Según ha publicado El Confidencial, el Instituto de Religiosas Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad ha dado un paso clave en la transformación de la Huerta de Mena, también conocida como Finca de Los Almendros, un histórico terreno ubicado en el barrio de Hortaleza, al norte de Madrid.
El pasado 3 de octubre, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid aprobó el trámite inicial del Plan Parcial de Reforma Interior del Área de Planeamiento Remitido «Los Almendros M-40», con el que se inicia formalmente la urbanización de este área. Este proyecto enfrenta a las religiosas propietarias con los vecinos de la zona, quienes desde hace años defienden la conservación de este enclave de gran valor histórico y cultural.
La congregación ha encargado la gestión del proyecto a Therus Investment, una promotora francesa especializada en inversiones y desarrollos inmobiliarios. Esta empresa, que ya ha participado en importantes operaciones en Madrid, como el parque empresarial Helios, ha asumido la misión de liderar la urbanización de los 80.500 metros cuadrados que posee la orden en esta zona. El terreno tiene una edificabilidad de 48.300 metros cuadrados destinados a usos terciarios, como oficinas, coliving y flexiliving, al tiempo que destinará otros 20.000 metros cuadrados a equipamientos públicos y 6.000 a zonas verdes, integrando diversos espacios en un proyecto de carácter mixto.
Ubicada junto a los parques empresariales Helios y Cristalia, la Huerta de Mena tiene un rico pasado que se remonta al siglo XIX. Esta finca fue un lugar de encuentro para importantes figuras de la cultura y la política, como el político y periodista Rafael Gasset Chinchilla y el dramaturgo Carlos Arniches, quienes la frecuentaron en sus años de esplendor. Además, fue residencia veraniega del matrimonio Arniches y Pilar Moltó hasta 1927 y recibió a personalidades como Rafael Alberti. Con el tiempo, la propiedad ha cambiado de manos y funciones, siendo utilizada incluso como centro de rehabilitación para personas con adicciones hasta 2010.
La decisión de urbanizar la Huerta de Mena ha generado un intenso debate en la comunidad de Hortaleza. Los vecinos, agrupados en varias asociaciones, han recogido miles de firmas en defensa de este patrimonio, e incluso, en diciembre de 2022, el partido político Unidas Podemos solicitó una evaluación patrimonial de la finca con la intención de declararla Bien de Interés Cultural (BIC). Sin embargo, esta propuesta no prosperó, lo que facilitó el camino para el desarrollo urbanístico del lugar.
La urbanización prevista en los terrenos propiedad de las Adoratrices está diseñada para acoger no solo oficinas, sino también posibles alojamientos de coliving, senior living y residencias de estudiantes, en línea con las tendencias de uso de suelo terciario en la capital. Tras la aprobación inicial del pasado mes, el proyecto será sometido a un período de información pública de un mes para que los ciudadanos puedan presentar alegaciones. Una vez concluido este trámite, se remitirá a la Comisión de Urbanismo y, posteriormente, al Pleno del Ayuntamiento para su aprobación definitiva.
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En tiempos católicos esta finca fue donada o legada a las Adoratrices, hay que suponer que no la compraron, por algún piadoso bienhechor con vistas al culto católico, la vida religiosa católica y las obras católicas de misericordia.
España está llena de iglesias y ermitas, conventos y colegios, asilos y hospitales, construidos durante siglos gracias a la generosidad de los fieles católicos, con destino al culto católico, la vida religiosa católica y las obras católicas de misericordia, y hoy caídos en manos de un nuevo culto, tras la revolución litúrgica, y una nueva religión, tras la hecatombe posconciliar.
Si aquellos bienhechores católicos levantasen la cabeza y vieran las ceremonias que hoy se celebran en esos templos, y las cosas que se hacen, predican y enseñan en esos lugares, se les pondrían los pelos como escarpias y volverían horrorizados a sus tumbas.
Cierto, pero habría que saber a qué piensan dedicar las monjas todo ese dinero para emitir un juicio definitivo. Puede que lo dediquen a fines cristianos…o no.