El secretario general de Vox, Ignacio Garriga, ha destacado este lunes la importancia de defender la «cultura de la vida» y ha arremetido contra el Gobierno por promover la inmigración ilegal. Sus declaraciones tuvieron lugar durante la VI Cumbre Transatlántica contra el aborto, organizada por Network for Values y celebrada en el Senado.
En su intervención en la cumbre titulada «Por la libertad y la cultura de la vida», Garriga reafirmó el compromiso de su formación en combatir lo que denominó «la cultura de la muerte». Según el dirigente de Vox, esta postura implica defender «algo tan maravilloso como la dignidad de la persona humana». En este contexto, subrayó que no tolerarán que la izquierda impulse «esa cultura de la cancelación» y el rechazo sistemático a determinados valores.
Garriga abordó también el «invierno demográfico» que afecta a España, una situación que, según él, es consecuencia de la falta de nacimientos. Criticó que instituciones como el Banco Mundial y el Gobierno español opten por fomentar la inmigración ilegal en lugar de promover medidas para incentivar el nacimiento de españoles. «Queremos reivindicar el nacimiento de los españoles y que el Gobierno, sea nacional o autonómico, se vuelque en las familias y en aquellos jóvenes que quieren sacar adelante un proyecto familiar», concluyó.
El carácter sagrado de la vida humana y la regresión en su valoración
En su intervención, Garriga destacó que el hecho diferencial de la civilización occidental reside en el carácter sagrado de la vida humana. Sin embargo, alertó sobre una regresión en la valoración de esta, al establecerse su dignidad en función de las condiciones que la rodean. Según Garriga, esta perspectiva legitima la eliminación de vidas consideradas no deseables, como la de niños no deseados, ancianos o enfermos que no pueden llevar una vida ideal según ciertos estándares. «Las legislaciones actuales, como la del suicidio asistido o la eutanasia, desprecian cada vez más la vida dependiente o precaria», afirmó.
El dirigente de Vox denunció las consecuencias de estas políticas en las libertades públicas, calificándolas de «totalitarias». Según indicó, estas legislaciones persiguen a quienes representan un obstáculo para este modelo de vida, como objetores de conciencia y personas que pacíficamente rezan frente a clínicas abortivas. Además, criticó que se tipifiquen como delitos de odio las reivindicaciones en defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural.
Respecto a las reacciones de la izquierda, Garriga denunció «escraches y manifestaciones» dirigidos a cancelar social y mediáticamente a quienes plantean este debate. «La izquierda deforma, caricaturiza y deshumaniza a quienes defendemos la vida«, aseveró. Sin embargo, también expresó su esperanza en la expansión de la «cultura de la vida», citando medidas adoptadas en países como Estados Unidos, Argentina y Hungría, donde el debate sobre la vida está cobrando fuerza.
Garriga cerró su intervención con una reflexión personal, recordando que su compromiso político tiene sus raíces en los valores transmitidos por sus padres. En particular, destacó cómo la defensa de la vida le motivó a implicarse más activamente en la política. También animó a los profesionales sanitarios a trabajar en pro de esta cultura, compartiendo una experiencia personal reciente con su padre, quien recibió cuidados para vivir hasta su muerte natural de la manera más digna posible.
La celebración de esta cumbre fue aprobada el 17 de julio por la Mesa del Senado, donde el PP cuenta con mayoría absoluta. No obstante, el PSOE ha asegurado que dicho punto no figuraba en el orden del día y que no fue debatido ni votado. Los socialistas niegan que sus senadores apoyaran la iniciativa.
Garriga también dedicó contundentes críticas al Gobierno, al que acusó de impulsar políticas como la eutanasia y el aborto, y lo calificó como «la banda criminal liderada por Sánchez«. «Vox está donde debe estar, defendiendo la libertad y la vida, frente a un Gobierno que se incomoda ante la exaltación de la libertad de pensamiento», sentenció.
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No entiendo a los católicos que defienden la inmigración ilegal, y los partidos que sacan tajada de ello. Pues la inmigración ilegal implica el tráfico de personas. Mafias, que pagamos todos.
Pero peor los católicos que promueven la inmigración ilegal. El único modo de acabar con tantas muertes y tráfico de personas es devolverles a África para que se enteren allá que no vale la pena iniciar este viaje. Y dejarse de tanta hipocresía y ayudar a esos países a un desarrollo cristiano, para que prosperen en todos los aspectos cómo prosperó el mundo con la cristiandad.
No he visto ni oído a nadie que defienda la inmigración ilegal. Ayudar a los inmigrantes que de hecho ya está aquí, y que han sido las primeras víctimas de las mafias no es apoya la inmigración ilegal.
