La credofobia: basta de tragar con la intolerancia

Ataque cristianos
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La credofobia, ese desprecio descarado hacia las personas de fe, ya no es algo anecdótico: es un ataque sistemático y constante. Se ha convertido en un problema que tenemos frente a nuestras narices, y es hora de llamarlo por su nombre. Vivimos en una sociedad que presume de tolerante y diversa, pero parece que los cristianos son la excepción. Aquí, si tienes fe, mejor cállate y aguanta.

La paradoja de la influencia en la vida pública

Una y otra vez se insiste en que los cristianos no deberían tener un papel en la vida pública, bajo el argumento de que la religión debe limitarse al ámbito privado. Sin embargo, esta regla parece no aplicarse a otros grupos de presión. El lobby LGTB promueve legislaciones e impulsa debates sociales; el lobby ecologista presiona para imponer normativas que afectan sectores clave de la economía; el lobby feminista radical busca implementar cuotas y reformas legales; y el lobby farmacéutico influye directamente en políticas sanitarias, frecuentemente priorizando intereses económicos.

¿Por qué a estos colectivos se les permite tanta influencia mientras a los cristianos se les exige silencio? Este trato desigual no es neutralidad, es una estrategia para relegar la fe a un rincón. Si la vida pública es un espacio inclusivo, entonces los cristianos también tienen derecho a participar en ella con voz clara y firme.

Credofobia y microcredofobias: el cuento de la neutralidad

Dicen que la fe no tiene cabida en una sociedad moderna. Que debemos ser neutrales. Pero esa «neutralidad» es puro cuento: lo que quieren es quitarnos del medio. Los cristianos vivimos un constante bombardeo de pequeñas agresiones disfrazadas de progreso: los medios ridiculizan, las instituciones restringen, y las redes sociales censuran. Nos venden la historia de que ser cristiano es retrógrado, y muchos han tragado con esto.

Veamos dos ejemplos recientes, como el artículo de El Periódico titulado «El papa Francisco y las resistencias internas en el Vaticano sobre el papel de las mujeres en la Iglesia«. Lo presentan todo como un drama de «misoginia», en lugar de explicar los motivos por los que la Iglesia adopta esta postura.

Otro pasmoso ejemplo lo tenemos en el artículo de El País «La pederastia en la Iglesia llega al Congreso: ¿prescribirán los delitos?, ¿quién pagará indemnizaciones?«. Otra joya que omite datos clave: según los estudios, la mayoría de los abusos ocurren en el seno de la familia, y menos del 1% tienen lugar en instituciones religiosas. Pero El País centra todo el foco en la Iglesia, como si fuera el epicentro del mal. Esto no es información: es un ataque directo.

Los pastores: ¿guardianes o espectadores?

Aquí hay que decir las cosas claras: los obispos tienen que salir de su burbuja. El papel del pastor es proteger a sus ovejas, no cuidar su silla ni acomodarse en un despacho. Es el momento de que hablen alto y claro. Si los cristianos de a pie damos la cara cada día, ¿por qué ellos no lo hacen? El silencio no es opción.

¿Qué podemos hacer los cristianos?

Primero, unirnos. Esto no es una batalla de uno contra todos. Las comunidades de fe tienen que reforzarse y crear espacios de apoyo mutuo. Segundo, tenemos que hablar. Participar en el debate público, usar todas las herramientas legales, mediáticas y culturales que tengamos al alcance. Y sí, si hace falta, promover acciones legales para defender nuestros derechos. ¡Es hora de defendernos!

También es crucial educar. Hay que meter mano en el sistema y trabajar para que los valores de respeto y libertad religiosa estén presentes en las escuelas y en la sociedad. Y no nos olvidemos de mostrar con nuestro ejemplo que la fe es fuerza y valores: solidaridad, justicia, compasión. Eso habla más alto que cualquier sermón.

¡Ya basta de mirar para otro lado! Si dejamos que esta ola de credofobia siga creciendo, los cristianos seremos borrados del mapa público. No podemos seguir callando. La historia nos demuestra que la intolerancia solo lleva a la división y al caos. ¡Es hora de actuar! Hay que defender lo que creemos y mostrar al mundo que la fe no es una debilidad, sino una fuerza imparable.

