El obispo de Quilmes, Carlos José Tissera, ha decidido apartar de su cargo al sacerdote Franco Alberto Lütens, de 61 años, ante las acusaciones de abuso sexual presentadas en su contra. Según informaron diversas fuentes, las denuncias han sido realizadas por tres catequistas, quienes actualmente están recibiendo apoyo psicológico de la ONG Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos en Argentina.
En un comunicado publicado en redes sociales, la asociación informó que «Franco Alberto Lütens, denunciado ante la Fiscalía 8 de Quilmes, a cargo de la doctora Bárbara Velazco, ‘ha sido pasado a resguardo’ por decisión del Obispo de Quilmes». La publicación estuvo acompañada de una imagen del sacerdote con el rostro difuminado, así como la carátula de la denuncia que detalla el cargo: «abuso sexual gravemente ultrajante con acceso carnal, agravado por haber sido cometido por un ministro de culto».
El equipo de Protección de Menores y Adultos Vulnerables de la Diócesis de Quilmes también emitió un comunicado, indicando que el obispo Tissera ha decidido apartar al sacerdote denunciado de todas sus funciones pastorales debido a la gravedad de las acusaciones y la apertura de una causa penal. Además, la diócesis ha iniciado una investigación formal en el ámbito eclesiástico, siguiendo las recomendaciones del Papa Francisco a las conferencias episcopales.
Las denuncias y el testimonio de la ONG
Liliana Rodríguez, psicóloga e integrante de la ONG que asiste a las víctimas, comentó que «el Obispo Tissera ya no pudo seguir ocultando la situación; el caso ha explotado públicamente». Según Rodríguez, Tissera tenía conocimiento previo de las denuncias, pero no habría actuado adecuadamente en su momento. «En su momento, lo removió de la Parroquia Señora del Buen Ayre, en Berazategui, pero Lütens continuó ejerciendo como sacerdote», afirmó la psicóloga.
Rodríguez aseguró que los catequistas a quienes está asistiendo han pasado por episodios de dolor y angustia, aunque ahora sienten un cierto alivio al ver que el caso está ganando visibilidad. «Ellos denuncian para evitar que otros pasen por lo que ellos sufrieron. Tuvieron la valentía de hablar, pero sienten frustración al ver que la Justicia no avanza con la celeridad necesaria», señaló.
La psicóloga Rodríguez destacó la importancia de que las víctimas presenten su denuncia ante la Justicia penal y no solo en el ámbito eclesiástico, ya que esto podría llevar a una revictimización. Indicó que en el caso de Lütens, «son muchas más las personas que han sido abusadas», basándose en las entrevistas y evaluaciones realizadas a las víctimas.
Rodríguez describió a Lütens como una persona con gran inserción en comunidades vulnerables, mostrando una aparente amabilidad y habilidad para conectar con las familias, lo que habría facilitado su acceso a las víctimas. «Dice ser sanador, tiene facilidad de palabra y un carisma que utiliza para ganarse la confianza de sus víctimas», explicó.
Avance de la causa judicial y preocupaciones sobre el proceso
Actualmente, existen tres denuncias oficiales contra Lütens en la Fiscalía 8 de Quilmes, aunque aún no se ha dictado imputación formal. La fiscal Velazco ha emitido una orden perimetral para que el sacerdote no pueda acercarse a las víctimas. «Lütens fue citado a declarar, pero no se presentó. Ahora tiene una nueva citación para los días 26 y 27 de noviembre», explicó Rodríguez. La psicóloga expresó su preocupación por el lento avance de la Justicia, indicando que «la balanza no se inclina como debería, lo que genera angustia y preocupación en las víctimas».
Rodríguez comentó que las víctimas no sienten odio, pero sí un profundo dolor por la traición de confianza. «Lütens violó la confianza que depositaron en él. El daño emocional es profundo y deja marcas invisibles que son difíciles de sanar», afirmó. Añadió que, a diferencia de una herida física, «las huellas emocionales dejan inseguridades y dolores que requieren un proceso de sanación prolongado».
La ONG Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos en Argentina ha llevado a cabo trece juicios, logrando condenas en todos los casos. Rodríguez criticó el accionar de los abogados defensores de los sacerdotes, que suelen ser pagados por la Iglesia, indicando que «su estrategia es dilatar el proceso todo lo posible, lo que prolonga el sufrimiento de las víctimas». Según la psicóloga, «estas tácticas buscan mantener la herida abierta, impidiendo una verdadera reparación».
En sus declaraciones finales, Rodríguez subrayó que «esto no es simplemente un pecado, como quiere hacer ver la Iglesia; es un delito que debe ser castigado por la Justicia», enfatizando la necesidad de una reparación tanto social como legal para las víctimas.
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Yo me pregunto: qué es un «adulto vulnerable» ? Porque si estos señores eran hombres adultos, además catequistas, supongo que no tendrían ninguna discapacidad si daban clase, qué les impedía defenderse de un abuso??
Es que esa gente no se cansa de dar la lata. ¿Y qué autoridad tiene esa psicologucha para hablar?
Otro al bote
¿De verdad se cree ingenioso? Usted sí que debería darse el bote, troll incompetente.
La foto debería ser de un cura con la camisa abierta, preferiblemente sucia. Quilmes es una diócesis ultraprogre forjada por un «padre» obispo de lo peor que tuvimos. ¿Cura con sotana allí? Ni en fotos…
Correctísimo y certero comentario