En los últimos años, las tensiones dentro de la Iglesia Católica han alcanzado niveles sin precedentes. El Papa Francisco ha sido acusado por muchos católicos conservadores de promover herejías, tolerar contradicciones doctrinales e incluso impulsar agendas contrarias a la enseñanza moral de la Iglesia, como la promoción de la homosexualidad. Frente a este panorama, muchos se preguntan: ¿estamos en las puertas de un cisma?
La realidad, sin embargo, apunta en otra dirección. A pesar de las divisiones y el sufrimiento que experimentan los fieles, el cisma parece una posibilidad remota. Tanto los sectores progresistas de la Iglesia como los católicos fieles a la Tradición tienen razones fundamentales para no romper con Roma, aunque esas razones difieran radicalmente.
Por un lado, la progresía católica, que se identifica con los cambios promovidos desde los altos círculos eclesiales, nunca renunciará a la institucionalidad de la Iglesia. Para ellos, el poder, el dinero y la relevancia en los ámbitos internacionales son clave. La Iglesia les otorga una plataforma global que les permite influir en debates morales y sociales. Sin esta institución, sus voces serían insignificantes. La estructura eclesial es, para ellos, un vehículo de poder, y su participación en la Iglesia no es un asunto de fe, sino de influencia en el escenario mundial.
Por otro lado, están los católicos de verdad, aquellos que sufren con cada contradicción doctrinal, con cada palabra que parece desvirtuar la fe que han recibido. Para ellos, la confusión que ven dentro de la Iglesia es motivo de un dolor profundo. Sin embargo, estos católicos no romperán con Roma. No lo harán porque, a diferencia de los progresistas, su vínculo con la Iglesia no tiene que ver con el poder ni con la influencia. Para ellos, la Iglesia es el lugar donde está Pedro, y donde está Pedro, está la verdadera Iglesia de Cristo. Romper con Roma sería, para ellos, quedar huérfanos y abandonados. No se trata de pragmatismo ni de interés; se trata de una fidelidad visceral a la figura de Pedro.
Este es el gran drama de la Iglesia en nuestros tiempos. La progresía no se irá porque la Iglesia es su fuente de poder, mientras que los verdaderos católicos no se irán porque, aunque sufran, saben que Roma sigue siendo el centro de la Iglesia universal, el único lugar donde, a pesar de los errores humanos, se puede hallar la verdadera sucesión apostólica.
Pero ¿qué pasa cuando Pedro deja de ser Pedro? Aquí yace el dilema más profundo. El Papa es el sucesor de Pedro, pero si su liderazgo se aparta gravemente de las enseñanzas de Cristo, los fieles católicos se enfrentan a una crisis sin precedentes. La pregunta que muchos se hacen en sus corazones es si, en ese caso, la fidelidad a Pedro sigue siendo la fidelidad a Cristo.
La historia de la Iglesia está marcada por grandes pruebas y escándalos, pero siempre ha prevalecido. No porque sus líderes sean infalibles en lo moral, sino porque la promesa de Cristo de que «las puertas del infierno no prevalecerán contra ella» sigue vigente. Mientras haya fe en esa promesa, la Iglesia sobrevivirá, incluso a sus peores crisis.
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Francisco mantiene una actitud cismática, porque al contradecir en diversos aspectos la doctrina católica definida por sus predecesores, en cierto modo se separa de la Iglesia y separa a muchos, y por eso debemos resistirle, para preservar la unidad de la Iglesia. Está claro que mientras practicamos nuestra resistencia frente a los errores de Francisco y de los que le siguen, debemos perseverar en el seno de la única Iglesia que Cristo fundó, la Católica, y por tanto nunca hemos de dar ningún paso de salida.
