Casi diez días más tarde después de haber nombrado a Alejandro Arellano Cedillo decano del Tribunal de la Rota Romana, como Comisario Pontificio Plenipotenciario de Torreciudad, el Papa le ha recibido en audiencia.
¿Le habrá dicho el Papa en esta conversación lo que debe escribir en su informe? ¿Será una investigación sería o hará el paripé de cara a la galería? El arzobispo Alejandro Arellano llegará en los próximos días a Torreciudad para tratar de poner paz en este conflicto que lleva abierto ‘oficialmente’ desde el verano del 2023.
Arellano Cedillo vivirá en los aposentos del santuario mariano vinculado al Opus Dei mientras realiza sus tareas indagatorias para ver a quien da la razón.
Durante el tiempo que dure la investigación del arzobispo español en el santuario ubicado a los pies del Pirineo oscense, tendrá el control total y absoluto de todo lo que ocurra en el -como dijo la Santa Sede- «complejo» de Torreciudad. Arellano Cedillo tendrá acceso a las cuentas del santuario y tendrá que aclarase clon los responsables del templo sobre cómo funcionan las finanzas de Torreciudad.
Es ahí donde descubrirá que el edificio es en sí mismo deficitario ya que la Obra nunca ha cobrado ni un euro a los fieles por asistir a venerar la imagen de la virgen situada en el majestuoso retablo del santuario, lugar por cierto del que quiere quitarla el obispo de Barbastro para que vuelva a la ermita originaria contradiciendo el contrato firmado con la diócesis a finales de los años 60.
El que seguro que agradecerá la llegada de Arellano Cedillo será el octogenario sacerdote José Mairal a quien Pérez Pueyo encasquetó el ‘marrón’ de sustituir a Ángel Lasheras como rector de Torreciudad. Una decisión que en la práctica no significó nada más allá el puñetazo en la mesa de cara a la galería.