más crímenes (sus víctimas, tanto pasadas como futuras, le importan a usted una higa), mucha manga ancha. En vez de seguir repitiendo sus idioteces e inmoralidades, póngase a quitar lodo de su ciudad, Valencia, pedazo de vago.
Juega todo lo que quieras con ñas palabras pero quitarle la vida a una persona sea como sea es asesinato.
Deja de mentir que eso es pecado y hay que cumplir siempre los mandamientos.
«quitarle la vida a una persona sea como sea es asesinato»
No, no lo es. Asesinato es sólo cuando se mata a un inocente que no puede defenderse. Si hubiera estudiado lo sabría y no se pasaría la vida diciendo melonadas en vez de recoger lodo, como están haciendo todos los valencianos menos usted, que es un vago redomado.
Eso de jugar con las palabras y llamar al asesino institucional de la pena de muerte ejecución solo es para limpiar la conciencia y no sentiros mal cada vez que los gobiernos asesinan a una persona sin posibilidad de defenderse.
«Eso de jugar con las palabras»
No señor: eso es llamar a cada cosa por su nombre. Si usted no lo hace será por ignorancia o, más bien, por motivos ideológicos ajenos a la doctrina católica, que SIEMPRE ha defendido la legitimidad de la pena de muerte y que condena el aborto, que es un asesinato perpetrado contra un ser humano inocente e indefenso, SIEMPRE. Preocúpese usted por su propia conciencia (totalmente deformada) y póngase a quitar lodo en su ciudad, so gandul.
Así es. Los católicos (con minúsculas, naturalmente) son admiradores de las dictaduras militares. Están todos con Putin a quien admiran porque manda a millones de personas a morir por Rusia y por Cristo. En realidad es a morir por él.
No interesa.
El Papa siempre contradiciendo a Dios,yo creo que nunca ha leído la Biblia:
«.Quien vertiere sangre de hombre, por otro hombre será su sangre vertida, porque a imagen de Dios hizo El al hombre.» Génesis 9,6
Más claro, agua.
Y después lo confirmó Jesucristo:
«El que a hierro mata,a hierro muere.»
Mateo 26,52.
Me parece que esa cita dice lo contrario de lo que usted cree que dice.
Más claro es el quinto mandamiento: «no matarás». Si quiere leerlo en la Biblia, Deuteronomio 5, 17.
Y si hacemos una colecta para pagar un tratamiento psiquiatrico para catholicvs? No podemos mirar para el lado viendo como un ser ahoga su existencia en un sin fin de comentarios, que nadie lee. Por un lado es gracioso, pero se esconde un drama detrás de ello.
«Y si hacemos una colecta para…»
Y si se pone a estudiar para que no le tengan que corregir de continuo y así evitar el trauma, ¿qué tal?
«un sin fin de comentarios, que nadie lee»
Debe de estar refiriéndose a sus repetitivos y kilométricos corta-pegas, que salvo un servidor, dudo mucho que lea alguien más.
Predique con el ejemplo y deje de dar la chapa y de inventarse encuestas sobre quién lee qué, que ni ha hecho ni le ha pedido nadie.
Y que alguien que se pone como nick «Quien como Catholicus» hable de tratamientos psiquiátricos es un auténtico chiste.
Como tantas otras veces Francisco cuela el mosquito y se traga el camello que en materia de pena de muerte ganan por robo. Se calcula que matan a alrededor de cinco mil año mientras apliucan la doctrina social de la Iglesia según mi compatriota el arzobispo Sánchez Sorondo; después vien los países musulmanes. El mosquito es Estados Unidos. Estoy harto de este compatriota, enfermo de ideologías. Ojalá Dios nos libere de él pronto.
