LAS TRES VIDAS DE FRAY LOPE DE OLMEDO (XVII)
Pilar Abellán OV
Finalizamos la anterior entrega con la aceptación por parte de fray Lope de Olmedo del cargo de superior mayor o General de la Orden de San Jerónimo, en el tercer Capítulo General, celebrado en el monasterio de san Bartolomé de Lupiana en 1418. En este capítulo se determinó que el cargo había de tener una duración de tres años, y que sería sometido a voto en cada capítulo general, también trienales.
Por tanto, Lope de Olmedo fue General de la OSH de 1418 a 1421. Sobre esta cuestión, vamos a ver lo más destacado del periodo del generalato de Lope y la confusión historiográfica sobre la continuidad o no de Lope durante otro trienio tras el Capítulo General de 1421, así como el debate sobre su marcha de la Orden de San Jerónimo.
1.-El trienio de fray Lope como General de la OSH (1418-1421):
Tal como afirman Revuelta Somalo y Durán Múzquiz en su obra conjunta sobre la Orden de San Jerónimo, curiosamente “sabemos poco de lo llevado a cabo por Lope de Olmedo en su Generalato de 1418 a 1421; no debió de realizar nada extraordinario, pero es entonces cuando concibió su idea de reformar la orden. Según el P. Sigüenza, que se encuentra entre los adversarios de fray Lope, ´en el discurso del tiempo que fue General, como los negocios de la Orden no le davan priessa y por la quietud grande que en ella avía, él estava ocioso, tuvo lugar como hombre aficionado a letras, de revolver atentamente las obras de nuestro glorioso Doctor y padre San Jerónimo” (“Historia de la Orden de San Jerónimo”, tomo I, p. 373, edición del año 2000).
2.-El error del P. Sigüenza sobre la reelección de fray Lope al Generalato en 1421:
El IV capítulo general de la Orden comenzó en el monasterio de san Bartolomé de Lupiana el 21 de abril y finalizó el 7 de mayo de 1421. Lo más destacado de este capítulo, y que generó enorme confusión al cronista Sigüenza, fue la modificación que se introdujo en la elección del general de la orden, traspasándose el derecho de los miembros capitulares a los monjes clérigos del monasterio de Lupiana.
En la introducción a su volumen de transcripción de las actas de los capítulos generales y privados, Fernando Pastor afirma que “fray Lope preside el capítulo de 1421, y en el acta del mismo se insertan dos párrafos que dan algo de luz sobre cómo se pudieron desarrollar los acontecimientos posteriores: “E luego después desto (de la elección de definidores) el dicho prior de San Bartolomé (fray Lope) e todos los priores susodichos pidieron misericordia a la Orden, que los absolviesen de los prioratos que tenían, según el tenor de la constitución de la Orden” (acta 1421, folio 22v). “E luego ese mismo día – continúa el acta – fue acordado e pasado por votos de todos los del dicho capítulo que fuese tomada la elección del prior de san Bartolomé a los frailes de orden sacro de ese monasterio”, como dijimos en el párrafo anterior. Fernando pastor afirma que, de estas citas, se puede colegir que, “en el capítulo general de 1421, fray Lope y los demás priores demandan misericordia. Esto era lo acostumbrado, y esta demanda era contestada por el capítulo al finalizar el mismo. Sin embargo, en las actas no se refleja la determinación adoptada”. Como tampoco reflejan las actas la elección del posterior general, ya que ésta fue acometida de forma exclusiva por el capítulo de Lupiana tras la finalización del capítulo general, saliendo elegido fray Esteban de Bayona, como indican Josemaría Revuelta y José Luis Durán. Lo que precisa ser destacado aquí, porque es el origen de la confusión de Sigüenza, es que en las actas del capítulo de 1421 no se nombra a un nuevo general, por lo que Sigüenza dio por hecho que fray Lope había sido reelegido. Y a partir de aquí, la mayoría de los historiadores jerónimos se han equivocado, siguiendo a Sigüenza, al afirmar que fray Lope fue reelegido como general y lo fue hasta el capítulo de 1425.
Por eso, al tratar del V capítulo general de la orden, celebrado en 1425, afirma el P. Sigüenza que “los primeros días de este capítulo presidió en ellos, como prior de san Bartolomé y general de la orden, fray Lope de Olmedo, que había sido elegido dos veces y lo fue cerca de ocho años, según buena cuenta” (edición del año 2000, p. 373).
Un documento hallado por Josemaría Revuelta en el monasterio de Guadalupe sitúa a Lope allí en diciembre de 1422, como atestigua su firma de testigo en un recibo del día 13 de ese mes (AMG, leg 95); por tanto, Lope había regresado a su monasterio de profesión. No residía ya en Lupiana, que habría sido lo correspondiente si hubiese continuado como general.
