Un año después del anuncio del Vaticano sobre la apertura de un caso canónico contra el padre Marko Rupnik, las víctimas de sus presuntos abusos expresan sentirse abandonadas y desilusionadas por la falta de avances en el proceso y la opacidad de las autoridades eclesiásticas.
El sacerdote, que ha sido acusado de abuso espiritual, psicológico y sexual a mujeres adultas bajo su dirección en una comunidad religiosa, continúa ejerciendo su ministerio en la diócesis de Koper, Eslovenia, pese a las investigaciones en curso. Las denuncias contra Rupnik, algunas presentadas públicamente en 2022, ya eran conocidas por funcionarios del Vaticano desde hace varios años.
El 27 de octubre de 2023, el Vaticano anunciaba que el Papa Francisco había levantado el plazo de prescripción, lo cual permitió al Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) abrir un proceso disciplinario. Sin embargo, para las víctimas, las promesas de escucha y atención quedan en palabras vacías, mientras que la falta de información concreta solo amplifica su dolor. Anne Barrett Doyle, directora de Bishop Accountability, calificó la demora del Vaticano como «un daño añadido» para las víctimas y una causa de escándalo para los fieles.
Gloria Branciani, una de las mujeres que denunció haber sido víctima de Rupnik, expresó su frustración por la inacción de la Iglesia. «Me siento traicionada una vez más», afirmó, lamentando que la Iglesia no haya asumido responsabilidades ni respondido a las denuncias presentadas, algunas desde 1993. Branciani insiste en que la Iglesia debe adoptar una postura clara en defensa de las víctimas y actuar sin ambigüedades.
Otra presunta víctima, Mirjam Kovač, también hizo pública su situación. Desde Eslovenia, expresó su dolor y desilusión ante la falta de transparencia en el proceso, subrayando que las autoridades eclesiásticas deben construir relaciones basadas en la verdad y la justicia, y no solo en palabras, sino en acciones concretas.
El caso de Rupnik continúa en revisión por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que asegura estar evaluando los méritos del caso y los pasos procesales adecuados.
El silencio de las autoridades eclesiásticas sobre el paradero de Rupnik y su estado dentro de la Iglesia también ha suscitado críticas. En 2023, la diócesis de Koper lo aceptó como sacerdote al no existir, según dijeron, un fallo que lo declare culpable. Mientras tanto, los fieles y las víctimas exigen claridad.
El caso ha alcanzado una gran relevancia pública, no solo por las denuncias de abuso, sino también por la influencia de Rupnik como artista de mosaicos católicos que adornan templos en todo el mundo. Las demandas de retirada de sus obras en lugares como el Santuario Nacional de San Juan Pablo II en Washington, o el santuario mariano en Lourdes, reflejan el impacto y las divisiones que este escándalo ha causado en la comunidad católica.
La Iglesia, en su informe final del Sínodo sobre la Sinodalidad, instó a la «sanación, reconciliación y reconstrucción de la confianza», aunque para las víctimas, el camino hacia una verdadera justicia y reparación parece aún distante.
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Algunas denuncias son de 1993. Escandaloso.
Este Dicasterio para la Doctrina de la Fe mal por lento desde que dijo que iba a hacer algo, al igual que la diócesis, pero han pasado Juan Pablo II (que, por lo visto, estaba totalmente ciego ante los abusos) y Benedicto XVI, que en su pontificado empezó a mover la pesada piedra de la complicidad y delsilencio.
Pero, qué es lo que piden las víctimas adultas?
Y qué quieren las supuestas víctimas? ¿Qué fusilen al padre? Ya fue duramente sancionado por la Iglesia. Además solo Dios sabe si los señalamientos son de verdad.
Kiko: ¿qué entiendes por duramente sancionado?
Este individuo es un depredador sexual en toda regla. Empezó sus imposiciones de sexo grupal y violaciones de monjas a principios de los 90. Las denuncias se multiplicaban pero la Compañía de Jesús le protegía. Luego en 2013 con la llegada de Bergoglio, como era un predilecto suyo todavía estuvo más privilegiado. Tuvieron que pasar 10 años más para que la Compañía de Jesús finalmente lo expulsara. Resumiendo: desde que se ordenó sacerdote en 1985 hasta su excomunión en 2023, estuvo durante 30 años abusando continuamente de religiosas, pero haciéndolo perfectamente apoyado por su congregación y por su amigo Papa. Estos casos en los que un sujeto ha ocasionado tanto daño, a tantas personas y por tantos años, además con total conciencia e impunidad, yo aplicaría la pena máxima de perpetua o peor…
No dudo que este sacerdote haya cometido cosas terribles. Pero dices en tu absurda perorata que gozaba de apoyo de su congregación y del Papa, vaya que eres atrevido y boca aguada, ¿cómo se te ocurre decir que los jesuitas y el Papa lo apoyaban en sus fechorías? Solo alguien con muy mala leche puede hacer tan torpes afirmaciones.
Es muy sencillo de entender: 1) Ningún violador puede actuar impunemente durante más de 30 años (durante los cuales hubieron denuncias constantemente) a menos que goce de una protección insuperable, y esta se la proporcionaban la Compañía y su íntimo Bergoglio. 2) Durante estos 30 años hay multitud de documentos escritos, fotográficos y filmados (esta es una ventaja de Internet), donde este depredador salía continuamente aplaudido por parte de Jesuitas y de Bergoglio quienes le sonreían y daban palmaditas de encumbramiento. 3) Casi costó la segunda venida de Jesucristo, que las víctimas que suplicaban ayuda, fueran escuchadas en la Compañía y el Vaticano. 4) Ante tantas pruebas y evidencias, finalmente (y demasiado tarde) actuaron siendo primero expulsado de la Compañía y después excomulgado. 5) Ahora terminaré aquella frase inacabada: resido en un pueblo rural con ganados y perros, y alguna vez aparece un perro que contrae la rabia, y todos sabemos lo que hay que hacer cuanto antes.