Y como dijo el obispo Schneider «los papas pasan, la Iglesia permanece.» Debemos consolarnos pensando que algún día Francisco pasará, y vendrá nuevos pontífices, y si bien es cierto que pueden venir otros igual de malos o peor que Francisco, sin embargo algún día vendrán buenos papas, pues Cristo pronetió que «el poder del m a l i g n o no prevalecerá»
(Mt 16,18)
Supuesto sacerdote, por qué nunca rezas al final de tus escritos, ni una jaculatoria jamás. Me parece de lo mas sospechoso, es curioso en eso te pareces al tal Católicus, que nunca reza de forma alguna, ni da las gracias, ni pide perdón, sois mas fríos que un polo, parecéis los dos un programa informático. Dos robot clónicos programados por quien sabe nadie. En todo caso robot, pierde toda esperanza, el cisma es de facto y está ya entre nosotros para siempre, y la pregunta de Gurpegui es ociosa por irreal. Goretsi Jainkoa
¿Por qué iba a rezar al final de un comentario solo por ser sacerdote? Si quiere lo hace y si no, no, sea sacerdote o no. Qué tendrán que ver otros comentaristas. Imagino que usted no será lector habitual de esta página, porque en los casos en los que se han equivocado (que han sido pocos) no han tardado en pedir disculpas. Y, ¿dar las gracias por qué, si esto va de comentar la noticia?
Menudo cacao mental el errequeerre este…
Muy acertadas, algunas de las consideraciones de Zumalacárregui
Muy fuera de lugar el comentario de Zumalacarregi.
Algunos tienen una obsesion contra el Sacerdote Catolico, ya que solo se dedican a criticarle en vez de comentar la noticia.
Gracias, Sacerdote Católico.
Gracias por qué so ton ta, ese animal no es sacerdote, solo siembra odio y confusión y los incautos como tú se creen toda su basura.
Lo suyo es un «canto a la caridad», Kik@; ironizo leyendo su injustificable cobardía de maltratar a una mujer.
No se preocupe, tiene cura: Un buen exorcismo, para empezar…
Un Cónclave con los «cardenales» después de Benedicto XVI es inválido. Para restablecer la sucesión legítima se requiere un Cónclave de los cardenales hasta Benedicto XVI.
¡Su opinión es peligrosísima y no hay por donde cogerla!
Aplicando su razonamiento, si realmente Juan XXIII era masón, tal y como afirman muchos (reconocidos masones incluidos) y se intenta demostrar en el libro «Introducción a la Francmasonería» de Jaime Ayala Ponce, los sedevacantistas tendrían razón y el propio Benedicto XVI no hubiera sido Papa nunca.
Cómo ve, su opinión hace aguas.
AMÉN, Sacerdote católico.
Y sin embargo sí habrá un cisma, porque los herejes, incluyendo el Papa actual o quien lo suceda -que preveo que será aún peor- tarde o temprano excomulgarán a los verdaderos cristianos, a los católicos de Verdad.
el cisma lo está cocinando el mismo Francisco apartando y ninguneando a todo el que cuestione su religión masona. Si continúa al mismo ritmo, no quedará un solo cardenal conservador en la Iglesia. Mientras los afeminados y los corruptos, los criminales son alzados a los puestos más importantes de la Ihlesia de Cristo. Eso en el mundo se llama tiranía.
El problema no es Pedro, sino su vicario, cuando el dilema es seguir a Cristo a pesar de su vicario, cuando éste pretende imponer sus ideas y estas se oponen a lo recibido de Cristo.
Lo cómodo es el sedevacantismo, pero no podemos, como los protestantes, ser cada uno su propio Papa.
Solo queda resistir, firmes en la fe de siempre, lejos de las novedades.
Quizá sea útil recordar que San Pío V rechazó, en la liturgia, todo aquello que no tuviera al menos doscientos años de tradición. Algo así debería ser nuestro criterio.
El problema es el porcentaje de curas que no querrían jamás celebrar la Liturgia como hace 200 años.