Fernando Pastor cita una referencia situada al final del acta del capítulo de 1425 (folio 27 v), que vendría a confirmar la elección de fray Esteban de Bayona tras la finalización del IV capítulo general de 1421, reemplazando a fray Lope de Olmedo: “en este mismo capítulo se repartieron (…), fueron repartidos los xxx florines que fray Esteban, prior que era a la sazón de san Bartolomé, hubo pagado (…)”. Resulta aquí evidente que fray Esteban había sido prior de san Bartolomé, si bien este dato no figura en ninguna de las actas anteriores, pero sí confirma la afirmación de Josemaría Revuelta de que los monjes de Lupiana, una vez finalizado el capítulo general de 1421, en que fray Lope de Olmedo había dimitido como general e impedido su posible reelección, habían elegido a fray Esteban de Bayona. Esta pequeña referencia, afirma Fernando Pastor, “permitiría situar el priorazgo de fray Esteban en el periodo que va de 1421, en que se produce el cese de fray Lope de Olmedo, y 1425, en que es elegido fray Alonso de Salamanca”. Esta interpretación, continúa Pastor, “que no fuerza ni los hechos ni los documentos parece la explicación más lógica de los acontecimientos y no hace sino reforzar la necesidad de interpretar los hechos en su contexto, no bastando un único documento, por muy importante que sea, como son las actas capitulares”. A este respecto, añade Pastor que el problema no se reduce a datos que puedan no ser referidos en las actas, sino a las diferentes versiones que determinados acontecimientos reciben en el libro de actas comparada con las ofrecidas por la historiografía oficial”; especialmente, añadiría yo, la crónica de fray José de Sigüenza, cuyas lagunas y, sobre todo, reelaboraciones de relato, hemos comentado ya. Yo misma pude consultar un documento fechado en 1423 en el archivo del monasterio de Guadalupe (AMG Leg 11, carpeta 2, Doc 4) firmado por fray Esteban (de Bayona) como “ministro general” de la OSH, confirmando que fray Esteban fue prior desde el cuarto hasta el quinto capítulo general, de 1421 a 1425.
Al parecer, no sólo desconocía la no re-elección de fray Lope, sino que el P. Sigüenza tampoco parece saber lo que demuestran tanto Revuelta & Durán como Fernando Pastor recurriendo a las actas mismas y a la crónica de fray Pedro de la Vega, y que es que, con el fin de impedir su reelección como prior de Lupiana y general de la Orden de San Jerónimo, fray Lope de Olmedo consiguió del cardenal de curia Pedro de Fonseca la gracia de no poder ser reelegido” (AMG, perg., carpeta 4). El rechazo de la elección que sobre él recayó y su negativa a ser reelegido en 1421 invalida todos los argumentos esgrimidos por los cronistas jerónimos posteriores sobre la supuesta ambición de fray Lope, quien, según ellos, habría querido perpetuarse en el cargo y, por ello, propuso, como veremos más adelante, en 1422 una reforma de la OSH.
3.-¿Abandonó fray Lope la Orden de San Jerónimo tras su generalato?
Fray Pedro de la Vega, cronista jerónimo que escribió en 1539 – y, por tanto, era accesible al P. Sigüenza cuando escribió su crónica-, resume lo que sucedió a partir del final del capítulo de 1421: “el trienio de fray Lope cumplido, saliose de la orden y entró en la de Cartuxa y dexándola después; con algunos religiosos que seguían su parecer ordenó otra manera de bivir debaxo del apellido y nombre de la orden” (Vega, II, 3). La exhaustiva investigación de Josemaría Revuelta y José Luis Durán es imprescindible llegados a este punto, pues han demostrado, mediante la aportación de pruebas documentales, no sólo que el P. Sigüenza se equivocó al afirmar que Lope fue reelegido en 1421 para un segundo mandato, sino también que fray Lope de Olmedo abandonase la orden de san Jerónimo en 1421, tras no ser reelegido – por propia voluntad –, como afirma de la Vega.
Lo que sí es cierto es que el año 1422 significó un punto de inflexión en la breve pero intensa trayectoria de fray Lope de Olmedo en la Orden de San Jerónimo, pues en ese año planteó una reforma de la Orden, que fue rechazada por los monjes y que llevó a fray Lope, dos años después, a fundar una nueva orden monástica, como veremos en su momento. Sobre estos dos aspectos – la reforma que planteaba fray Lope y la fundación de una nueva orden – trataremos en distintas entregas, dada la complejidad de los temas y concluiremos la presente centrándonos en dilucidar la fecha en que pudo fray Lope abandonar Guadalupe y si marchó a la Cartuja.
Lorenzo Alcina, en su importante artículo de 1964 en la revista Yermo, basado en la biografía de Lope escrita por Norberto Caymi y en las bulas papales que se encuentran en el Archivo Apostólico Vaticano, constata que en el invierno de 1423/24 fray Lope de Olmedo se hallaba en Roma con el Papa Martín V. Esto significaría que fray Lope sí se marchó de Guadalupe, y ya no volvió. Como vimos, Durán y Revuelta aportan la prueba del legajo 95 del Archivo del Monasterio de Guadalupe para afirmar que “en diciembre de 1422 todavía estaba en el monasterio, como atestigua su firma de testigo en un recibo del día 13 de ese mes”. ¿Se marchó después a la Cartuja?, se preguntan a continuación estos autores, para responder que “los cronistas lo afirman”: según el cronista fray Francisco de San José, quien escribió en 1743, Lope vivió en la cartuja de El Paular, donde era prior un hermano suyo (“Historia del monasterio de Guadalupe”, p. 236 n. 5). Sin embargo, Revuelta y Durán, quienes realizaron durante años una exhaustiva labor de localización de documentos de los primeros siglos de la orden de san Jerónimo, no hallaron testimonios que lo corroborasen.