Lo malo del discurso contra la «inmigración ilegal» es que, hasta el momento no he visto una sola propuesta realista y eficaz para resolver el problema de los miles de inmigrantes que han entrado de forma irregular.
Una cuestión diferente es la de los inmigrantes delincuentes, contra los que, desde luego, se les está tratando de forma muy inadecuada, injusta y costosa para el Estado.
Jen, una situación de hecho no convalida situaciones contrarias a derecho.
¿Qué entendemos por «ayudar»? Ninguna ayuda puede ir contra el Bien Común de la sociedad, ayudar a alguien a vulnerar la ley tiene un nombre, y ciertamente no asimilable a la caridad cristiana.
A un inmigrante ilegal se le ha de alimentar y dar cuidados dignos mientras se procede, con celeridad, a su expulsión. He ahí la única solución justa. Y si esa solución no fuera «realista», la solución no es convalidar ilegalidades sino dotarse de los medios materiales que posibiliten esa solución. Cualquier otra solución, por mucha fachada humanitaria que tenga, es servir de coartada a mafias inhumanas de tinte esclavista.
Por descontado, si en ese breve interín en que el inmigrante ilegal aguarda su expulsión, cometiera cualquier hecho tipificado como delito, eso debe ser determinante de la expulsión sumarísima.
Ayudar es cuando una persona te pide que le compres algo en un supermercado porque tiene hambre y en vez de teorizar sobre el gobierno y lo malo que es, le compras un bocadillo. Es lo que podemos hacer los cristianos que no tenemos posibilidad de definir políticas de gobierno.
Deja de hablar de «vulnerar la ley», porque las normas de inmigración son administrativas en su mayoría y, desde luego, su infracción no es delito, a menos que se haga con determinados medios que sí lo son, como falsificación o violencia. La inmesa mayoría de los inmigrantes irregulares en España no han infringido la ley, han sido víctimas de mafias que les han introducido, o bien han llegado con visados de turistas que no han podido renovar y se han quedado irregularmente. Basta de confundir los términos.
Tampoco es tan fácil expulsar a alguien, si no lleva su pasaporte. De hecho, es imposible, porque ningún país acepta el retorno de alguien sin documentación. ¿Qué se debe hacer entonces?
Jen, su concepto de ayudar se llama caridad cristiana, que por definición es individual y personalísima. Lo que se sostiene del presupuesto público no es caridad cristiana. Lo que se sujeta a coacción estatal no es caridad cristiana.
No, de eso nada, no pienso dejar de mencionar los hechos reales y objetivos sólo porque a su finísima y delicada sensibilidad multicultural le incomoda. Son actos ilegales, y deben ser sancionados. Que sean ilegalidades administrativas, contables, penales o civiles no obsta a pedir y exigir la sanción correspondiente, a cargo del órgano administrativo o jurisdiccional que proceda.
No me venga con tecnicismos jurídicos, créame, en ese terreno tengo las de ganar.
Completamente de acuerdo en que la sanción al individuo es diferente, aunque compatible, con la persecución total y global a las mafias del tráfico de personas, verdaderas responsables en última instancia.
Hidaspes, puedes usar los términos que quieras, puedes decir que son «actos ilegales», como si quieres decir que son crímenes que claman al cielo, pero hay una cuestión de Derecho positivo: la ley no considera delito a esos actos. Una irregularidad administrativa no es una ilegalidad. Pagar seis meses tarde a Hacienda, o cuando te embargan la cuenta no es ilegal, es una irregularidad que tiene su sanción.
A los inmigrantes que entran irregularmente ya se les sanciona económicamente.
No sé en qué tienes las de ganar, porque no estoy compitiendo contigo.
Realmente no sé por qué discutes cuando, te repito, nadie niega que las mafias que trafican con las personas deban ser perseguidas. Pero yo sólo oigo proponer medidas contra sus víctimas, no contra los organizadores de ese tráfico.
Jen, pues no señor, el Derecho Administrativo tiene su propio régimen de invalidez, diferente de la invalidez civil o penal. Se ha columpiado. Una vulneración de normas administrativas es, en esencia, una ilegalidad. No será, en su caso, delito tipificado en el Código Penal, pero sin duda, una ilegalidad sustantiva, un acto merecedor de reproche punitivo.
Ignora usted que el Derecho Penal comparte con el Derecho Administrativo Sancionador el que ambos sectores normativos son manifestación del mismo Ius Puniendi estatal, algo confirmado decenas de veces por la jurisprudencia, tanto la constitucional como la contencioso-administrativa.
Si forzar las fronteras nacionales es sancionado sólo con multa, eso es otra iniquidad que debe ser reformada con urgencia. Dada las conexiones verificadas entre inmigración ilegal y terrorismo islamista, esta conducta debiera ser delito strictu sensu. Pero ilegal es, sin duda.
