Tras recibir el viernes pasado al comisario plenipotenciario de Torreciudad, Alejandro Arellano, el Papa Francisco ha recibido en audiencia en la mañana de este lunes al obispo de Barbastro, Ángel Pérez Pueyo, parte implicada en el caso de Torreciudad.
Según el escueto comunicado del obispado de Barbastro, el Santo Padre ha recibido este lunes al obispo de Barbastro-Monzón, Mons. Ángel Pérez Pueyo, «en un encuentro en el que han tratado temas de interés diocesano».
Pérez Pueyo ha hecho entrega al papa Francisco de varios obsequios: la tarta de Monzón, elaborada por las Hermanas Pobres de Santa Clara, y los conocidos como “Cordones de la Victoria”, unos cordones de zapatilla con la inscripción del ajuar funerario del obispo San Ramón, de cuya muerte se cumplirán 900 años en 2026.
Es evidente que la diócesis de Barbastro calla muchas cosas y no ha desvelado el grueso de la conversación entre Francisco y el obispo operario. ¿Alguien se cree que en menos de un mes el Papa reciba dos veces en audiencia al obispo de una minúscula diócesis simplemente para despachar asuntos diocesanos?
Desde que Pérez Pueyo la armó al destituir al rector de Torreciudad en julio del 2023, su imagen pública se ha revalorizado especialmente en aquellos sectores eclesiásticos (especialmente en Roma) que guardan inquina al Opus Dei. Mientras tanto, Roma venderá el día de mañana que ha habido un proceso minucioso para solucionar el conflicto en Torreciudad, pero las continuas visitas del Pérez Pueyo a Roma para entrevistarse directamente con el Papa y para pasearse por varios dicasterios apuntan a que la decisión ya está tomada y que todo esto será un mero trámite de cara a la galería mientras el decano del Tribunal de la Rota Romana disfruta del prepirineo oscense.