Yo no tengo ni idea pero en mi diocesis sí que sé que sería del 98% y dejo ese 2% porque alguno aunque no le gustara, obedecería a la Iglesia aunque se volviera a la Tradición. La Iglesia se volvería “indietrista” y los que dan valor a la neolengua bergogliana, se sentirían aterrorizados de un “indietrismo” universal. Eso me temo que solo ocurrirá después de la desolación. Pero no creo que quede tanto para ello. En cualquier caso para mi es una gracia el sufrir por la Iglesia. Me uno al Señor, y rezo más. Y aumenta el temor de Dios. Pues Dios castiga, sí.
Yo empecé a ser cismático desde que hice la primera comunión, el día mas feliz de mi vida, aunque entonces no lo supiera. Por aquel entonces se estaba celebrando aquello llamado concilio del cual por mi edad no sabia nada. Pero a pesar que estaba arropado por una familia santa, recuerdo que con diez años me impresionó mucho la orden de despojar a los sacerdotes de sus sotanas, después llegué a la conclusión que era una forma de desprenderse de Cristo por parte de los sacerdotes, los otros cristos que quedaron desnudos. Después quitaron la tonsura, ya no se les besaba la mano, y empezaron a hablar de democracia en las iglesias donde se cambió el rito antiguo. Ningún mayor me logró explicar a que se debían esos cambios. Hoy si lo sé. La tiranía de Satanás. Goretsi Jainkoa
El articulista desconoce lo que profetiza la Sagrada Escritura, y para los tiempos que ya estamos viviendo que reconocemos porque ya se estan dando los signos descriptos, principalmente desde donde comienzan, la Gran Apostasía. Y el Cisma se va a dar a partir de la «Supresión del Sacrificio Perpetuo», es decir cuando cambien la Consagración y ya no se hará presente el Señor. Este Cisma será al reves de los historicos, en que el error salía de Roma, y ahora la verdadera Iglesia se irá de alli hacia «las montañas» como refiere el Tercer Secreto de Fátima, y en palabras de Cristo en su discurso Esjatologico, que para cuando sucedan estas cosas, se debe huir a las montañas. Y asi Roma queda como la sede del Anticristo, que menciona La Salette. Anticristo religioso que es el que se sienta en la sede, el Falso Profeta, el hombre de iniquidad, que menciona San Pablo en 2 Tes. 2 y que no es referencia al Anticristo político sino al religioso, porque sobre religion habla: katejon apartado.
Sr. Guillermo: excelente sus comentarios. Es una opción que no contempla este artículo aunque no con mala intención. Bienvenido el debate porque antes o después de la supresión del S.P., el Cisma vendrá. Además esta profetizado en varias Apariciones de la Virgen como por ej. en Garabandal.
*Melania Calvat, la vidente de La Salette, dijo:*
«Es un gran error querer hacer que el fin del mundo coincida con el fin del Anticristo. Después de la caída temporal o física del Anticristo, la Iglesia prosperará, más resplandeciente que nunca. Todos los judíos que han permanecido vivos abrazarán la Fe; todos los cristianos que hayan permanecido vivos serán renovados en una fe viva; no habrá fuera de la Iglesia Católica ninguna otra religión o secta, y la más bella, la paz más universal reinará por siglos; después de lo cual la Fe se enfriará de nuevo… ”
(Document, Pour Servir l’Histoire Réelle de La Salette, Lettres de Mélanie, Bergère de la Salette, au Chanoine de Brand Carta n° 450).
Esta mención de Melania, es continuación de un comentario no publicado.
Ya han publicado el comentario. Gracias
Pues según el libro de Daniel, el reinado del Anticristo durará tres años y medio, luego de lo cual ha de sobrevenir la gran tribulación por un lapso de 45 días, tiempo en el que se convertirán los judíos:
«En aquel tiempo se alzará Miguel, el gran príncipe y defensor de
los hijos de tu pueblo; y vendrá tiempo de angustia cual nunca ha
habido desde que existen naciones hasta ese tiempo. En ese tiempo
será librado tu pueblo, todo aquel que se hallare inscrito en el libro».
