Los obispos de Eichstätt, Colonia, Passau y Ratisbona han expresado su apoyo y gratitud hacia el documento final del XVI Sínodo Mundial de los Obispos, recientemente aprobado por el Papa Francisco. Destacan el rol fundamental del Espíritu Santo en una Iglesia sinodal y misionera, subrayando la necesidad de una conversión integral que abarque no solo a los individuos, sino también a las relaciones y estructuras dentro de la Iglesia.
El cardenal Woelki y los obispos Gregor María Hanke, Stefan Oster y Rudolf Voderholzer señalan que el documento se centra en la misión y la formación de discípulos que, desde una perspectiva sinodal, buscan la unidad en la evangelización y en el acompañamiento de los fieles hacia una relación más cercana con Cristo. Los cuatro de los cinco títulos principales del documento abordan esta conversión guiada por el Espíritu, haciendo un llamado a una transformación profunda en los corazones, procesos y vínculos eclesiales.
El documento también propone una visión de la Iglesia como una comunidad inclusiva en la que todos los fieles —especialmente mujeres, jóvenes y personas de los márgenes de la Iglesia y la sociedad— son invitados a participar activamente. Los obispos subrayan la importancia de un camino común de discernimiento espiritual, en el que la escucha, la oración y la libertad interior se combinan para dar lugar a una Iglesia transparente y responsable.
Además, estos cuatro los obispos alemanes resaltan que esta visión de una Iglesia participativa ya cuenta con estructuras en Alemania, tales como comités de asesoramiento y codeterminación. Sin embargo, enfatizan la necesidad de profundizar en la espiritualidad de estos organismos y de incrementar su enfoque misionero.
Tensiones con el camino sinodal alemán
A pesar de sus palabras de apoyo al sínodo mundial, estos obispos señalan su preocupación por el proceso sinodal en Alemania. Los prelados vivieron las reuniones en Frankfurt como un contraste con los ideales de escucha y discernimiento espiritual promovidos en Roma. En su opinión, en Frankfurt primó una lógica de votación mayoritaria, con un enfoque que consideran más parlamentario que espiritual. Este proceso, según los obispos, generó tensiones y daños en la comunidad eclesial, en lugar de fomentar la unidad.
Uno de los puntos críticos en el Camino Sinodal Alemán ha sido la identificación de cuatro temas clave en relación con el abuso dentro de la Iglesia, entre ellos el celibato y la moralidad sexual, temas que no se abordan en el documento final del Sínodo Mundial. Tampoco hay cambios en cuanto a la participación de las mujeres en el ministerio sacramental, que sigue sin prever alteraciones.
A pesar de estas diferencias, los obispos reiteran su disposición a **continuar el camino iniciado en el sínodo de Roma**, buscando la colaboración de todos los sectores de la Iglesia en Alemania. Su objetivo, tal como lo expresa el documento, es crear una Iglesia que sea un “pueblo de discípulos y misioneros que caminan juntos”, en palabras del Papa Francisco.
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