Es bastante superflua esa precisión de que «por descontado, si en ese breve interín en que el inmigrante ilegal aguarda su expulsión, cometiera cualquier hecho tipificado como delito, eso debe ser determinante de la expulsión sumarísima». Ese no es el mayor problema.
De hecho, la gran mayoría de los inmigrantes no comete delitos. Aunque muchos delitos sí sean cometidos por inmigrantes, que no es lo mismo.
Y lo de la «expulsiçon sumarísima» es chistoso: para determinar que se ha cometido un delito, por si no lo sabes, se necesita un proceso. Eso retarda todo. Vamos, si quieres que se respete la justicia, que ya bastantes barbaridades se han introducido en otros aspectos (como las condenas por «violencia de género», que esas sí son sumarísimas y sin respeto por la presunción de inocencia).
Jen, bueno, para usted quizás no sea un problema mayor, pero para las víctimas y el orden público, objetivamente lo es. Superemos el subjetivismo y basémosnos en lo objetivo y verificable.
Cuidadín con las trampas del lenguaje, que acá no se habla de «inmigrantes». Se habla de personas que fuerzan, violentamente, las fronteras nacionales. No tergiversemos, al menos no de esa forma tan burda.
¿Y quién ha sostenido que se tenga que prescindir de proceso ordinario y debido? Lo que he dicho es que ese proceso sea sumarísimo. No estoy apostando por condenas extrajudiciales (eso se lo dejo a los prebostes del progresismo), apuesto por justicia rápida y eficaz. Justicia que debe ser doblemente contundente cuando el delito se comete bajo la agravante de abuso de la hospitalidad transitoria del Estado de acogida.
Haga el favor de atenerse a mis argumentos reales, y no al hombre de paja que quiere construir de la nada.
Este tipo de discusiones es muy difícil. Yo estoy hablando de la mayoría de los inmigrantes, que entran de forma irregular y no cometen delitos. Es un dato objetivo, no subjetivo ni una impresión mía. Tú todo el rato me hablas de los delincuentes. El que entra de forma irregular por patera o con un visado distinto no fuerza ninguna frontera.
Efectivamente, hablamos de cosas distintas, no entiendo entonces tus discusiones.
Sólo digo que es un problema muy difícil de resolver el tener a decenas de miles de inmigrantes irregulares en situación precaria. Yo no defiendo que se les regalen teléfonos móviles ni alojamientos, pero también pienso que, como personas que son, habría que pensar una solución más real que echarles a sus países o dejar que se dediquen a la mendicidad cuando no tienen posibilidades de obtener recursos legalmente y se han gastado todo su dinero (a veces el de todo su pueblo) en venir a España: ya no tienen cómo volver ni tienen cómo subsistir legalmente.
La solución será real si hay voluntad institucional de que lo sea. Y la máxima, por justicia, debe ser que no entre nadie sin sujeción a los procedimientos legales. Y no admitir entradas contrarias a la ley. Insisto, por elemental criterio de justicia material.
Es usted duro de mollera: ¿Qué parte de «proceso sumarísimo» no acaba de entender? Y como tal, que el retardo sea el mínimo imprescindible, el inherente a todo procedimiento declarado de urgencia. La justicia bien, gracias, intacta, dado que cometer delitos en concurso con la vulneración ab initio de la legalidad inmigratoria demanda justicia rápida y ejemplar, no impunidad o complicidad con tal conducta.
Por lo visto, usted ignora la existencia de la figura del «procedimiento administrativo urgente». Y como ignora figuras básicas, no hace más que profundizar en el error de partida.
«la mayoría de los inmigrantes, que entran de forma irregular y no cometen delitos»
Un porcentaje no pequeño los comete. De hecho, la población carcelaria de origen extranjero es la mayor. Y es lógico: si vienen a un país con un paro estructural desde hace cinco décadas, como tienen que comer sólo tienen tres posibilidades: la mendicidad (para que los «buenos», que por otro lado pasan de evangelizarlos, hagan su «buena obra» y se sientan bien, aunque con cargo al dinero ajeno); trabajar como esclavos a precio africano; o delinquir (robar, trapichear con droga, etc.). Y eso por no hablar de las segundas generaciones: ¿de dónde han salido las bandas de Dominican Don’t Play, Trinitarios, etc.? Porque no eran autóctonas. Esos tampoco cometen delitos, ¿a que no?