Y con respecto al reinado del Anticristo y la gran tribulación por 45 días:
«Desde el tiempo en que será quitado el sacrificio perpetuo y
entronizada la abominación desoladora, pasarán mil doscientos
noventa días. ¡Bienaventurado el que espere, y llegue a mil
trescientos treinta y cinco días!»
SIGUE…
Justamente mi comentario no publicado habla del cisma provocado cuando implementen la «Supresión del Sacrificio Perpetuo».
¿Cuál será esa gran tribulación y qué la provocará? No lo sabemos pero muy probablemente sea una tercera guerra mundial, la guerra del Armagedón, a la hace mención el libro de Apocalipsis.
Ahora bien en los Evangelios el Señor nos dice que luego de esa gran tribulación se producirán fenómenos cósmicos que anunciarán su segunda venida. De este modo no parece haber espacio para que se dé lo que supuestamente Melania dijo que la Virgen le dijo.
De hecho, después del Anticristo es imposible que suceda un periodo de renovación de la fe para que se pierda otra vez. Y es imposible porque implicaría una resurrección del Anticristo y eso es antibiblico. El capitulo 7 de Daniel es muy revelador respecto de la secuencia de los últimos tiempos.
Rubén. Pero en el Apocalipsis capítulo 20, se habla del reino de mil años y de gog y Magog.
El profeta Ezequiel también habla de cosas que aún no sucedieron en los capítulos desde el 38 hasta el final.
¿cómo identificar a Gog y a Magog?
El milenarismo fue condenado por la Iglesia, incluso el milenarismo atenuado. Y está condenado porque implicaría que Cristo venga tres veces y la Escritura solo nos habla de una segunda venida. Si lo quieres interpretar como debe ser, el reino de los mil años ya pasó y puedes contarlo desde que el Papa San Dámaso estableció el Canon bíblico hasta el Renacimiento (el período de la «Cristiandad»). Magog es Rusia y Gog es Bergoglio (Ber Gog Lio, el Hijo de Gog que hace Lío). SIGUE.
Lo que pasa es que el Apocalipsis muestra visiones del apóstol, que no necesariamente son secuenciales. Por ejemplo, el capítulo IX hace mención a la guerra del Armagedón, en donde morira la tercera parte de la humanidad (no sé si es la gran tribulación, pero se le parece bastante). Ahora bien, la gran tribulación se dará después del advenimiento del anticristo y previa a la segunda venida del Señor. En Mateo 24:29-30 podemos leer:
INMEDIATAMENTE DESPUÉS DE LA TRIBULACIÓN DE AQUELLOS días el sol se oscurecerá, y la luna no dará más su fulgor, los astros caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre, y entonces se lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con Poder y gloria grande.
SIGUE
De este modo, no hay espacio de tiempo entre el fin de la gran tribulación y las señales cósmicas que precederán a la venida de Cristo. Ahora bien, en Apocalipsis, la Bestia y el Falso Profeta están descriptos en el cap. 13, como posteriores al Armagedon, cuando el Armagedón es el castigo de Dios por haber la humanidad apostatado y adorado a la Bestia. Es más, en el cap. 12, donde se describe a la mujer con dolores de parto, descripción posterior al Armagedón, pero que indudablemente es anterior al mismo porque describe a la Iglesia que da a luz a Cristo Resucitado, sobre la cual Satanás lanza sus mentiras (el «río» para que la «mujer» sea arrastrada) y ataques.
Conclusión: el Apocalipsis es un rompecabezas en donde sus piezas no están colocadas en el lugar que les corresponde. Hay descripciones de eventos posteriores a otros eventos pero que son anteriores en el tiempo. SIGUE.