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Comentarios
15 comentarios en “La credofobia: basta de tragar con la intolerancia
  1. Es el karma. Y no son los cristianos, sino los católico romanos. Los c. Romanos han perseguido a los homosexuales con saña y ahora estos les persiguen a ellos con saña. Qué acepten las consecuencias de lo que hicieron con ellos: los despreciaron, los odiaron, los persiguieron y hasta los mataron. Hoy están las cosas al revés.

    1. Sí, justito como lo quiere Satán, pero también a la espera de que la situación de un giro de 180 grados algo que sabemos que va a ocurrir, porque aquí como las campanas de San Juan, que unas vienen y otras van. Y guárdese esa ridiculez del karma por donde amargan los pepinos, porque el karma sí que es una estupidez absolutamente irracional.

    2. Tu hedor nauseabundo a degenerado resentido te delató desde un principio. Ahora sólo te corroboras.
      De tanto en tando entran a este tipo de foros lacras como tú. Tus problemas no se curan con un chat, sino con un buen tratamiento psiquiatrico y psicológico, porque en el espiritual ya estás frito.

  2. Un tema que necesita reflexión. Los valores de solidaridad son como les llaman los masones. Yo reemplazaría por caridad.
    Pero, con respecto al punto, es cierto que los cristianos nos callamos,por ejemplo cuando se habla de anticoncepción como agua de lluvia, parejas amancebadas, sodomía, faltar a Misa, etc. El ateísmo reina.Y ni que decir cuando salta toda la pirotecnia de la Nueva Era (demoníaca) y sucedáneos.
    También están, para embarrarla más, los cristianos pro deicidas, o sea, pro anticristianos.

    1. ¿Ah si? ¿Es la voluntad del altísimo que nazcan niños con toda suerte de taras, entonces? ¿Con el sindrome de Down? ¿Ciegos? ¿Paralíticos? ¿Diabeticos? ¿Con malformaciones? ¿Personas destinadas a sufrir toda su miserable existencia, sin que nada ni nadie pueda ayudarles? ¿Personas que viven en zonas de guerra? ¿Refugiados viviendo en miserables tiendas de campaña? ¿NIños sin nada que hacer más que covertirse en carne de cañón cuando crecen? ¿Mujeres violadas? ¿Personas mutiladas? ¿Enfermos mentales? ¿Gente con tendenciaS innatas al alcoholismo, las drogas y la autodestrucción? USTEDES ALUCINAN.

      1. ¿También es voluntad del Altísimo que haya gentuza como usted? ¿Gentuza cada vez en mayor número influenciados por el azufre moral y mental de Satán? Y particularmente ¿Qué pinta usted aquí que no es lo suyo? Es usted altamente tóxico y no merece la pena debatir con usted ni un solo punto de las múltiples chorradas que suelta. Qué pena de fulano o sujeto. Y da igual todas las estupideces que pueda responder, porque solo el hecho de tomarme un café ya tiene más importancia que responderle a usted.

        1. Claro, como no tiene argumento alguno, echa mano del insulto. Es lo único que saben hacer los romanos cuando les ponen la realidad delante de la cara. Insultar y no mirar.

          1. No sea cuentista: ¿de qué insultos habla? Además no se queje: ¿no busca eso? ¿O sólo que se rían de usted? ¡Qué troll más incompetente!

  3. Tu hedor nauseabundo a degenerado resentido te delató desde un principio. Ahora sólo te corroboras.
    De tanto en tando entran a este tipo de foros lacras como tú. Tus problemas no se curan con un chat, sino con un buen tratamiento psiquiatrico y psicológico, porque en el espiritual ya estás frito.

  4. LA CONDENA A LOS ACTOS HOMOSEXUALES ES MUY ANTERIOR A LA FUNDACIÓN DE LA IGLESIA CATÓLICAY A LA EXISTENCIA DE LOS «CATÓLICOS ROMANOS».

    Aquí tenemos dos versículos de la Torá, libro sagrado del pueblo judío:

    No te acostarás con varón como con mujer; es abominación (Levítico 18:22).

    Si un hombre se acuesta con un hombre como con una mujer, ambos cometen abominación (Lev 20:13).

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