Tampoco yo los he hallado, y es notoria además la confusión respecto a este supuesto hermano de fray Lope que era prior en la cartuja de El Paular en 1421, como afirma fray Pedro de la Vega en 1539. Fray José de Sigüenza, por su parte, afirmó a finales del s. XVI en su Historia de la Orden de San Jerónimo que el mismo Lope dejó la Orden de San Jerónimo en 1422, a medio mandato de su segundo trienio, cuando los monjes rechazaron su propuesta de reforma de la orden, e ingresó en la Cartuja: “Salióse de la orden y fuese a la Cartuja (…). No he hallado en qué casa tomó el hábito (…). Entró en la Cartuja fray Lope y como la mudanza no parecía muy de la diestra del Señor, perseveró pocos días en ella (…). Salióse de la Cartuja, tornóse a vestir los hábitos de San Jerónimo; no sé cómo, porque todo esto lo hacía sin licencia” (Sigüenza, 2000, pp. 374-375)”. Es enorme aquí la incoherencia – y tal vez la deliberada ocultación de información – del más conocido cronista de la Orden de San Jerónimo: por una parte, afirma que Lope fue general hasta el Capítulo celebrado en 1425, mientras que por la otra – seguramente porque se dio cuenta de que no le cuadraban las fechas de las acciones de Lope en esos años– afirma que se marchó a la Cartuja en 1422. También fray Francisco de San José afirmó dos siglos más tarde en su Historia del Monasterio de Guadalupe (Madrid, 1743, p. 236) que Lope vivió en la Cartuja de El Paular, donde el prior era hermano suyo (citado por Durán, 1984, p. 328).
Aunque los cronistas realizan estas afirmaciones, ni Revuelta Somalo ni Durán Múzquiz habían encontrado a mediados de los 1980 testimonios de la época que lo corroborasen (Durán, 1984, p. 328). Además, Dom Norberto Caymi explica en su biografía de fray Lope que éste nunca abandonó la OSH. En la próxima entrega ofreceremos la explicación a este confuso asunto, con el fin de poder demostrar con claridad que, en base a una bula de Martín V de 1424 es posible afirmar que fray Lope y quienes le siguieron en la fundación de una nueva orden monástica nunca abandonaron la Orden de San Jerónimo.
Si fray Lope se refugió temporalmente en la Cartuja de El Paular para poner en orden sus ideas una vez que su propuesta de reforma fue frontalmente rechazada – tal vez con un permiso de exclaustración, sin dejar de ser monje jerónimo – es algo que tampoco queda claro, puesto que no se apoya en ningún documento que haya podido consultar ni se ha podido probar documentalmente la existencia de un hermano de fray Lope que fuese prior en esas fechas en ese monasterio. Es posible que la confusión venga, tal como vimos en su momento al tratar del bulario de la Universidad de Salamanca, del hecho que, al parecer, a inicios de 1415, Lope de Olmedo iba a ingresar en la Cartuja de El Paular, si bien finalmente, por motivos que desconocemos, eligió ingresar en el monasterio de Santa María de Guadalupe, perteneciente a la Orden de san Jerónimo.
La cuestión es que no me ha sido posible confirmarlo y creo que es posible que se trate de un error. El actual prior del Paular – hoy, monasterio benedictino -, respondió a mis preguntas afirmando que no hay nada referente a este particular en el archivo que permanece in situ. En el Archivo Nacional también es escasa la documentación relativa al siglo XIV: no hay registros de profesiones en la orden ni documentos expedidos por el Monasterio; sólo se conservan copias notariales de ventas y donaciones de particulares al monasterio. No he encontrado referencia alguna, de momento, a ningún Lope González, ni de Cotes ni Olmedo, pero sí que he encontrado referencias que nos permiten establecer cierto marco cronológico: en un pergamino de donación de cierto Domingo Sánchez y su mujer, fechado en 1410 (su signatura es CLERO-SECULAR-REGULAR, Car.1395, N.15), el prior es un tal «fray Pedro», con lo que en esa época no hay prior alguno que responda a Lope González. En otro manuscrito de donación que hay en la Biblioteca Nacional, el prior, ya en 1435, es un tal «fray Pedro Jordán». Podría tratarse de la misma persona, pero no podemos saberlo sólo con esta información.
Así pues, no podemos aclarar este punto del traslado de Lope a la Cartuja y de la existencia en el Paular de un hermano suyo que fuera prior de la misma; pero sí se puede constatar que 1422 fue un año turbulento, con la propuesta de reforma de la OSH lanzada por fray Lope, y que en 1423 Lope se hallaba en Roma, y no volvería ya a residir en ningún monasterio jerónimo de los pertenecientes a la OSH.
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