La secuencia más exacta está en el capítulo 7 del libro de Daniel. No es difícil identificar hoy día a las tres primeras bestias allí descritas: la primera es la Iglesia (sí, bestia, porque le fueron arrancadas las dos alas, la fe y la caridad, y fue puesta de pie, es decir, perdió su dimensión sobrenatural, se volvió mundana), el marxismo-comunismo y la masonería. Falta la cuarta bestia, la que el apocalipsis llama la «bestia que viene del mar», el sistema político de gobierno mundial, al que servirá la primera bestia, encabezada por el falso profeta (la bestia que emerge de la tierra, la pata religiosa del sistema político). Y cuando sea abatida esa cuarta bestia, lo será para siempre (fijate como termina ese capitulo 7 de Daniel). Si hay «reino de mil años» en el sentido que le dan los milenaristas, entonces hay tres venidas de Cristo y eso es antibíblico. Los mil años ya pasaron y Satanás ya fue liberado (lo estamos viendo hoy).
«Para ellos, la Iglesia es el lugar donde está Pedro, y donde está Pedro, está la verdadera Iglesia de Cristo.»
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Pues no, para los católicos la Iglesia es donde está Pedro en tanto y en cuanto Pedro ande como Cristo anduvo. Pero el autor del artículo toma en cuenta está cuestión puesto que más adelante nos dice:
«Pero ¿qué pasa cuando Pedro deja de ser Pedro? Aquí yace el dilema más profundo.»
Pasará lo que profetizó San Pablo en 2 Tes 2:2-6 y lo que dice el Catecismo en su artículo 675: la Iglesia seguirá al Señor en su Pasión, MUERTE y Resurrección. Si, la Iglesia morirá (como murió Cristo sin que ello anulara la Escritura del AT que decía que el Cristo permanecería para siempre), sin que ello implique que muera la fe (siempre existirá el remanente fiel) ni que las puertas del infierno prevalezcan puesto que la Iglesia resucitará.
Y el cisma se ha de producir según la revelación privada de Santa Hermenegilda Von Bingen.
Falso y no se sostiene en la revelación, al final de los tiempos el trigo estará maduro y se separará de la cizaña y habrá dos Mujeres, una Buena Mujer que irá al desierto y una Mala Mujer, además, la historia de la Iglesia está plagada de cismas, negarlo es negar la verdad de la Historia de Salvación, hubo un cisma con Lefebvre y otro con Viganó, uno con la Reforma Protestante, otro con Enrique VIII, etc.
¿Por qué enseñan falacias?
«… hubo un cisma con Lefebvre».
Cómo todo lo que afirma sea igual de cierto… va mal.
No hubo tal cisma y si lo hubo no fue Lefebvre el que lo cometió.
Hasta donde yo sé, por ejemplo, Lefebvre no dio nunca la Sagrada Comunión a herejes protestantes, como si hicieron, entre otras cosas, quienes le acusaron de cisma.
Es sabido que ha habido bastantes cismas en la historia de la Iglesia. Está muy claro que el autor del artículo no niega eso sino que se está refiriendo a que las tensiones ACTUALES en la Iglesia, generadas por el tipo de desacuerdos/polémicas actuales y de sus promotores, no nos conducirán a un cisma, por las razones que expone el autor.
Por el lado modernista no habrá verdadero cisma, porque el modernismo es una herejía de hierro en un cisma de terciopelo.
No quiere ni necesita negar las verdades católicas: le basta con dejar que el polvo se acumule sobre ellas.
Por el lado católico tampoco, como se demostró precisamente con las consagraciones episcopales por el venerado arzobispo Marcel Lefebvre en 1988. No es necesario instituir una jerarquía con jurisdicción separada para permanecer fieles a lo que la Iglesia hizo y enseñó siempre. No hace falta instituir una jerarquía separada para continuar el sacerdocio católico, la celebración del sacrificio de la Misa sin mancha y la predicación íntegra de la Fe católica.
