En la mañana de este jueves, fiesta de san Jenaro se ha repetido el milagro, uno de los eventos más esperados por los fieles napolitanos.
El anuncio fue realizado puntualmente a las 10 por el arzobispo de Nápoles, don Mimmo Battaglia. La licuefacción de la sangre del santo patrón de Nápoles se produjo antes de la celebración eucarística en la catedral, que, como es habitual, estaba abarrotada de fieles. La sangre contenida en la ampolla, que fue llevada al altar mayor de la catedral por seminaristas, ya se encontraba licuada al llegar al altar.
La reliquia fue colocada en el Tronetto después de haber sido recogida en la Capilla del Tesoro por el cardenal, acompañado por el abad, monseñor Vincenzo de Gregorio, el alcalde de Nápoles, Gaetano Manfredi, y el gobernador de Campania, Vincenzo De Luca. Entre los presentes destacaban también el príncipe Carlos de Borbón, el príncipe Emanuele Filiberto de Saboya y la actriz Marisa Laurito. La catedral de Nápoles abrió sus puertas a las 7:30 de la mañana y permanecerá abierta hasta las 21:00 de la noche. La jornada comenzó con una primera misa, oficiada por el párroco. Tras la misa, un seminarista leyó «La Pasión de San Jenaro».
El milagro de San Gennaro es esperado por los fieles en Nápoles en tres ocasiones al año: el sábado anterior al primer domingo de mayo, el 19 de septiembre y el 16 de diciembre.
Durante las celebraciones, el alcalde de Nápoles, Gaetano Manfredi, expresó sus peticiones al santo. “¿Qué le pido a San Jenaro? Seguramente que proteja la ciudad, que mire por quienes sufren y nos brinde la oportunidad de crecer y crear mejores condiciones de vida para todos”, afirmó Manfredi.
El alcalde enfatizó su deseo de continuar con el trabajo para mejorar la ciudad y ayudar a los más necesitados: «Tenemos muchos problemas, pero también muchas oportunidades. Debemos mirar al futuro de manera positiva, hacer crecer la ciudad y generar oportunidades para todos».