Baldassare Reina, recientemente nombrado cardenal y Vicario General de Su Santidad para la Diócesis de Roma, ha escrito una carta a los fieles romanos, en la que manifiesta su agradecimiento, humildad y compromiso al asumir esta nueva responsabilidad. En el documento, el nuevo cardenal reflexiona sobre su misión pastoral y sobre la gracia que ha recibido al ser llamado a este servicio.
En su misiva, Reina comienza citando un pasaje de San Pablo a Timoteo, destacando las palabras del apóstol: «Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me juzgó digno de confianza al llamarme al ministerio» (1 Tim 1, 12-13). Al respecto, el cardenal señala que toma este mensaje como providencial, y enfatiza: «Soy consciente de que más allá de los límites y pecados de cada uno, la gracia nos inunda con cada don que Dios concede a nuestra vida».
Reina, quien llegó a Roma hace poco más de dos años, recuerda cómo fue acogido por esta Iglesia desde el principio: «Comencé inmediatamente a amar esta Iglesia que aún conocía demasiado poco pero en la que me sentía acogido más allá de toda expectativa», escribía, destacando la belleza y posibilidades de bien que ha encontrado en su labor pastoral. También expresó su gratitud al Papa Francisco por la confianza depositada en él, primero como Obispo Auxiliar, luego como Vicegerente y, finalmente, como Vicario General. En este sentido, subrayó el ejemplo del Santo Padre: «Su dedicación a la Iglesia universal y la profecía que nos ha regalado en estos años de pontificado me empujan a trabajar por una Iglesia transparente y pobre, capaz de difundir el aroma del Evangelio».
El neocardenal también destacó la importancia de su nuevo cargo, asumiéndolo con humildad y responsabilidad: «Acojo con temor la responsabilidad adicional que hoy me confiáis para servir a vuestra diócesis, con la serena certeza de que el Señor obrará más allá de mis límites». Asimismo, rindió homenaje a sus predecesores en el cargo, mencionando especialmente al cardenal Angelo De Donatis, de quien destacó su acogida y apoyo desde que comenzó su ministerio en Roma.
Dirigiéndose a los fieles de Roma, Reina expresó su profundo deseo de servir a esta diócesis y a su pueblo: «Como hermano y padre quisiera compartir los pasos de todos y cada uno del pueblo de Dios que vive en Roma». En esta línea, también agradeció el servicio de los sacerdotes y diáconos de la diócesis, reconociendo su esfuerzo y dedicación. «Ahora siento aún más la necesidad y la alegría de ponerme al lado de todos en actitud de escucha», afirmó, destacando la importancia de trabajar en conjunto para llevar el amor de Dios a los fieles.
Por último, el futuro cardenal Reina subrayó la importancia de la misión que les aguarda en tiempos complejos, pero con el aliento de servir a una diócesis con una rica historia de santidad. «Nos espera una misión importante, en un tiempo complejo, que debemos afrontar construyendo cada día vínculos de hermandad y comunión», subrayó. También se encomendó a la intercesión de la Virgen María, pidiendo su ayuda para cumplir fielmente su misión.
Reina concluyó la carta pidiendo paciencia a los fieles ante sus posibles limitaciones, pero también solicitando que sean exigentes en reclamarle caridad y benevolencia. «Me encomiendo a tu oración para cumplir fielmente la voluntad de Dios», concluyó, encomendando su ministerio a la Virgen, Salus Populi Romani.
Esta carta es un reflejo del espíritu con el que Baldassare Reina asume su nuevo rol en la diócesis de Roma, centrado en el servicio a los fieles y en la construcción de una Iglesia abierta y misericordiosa.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
Tienen mejor formación los vicarios emeritos Ruini y Vallini.