En suma, no creo que haya cisma sino más marasmo y confusión. Hasta que Dios restaure a su Iglesia.
Pero ¿ud cree que van a permanecer los que hacen misa tradicional a su gusto? ¿Todavía cree que Bergoglio no los va a machacar? Quizás siguen ahí por el tema de agruparlos y luego llamarlos «cismáticos» (es un plan maquiavélico muy bueno para finalidad de la destrucción del catolicismo). Ahora están haciendo «visitas pastorales» a la FSSP, que se doblegan al máximo a Bergoglio, ni comentan sus herejías pero ahora se dedican a machacar a la FSSPX ¿órdenes de arriba?
Otros curas que celebran tanto Novus como Vetus Ordo, estilo el P Olivera Ravasi, también machacan cuando pueden a la FSSPX pero no dicen nada de Bergoglio y su destrucción de la fe, limitándose a esa falacia de que «no habla excathedra, entonces da igual lo que diga»…
Yo no creo que nadie vaya a permanecer a gusto.
Creo que no habrá cisma, ni por el lado modernista ni por el lado católico, por las razones que he dado. Quizá equivocadas.
Creo también que el marasmo y la confusión irán en aumento. Hasta que Dios restaure a su Iglesia.
¿Y como explicas entonces la gran apostasía profetizada por el apóstol San Pablo en 2 Tes 2? ¿Y como explicas la permanencia del remanente fiel, perseguido y en las nuevas catacumbas? Si por un lado tenemos la gran apostasía (en donde el Anticristo se sentará en el Templo de Dios) y por otro al remanente fiel del Señor, perseguido y acosado, ¿cómo pueden coexistir esas dos realidades sin cisma? Desde ya que no puede haber GRAN apostasía, sin que apostaste el que se sienta en el trono de Pedro. Por algo el Señor ha de vomitar a la Iglesia de Laodicea.
Lee lo de Hermenegilda Von Bingen y su revelación sobre el tiempo del Anticristo. Es una revelación privada, si, y con todo lo que ella significa, pero no cabe duda de que la recibió del cielo.
Rubén. Todo el mundo parece olvidar lo que se narra en apocalipsis 11. Vendrán dos testigos que vestirán de saco.
Tal vez, ellos ayudarán a reconducir a la Iglesia a su verdadero pastor, y muchos paganos, como en tiempos del imperio romano, se convertirán a la verdadera fe, habiendo muchos martirios a causa de las persecuciones del Anticristo.
No creo estar diciendo herejías.
La Historia de la Iglesia está llena de cismas, se puede decir que a uno por concilio. En efecto, en muchos concilios se condenan un tipo de ideas, luego automáticamente se produce un cisma, porque los defensores de las ideas condenadas, quieran o no, se segregan de la Iglesia. El último concilio también tuvo su cisma, pero ambas partes lo ocultan y lo disimulan. Los Tradicionalistas reconocen al papa como legítimo pontífice de la Iglesia Católica, pero ignoran todas y cada una de las disposiciones de la Iglesia conciliar, aunque se pueda ver la foto del pontífice de turno en sus centros. Pero ese reconocimiento solo es una formalidad. Yo reconozco que Charles III es el legítimo rey de Inglaterra ¿Y qué? eso no me hace inglés. La Iglesia modernista, por su parte, no reconoce el cisma, porque sería aceptar que la nueva Iglesia nace con voces discordantes y que el concilio no es ese acuerdo unánime para la «primavera de la Iglesia» que siempre han vendido.
El mismísimo San Pedro lo dice: ¿Y dónde vamos a estar peor que aquí?
Espero que lo que dice en su comentario haya sido un lapsus y no un chiste malo pues lo que dijo San Pedro es “¿A quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna” que se parece más bien a decir “¿Y dónde vamos a estar MEJOR que aquí?
