Recibido entre canciones de tango y sonrisas en la Sala Clementina, el Papa Francisco respondió con benevolencia y humor a la peculiar bienvenida del grupo de «iglesias-hospitales de campaña» liderado por los siempre presentes sor Lucía Caram, Peio Sánchez y el padre Ángel.
En medio de la parafernalia, Francisco soltó una frase que no pasó desapercibida: «Seguid, seguid, porque esa es una de las herencias que yo dejaré». Así, de un plumazo, convirtió la labor de estos voluntarios en parte de su «legado». ¡Qué generosidad!
La frase, por supuesto, tiene una buena dosis de presunción. No deja de ser sorprendente que Francisco, con esa humildad que lo caracteriza, considere que el trabajo de otros –de voluntarios que llevan años dándolo todo por los más pobres– sea algo que él, en su infinita bondad, «dejará». Claro, porque en su visión, esos hospitales de campaña, esos esfuerzos de acogida y alegría, no son tanto iniciativas de los propios implicados como parte del «legado Francisco». Al parecer, el trabajo de una multitud termina inscrito en el testamento del pontífice, como si fueran anotaciones en su diario personal.
Pero claro, ya que hablamos de «herencia», hay que reconocer que Francisco dejará otras marcas, menos alegres y tangibles. Porque cuando se cierra el telón de esta era papal, uno no puede evitar pensar en los «otros legados»: una Iglesia dividida como pocas veces antes, un rebaño cada vez más confundido por mensajes contradictorios y un Vaticano que va perdiendo relevancia en la esfera pública. A decir verdad, estos «legados» no tienen tanto glamour como los hospitales de campaña, pero, indudablemente, también quedarán para la posteridad.
Así, entre tangos y elogios, nos despedimos de la sesión. Los muros vaticanos presenciaron la promesa de un futuro «heredado», aunque probablemente los fieles no pidieran precisamente esta «herencia». Pero, bueno, Francisco adelante…
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Lo del «III Encuentro de Iglesias Hospital de Campaña 2024» es la monda. En la mesa, los mismos tres que empezaron a publicitar su gran caridad: el «Padre Ángel», la monja Caram y un tal Peio para poder decir Barcelona. Esos tres: ni un fruto conocido más después de tantos años. Y luego, en el escasísimo auditorio, Bastante y los vejetes de guardia. Con esto, si eres compadre de Bergoglio, ya tienes acceso a la corte vaticana, sus vuelos incesantes y sus facilidades y servicios. Y cuando vuelven a España, está Sánchez. No hay que decir más.
Bueno, perdón: entre el «medio centenar» –como dice Bastante– de congresistas pasajeros –que diría Almodóvar–, sí figura una decena aproximada de jóvenes que ponen delante…
Y voy a decir por qué esta iniciativa no ha dado fruto y morirá con Bergoglio y su mariachi: porque meter pobres, no en los lugares acondicionados para las personas que posee la Iglesia, sino en frías naves de templos artísticos para que aparezcan ante las cámaras rodeados de retablos, columnas, rejas y entornos sagrados que, según Jesús, son «casa de oración», da morbo a teles y magacines de tarde, pero no es agradable a Dios y parodia el mandamiento del amor.
«Seguid, seguid, porque esa es una de las herencias que yo dejaré»
Y para sus adentros: «Total, yo ya voy a estar muerto. ¡Que las consecuencias las paguen los que me van a suceder»!
Que alguien se interese por ver debajo de la alfombra del «hospital de campaña» y parroquia de Santa Anna en Barcelona y por las 3 ancianas que forman la comunidad de la priora Caram.
Sí es legado de Francisco. Ha dado alas y legitimado a toda la basura eclesial modernista.
Y ¿cuándo te vas?
Este es el papa milonguero, el papa de la milonga, empezando por la Amoris. Todo en el es trola, trile, trampantojo y milonga.
Francisco, el milonguero… ¿Así será recordado? El destructor, el loco, el irresponsable… ¿cómo lo recordaremos el día de mañana? En verdad no sé… Los argentinos lo haremos con verguënza, eso sí.
El legado del Papa Francisco, salvo el improbable caso de que se convierta, será:
1- La negación de la doctrina católica en varios puntos (lo que se aprecia en sus encíclicas, cartas, discursos, entrevistas, etc.).
2- El fortalecimiento del nuevo orden mundial antihumanista con sus inmorales ODS expresados en su Agenda 2030 (reinicio económico sin propiedad privada, aborto, ideología de género, invasión inmigratoria musulmana, destrucción de recursos hídricos y alimentarios, falacia del cambio climático, etc.).
3- La expansión del relativismo moral y teológico.
4- La aniquilación del principio de autoridad de lo definido por sus predecesores.
5- El adoctrinamiento de ideologías heterodoxas.
6- El totalitarismo en el ejercicio del poder eclesiástico.
7- El cisma (de hecho) en la Iglesia.
8- El aumento del secularismo.
9- El crecimiento de los abusos litúrgicos.
10- El sincretismo religioso.
Etc.
Y todo esto no se lleva a cabo por el influjo desbordado y casi irresistible de las pasiones, pues siendo así tendría cierta humana disculpa o comprensión. Esto se hace con la frialdad aséptica de un designio intelectual fácilmente vencible… pero que uno se da el soberano gusto de no vencer. Que nadie lo olvide.
PURITANOS, FARISEOS , HIPOCRITAS Y PROTESTANTES. OLVIDAN LA COMPASION DE JESUS POR LOS PECADORES Y NECESITADOS.
Él decía que la caridad propia no podía ser objeto de toques de trompeta por las calles ni de campañas de auto-propaganda en los medios.
«OLVIDAN LA COMPASION DE JESUS POR LOS PECADORES Y NECESITADOS.»
Ya volvió el troll anticatólico. A ver ton tín, la compasión que muestra Nuestra Señor es hacia QUIEN SE ARREPIENTE DE SUS PECADOS Y VUELVE A SU VIDA DE GRACIA, no hacía quien hace gala de persistir en él.
Lávate la boca antes de tergiversar las palabras de Dios hecho Hombre, ton ta co.
Legado: una💩pinchada en un palo