«El que entra de forma irregular […] no fuerza ninguna frontera»
Déjese de eufemismos: lo que es contrario a la ley es ilegal, conlleve las sanciones que conlleve. Sin cumplir las condiciones de entrada establecidas en el Código de Fronteras Schengen está prohibido entrar y permanecer en dicho espacio (en 29 países, incluida España). Por ejemplo, hacerlo sin pasaporte y/o visado. Da igual si los ha traído una mafia (que es un delito diferente): saben que no pueden entrar, ni permanecer. Como también conocen la imposibilidad material de echarlos, de la cual se aprovechan. No es un problema de ignorancia, pues.
Garriga y Abascal son nombres –entre otros más, gracias a Dios– que a uno le confirman como votante de Vox desde la primera vez que se presentaron a las elecciones.
El alma entra a las 7 semanas. No sean cerriles. Debe ponerse ahí el límite legal. El fanatismo conduce a la barbarie.
¿Qué alma, si usted es ateo? ¡Hay que ser bárbaro para defender el genocidio del aborto! Si fuera tan listo como fanático, le darían un Nobel.
El Siglo XXI será místico o no será.
Karl Runner
Blade Runner
Lo raro es que no te lo den a ti que solo te preocupa la vida hasta que sale del vientre.
Una vez nacidos te importa un pimiento.
El problema con los reproducciónistas es que, su único deseo, es llenar el mundo de seres humanos condenados a tener una vida desolada, enfermos, abandonados y manipulados por la ICAR.
XXY, ese comentario es tan sesgado y falaz como el de los fanáticos habituales que te responden con insultos
XXY, falacia de los antiguos esclavistas: «el problema de los antiesclavistas es que su único deseo es que haya masas de negros en libertad, condenados a pasar privaciones y miserias. Así que es mejor que los negros permanezcan esclavos en las plantaciones».
Las falacias de muerte, cuando tienen excusas pseudohumanitarias, son doblemente repugnantes.
Vigía, falacia de los antiguos esclavistas: «a los antiesclavistas no les importa la vida de los esclavos una vez liberados, tan sólo les interesan cuando están en las plantaciones de algodón».
Resolución de la falacia: matar a una criatura no es la forma de preocuparse de sus necesidades en vida, de la misma forma que esclavizar a una persona no es la forma de solucionar su pobreza.
Intenta otra cosa, zanganín.
El único presidente de los EEUU que es pro vida y planta cara al aborto es el único presidente que durante su mandato no inicia ninguna guerra, Donald Trump.
Su posición pro-vida ya la relativizó durante la campaña electoral. Es un personaje que actúa por cálculo político y económico. Si te parece fantástico, intenta casarte con él (si eres joven y guapa), cuando se canse de la actual.
«Su posición pro-vida ya la relativizó durante la campaña electoral»
Obras son amores, y no buenas razones: en campaña y fuera de ella dirá lo que quiera, pero como sólo hay dos partidos en EE.UU con posibilidad de gobernar, únicamente basta comparar, no las palabras, sino los hechos: el presidente que menos muro con Méjico ha construido (el que más: Clinton); el que menos emigrantes ilegales ha expulsado (el que más: Obama); el único que ha conseguido revertir la fraudulenta sentencia abortista «Roe vs Wade» gracias a sus nombramientos en la Corte Suprema y el que más ha cortado la financiación del aborto, tanto nacional como internacional, con fondos públicos (el que más: Biden «El Teleñeco», antes «El Católico»); el que no ha iniciado guerras durante su mandato… Y así podríamos seguir la lista. Y le importa tanto lo económico, que renunció a su sueldo de Presidente de EE.UU (cobraba simbólicamente 1 dólar). Vaya analista es JenW.C.
Las encendidas proclamas pro vida de un energúmeno que está a favor del genocidio de Putin en Ucrania las tomo con la seriedad que merecen.
¿Qué genocidio? ¿Y otra vez la viejuna palabra «energúmeno», que nadie usa desde que se hacía la mili con lanza? A ver si cambia ese léxico tan «moderno» cuando cambia de nick, salmonete, que se le ve el ojo claro, como al bacalao.
XXY, falacia de los antiguos esclavistas: «el esclavo no es humano hasta que se acuerda su manumisión, antes no es humano, es mercancía, y podemos comprarla, venderla o manejarla a capricho. Ese debe ser el límite legal. Señores antiesclavistas, no sean fanáticos defensores de la dignidad de toda vida humana».
Lamentable, el discurso esclavista del siglo XXI, basado en la negación de evidencias irrefutables, por mero apetito de sangre inocente.
El alma no tiene partes divisibles en el tiempo y en el espacio. Así que no es posible que «entre» a las 7 semanas. Forma una unidad con el cuerpo.
Jen, tienes razón. Con todo hay algo de cierto en lo que dije.
XXY, por definición, en las falacias no radica ni rastro de razón ni de lógica.