Ni lapsus ni chiste, más sencillo: ironía. Pero ironía real. Mejor nos quedamos. Con todos los «cachóndicbs», «kerigmas de chorizo», «juan damiers» y demás patulea irrisoria comulgando junto a nosotros, pero qué le vamos a hacer…
Muy de acuerdo con lo expuesto por el autor del artículo. Muy bien visto y razonado.
¿Y si Francisco es destituido contra su voluntad? Hay muchos católicos, sobre todo del sector tradicional, que están deseando esta destitución. También algunos del sector más liberal. Nadie parece considerar esta posibilidad, pero no me parece tan irreal. Nunca un Papa ha sido destituido, ni siquiera los que cayeron en herejía, que algunos hubo. Obligaría a tomar decisiones radicales y podría producirse un verdadero cisma.
La Iglesia ha conocido históricamente la existencia de varios cismas; el principal es el de Oriente en el año 1054, a resultas del cual se generó la división que perdura hasta hoy en base a la cual aquellos cristianos se hacen llamar precisamente cristianos, por ser fieles a la tradición, se hacen llamar ortodoxos, término que hunde sus raíces en la patrística griega del siglo IV. Y según ellos los heterodoxos somos nosotros y el Papa un hereje. Otras corrientes cismáticas más recientes han reivindicado para sí la pureza doctrinal frente a la heterodoxia del resto.
Por tanto, el enunciado de la entrada de la web es más voluntarista que otra cosa, ya que la historia enseña que no pueden descartarse nuevos cismas.
«en base a la cual aquellos cristianos se hacen llamar precisamente cristianos, por ser fieles a la tradición, se hacen llamar ortodoxos»
=
«en base a la cual aquellos cristianos se hacen llamar, precisamente por ser fieles a la tradición, ortodoxos…»
Me temo que le falta discernimiento, señor Gurpegui: en la Iglesia no hay católicos progresistas o conservadores. O se es católico o no se es. Los heterodoxos no son católicos. Y además, los que somos ortodoxos, no nos iremos, pero seremos echados por Bergoglio, por profesar la doctrina y magisterio de siempre. Recuerde el typo: «Os echarán de las sinagogas…»
Sin dudas, el mejor comentario. Preciso, verdadero, realista. Roguemos al Espíritu Santo nos de la fuerza para perseverar resistiendo con éxito lo que se viene. Y levantemos los ojos al cielo, porque está próxima la Venida del Señor.
Vuelvo e insisto con mi tema. Un Papa infiel (hereje, apostata y cismático) es un torpedo en la línea de flotación de la Iglesia, a los laicos nos descoloca, quedamos fuera por a o por b. Si por tales hechos desconocemos al Papa, decimos que no hay Papa, sedevacantistas, fuera. Si decimos que es un hereje, pero seguimos en comunión con él, reconocemos su autoridad, vamos a misa y en la Plegaria Eucarística nos unimos a él ( CEC 1369), somos copartícipes de la herejía, y apostasía. Estamos fuera y condenados.
Un Papa hereje y apóstata inaugura la época del anticristo. Además no hay como juzgarlo, las condenas «Late sentencia» le resbalan. Son tiempos extraordinarios, la salvación solo será de manera extraordinaria.
El proceso que conducirá al cisma comenzó el dia 13-3-2013. Ahora estamos a punto de ver nacer a la falsa iglesia de Apocalipsis 17, la gran ramera.
Arzobispo Fulton Sheen: de la verdadera Iglesia surgirá la falsa iglesia del anti-cristo.
Daniel 9,27: a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda.
Daniel 12,11: desde que sea abolido el sacrificio perpetuo cuenta 1290 dias…
El que quiera entender que entienda.
Non Nobis.
Esa cuenta atrás de 1290 días, o 42 meses, o tres años y medio (de casi todas las formas posibles es citada insistentemente en la Biblia) puede estar a punto de comenzar, en efecto. En mi opinión esto no pasará con el Papa Francisco, sino con el que vendrá después de él. Una opinión, no más.