Francisco pide en Singapur «promover, proteger y sostener la unidad familiar»

A su llegada a Singapur el Papa Francisco ha pronunciado su primer discurso en este país ante la presencia del presidente y demás autoridades.

Francisco resaltó la historia de Singapur como un ejemplo de crecimiento sostenido y resiliencia. Recordó los orígenes humildes de la nación y celebró su transformación en una sociedad próspera gracias a decisiones racionales y políticas bien fundamentadas. Al conmemorarse el 101 aniversario del nacimiento de Lee Kuan Yew, primer Primer Ministro de Singapur, el Papa reconoció su papel fundamental en el desarrollo del país. «La de Singapur es una historia de crecimiento y resiliencia», afirmó, señalando que el éxito de la nación no es fruto del azar, sino de un compromiso constante con iniciativas bien planificadas y ajustadas a las necesidades locales.

Compromiso con la Justicia Social y el Bien Común

En su discurso, el Papa destacó los esfuerzos de Singapur para construir una sociedad justa, en la que se valoren tanto la justicia social como el bien común. Mencionó las políticas de vivienda pública, la calidad educativa y el sistema sanitario eficiente como ejemplos del compromiso de Singapur con el bienestar de sus ciudadanos. No obstante, Francisco advirtió sobre los peligros de un pragmatismo excesivo y la exaltación del mérito, que podrían llevar a la exclusión de aquellos que quedan al margen del progreso.

El Papa también elogió las políticas e iniciativas que buscan apoyar a los más vulnerables, incluyendo a los pobres, los ancianos y los trabajadores migrantes. Hizo un llamado a garantizar la dignidad y un salario justo para estos trabajadores, cuya contribución es esencial para la construcción de la sociedad singapurense.

Diálogo interreligioso y tecnologías

Francisco subrayó la importancia de la armonía en una nación multicultural como Singapur, donde diversas etnias, culturas y religiones conviven en paz. Destacó que esta armonía es posible gracias a la imparcialidad de los poderes públicos y su compromiso con el diálogo constructivo y el respeto mutuo. En este contexto, el Papa alabó la labor de la Iglesia católica en Singapur, que desde sus inicios ha contribuido al progreso del país a través de la educación, la salud y las obras de caridad, manteniendo siempre un espíritu de apertura y respeto recíproco hacia otras comunidades de fe.

Asimismo, el Papa reflexionó sobre los desafíos y oportunidades de la era digital, recordando que, a pesar del avance tecnológico, es esencial mantener relaciones humanas auténticas y utilizar la tecnología para acercarnos y fomentar la solidaridad, en lugar de crear aislamiento.

En el ámbito internacional, el Papa instó a Singapur a continuar desempeñando un papel significativo en la promoción del multilateralismo y un sistema basado en normas comunes para todos. En un mundo marcado por conflictos y divisiones, Francisco animó a la nación a seguir trabajando por la unidad y la fraternidad del género humano, superando los intereses nacionales en favor del bien común global.

Papel de la familia

Finalmente, el Papa resaltó la importancia de la familia como núcleo fundamental para el desarrollo de la sociedad. Llamó a proteger y apoyar la unidad familiar, permitiendo que transmita valores esenciales a las nuevas generaciones. También enfatizó la necesidad de un compromiso firme con el desarrollo sostenible y la preservación del medio ambiente, alentando a Singapur a liderar con soluciones innovadoras que puedan inspirar a otros países.

El discurso concluyó con un mensaje de esperanza y aliento del Papa, quien animó a los líderes y ciudadanos de Singapur a continuar en el camino de la responsabilidad, la inclusión y la fraternidad, confiando en la promesa de Dios y su amor por todos. «Que Dios bendiga a Singapur», fue la oración final del Santo Padre.