Contra el mantra lanar tantas veces repetido por sus apólogos de que resulta necesaria hay que repetir que la pena de muerte no lo es y que es un signo de caridad el cuestionamiento de su legitimidad, como insiste Francisco. Me acuerdo siempre en este debate del criminal A.B.Breivik, que en 2011 asesinó, uno por uno, a 77 adolescentes noruegos. Y fue condenado a 21 años de cárcel. La pena de muerte había sido abolida allí en 1979 y tras del juicio a este hombre, dicha prohibición se plasmó en la Constitución en 2014. Y el índice de criminalidad de Noruega, en especial de delitos violentos, es ridículamente inferior al de EEUU. La pena de muerte no previene la comisión de delitos.
D. Enrique, parcialmente estoy de acuerdo con usted. La pena de muerte no previene la comisión de delitos, el ejemplo que ud. ha puesto es palmario, pero no solo en EEUU, tampoco ocurre en China, Arabia Saudí u otros estados en los que se aplica.
Creo que solo sirve para prevenir que el delincuente vuelva a hacerlo. Los primeros a los que debería aplicárseles es a los violadores, incluidos aquellos sacerdotes que han introducido su p.e.ne en la boca, v.ag.ina o a.no de niñas/os indefensos. ¿Estarán de acuerdo en esto Sacerdote Mariano , Catholicus y demás carcundia?
«…la pena de muerte no lo es y que es un signo de caridad el cuestionamiento de su legitimidad»
Porque usted lo diga, claro. Que se lo pregunten a todas las víctimas del Chapo Guzmán (y de tantos otros) asesinadas una vez que ellos ya estaban en la cárcel por orden suya, o causadas por ellos mismos en la cárcel, o tras salir de ella por cumplimiento de su condena o fuga (aparte de que su función es punitiva y de restablecimiento de la justicia, no evitar delitos, que la cárcel no evita). Y no: cuestionar las Sagradas Escrituras y la bimilenaria doctrina de la Iglesia no es nada caritativo.
«La pena de muerte no previene la comisión de delitos»
¿Que no? En toda la historia de la humanidad no se conoce ni un sólo caso de un criminal al que se le haya aplicado la pena capital y haya vuelto a cometer ningún delito. Y eso que el fin principal de la pena de muerte no es prevenir delitos.
«Los primeros a los que debería aplicárseles es a los violadores»
Qué va: puestos a que no haya equivalencia entre crimen y castigo, mejor que se la apliquen a los trolls multinicks calumniadores que se creen «ingeniosos» y que se dedican a calumniar y decir sandeces, que son quienes entran en la definición de «carcundia». ¿O acaso hay algo más carca que un rojelio comecuras?
Lo que usted afirma del Chapo Guzmán podría haberse evitado -doctrina del mal menor, supongo que le suena- si hubiera sido sometido a un régimen de aislamiento estricto.
Y eso de que un muerto no delinque es cierto; tampoco se pone enfermo, ni pasa hambre, ni cobra pensión, ni fuma, ni bebe, ni comete ningún pecado. Ha estado usted sembrado. Pero sí se ha comprobado en varios casos -en mi opinión con uno solo ya sería insoportable- que era inocente de su delito después de habérsele aplicado la pena capital.
«Lo que usted afirma del Chapo Guzmán podría haberse evitado»
Ni podría, ni se ha hecho: no se puede evitar que mate a alguien en la cárcel, ni que ordene matar a otros fuera de la cárcel, ni que salga de la cárcel (por fuga, por una amnistía tras un cambio de régimen, tras una catástrofe natural que rompa los muros y escape…). Incluso si fuera 100% seguro que no pudiera salir jamás (algo irreal), no evitaría futuras muertes y otros crímenes, ni satisfaría la justicia con una pena proporcional al crimen.
«Ha estado usted sembrado»
Me lo ha puesto a huevo.
«inocente de su delito después de habérsele aplicado la pena capital»
La cirugía no pretende cargarse a pacientes, pero muchos mueren en el quirófano. En esos casos no es algo buscado, sino una desgracia. No resta un ápice a la legitimidad moral de la pena de muerte, cuyo objetivo no es castigar a inocentes. Peor sería un inocente condenado a cadena perpetua. Eliminémosla, pues.