Don Antonio Coluccia, un sacerdote italiano de 49 años conocido por su lucha contra el crimen y el tráfico de drogas en Roma, ha sido víctima de un ataque violento en el barrio de Quarticciolo.
Coluccia, que vive bajo protección constante debido a las repetidas amenazas de organizaciones criminales, fue agredido el domingo por la noche mientras encabezaba una marcha contra la delincuencia. Según los informes, fue atacado con tablas, botellas y palos por un grupo de individuos.
Durante el ataque, alguien habría gritado desde una ventana: “Se os acaba el tiempo, os vamos a matar”, reflejando la hostilidad que enfrenta el sacerdote en su labor. Don Coluccia se ha destacado por su franqueza y acciones en contra de grupos mafiosos, incluyendo la conversión de una casa confiscada a un jefe de la mafia en un refugio para personas pobres y con problemas de drogadicción. Durante el ataque, agentes de su equipo de seguridad lograron ponerlo a salvo.
Tras el incidente, Coluccia afirmó: “Volveré. Estoy comprometido a servir a la ciudad”, y añadió su determinación a seguir luchando por la justicia en favor de los ciudadanos honestos del barrio. En declaraciones a Roma Today, expresó: “Siempre lucharé por la justicia para los ciudadanos honestos que viven en este barrio. El domingo me detuve a hablar con algunos jóvenes y luego sucedió lo que pasó. La situación aquí es terrible”.
El sacerdote no es ajeno a este tipo de agresiones. Desde 2014, ha sido blanco de múltiples actos violentos y amenazas. Ese año, su casa y su coche fueron vandalizados, y en 2015, dos hombres abrieron fuego contra él, aunque no lograron alcanzarlo, hiriendo levemente a un transeúnte. Más recientemente, en agosto de 2023, un individuo intentó atropellarlo con una moto en Tor Bella Monaca, un barrio periférico y empobrecido de Roma; el agresor fue detenido posteriormente por intento de asesinato. Además, el invierno pasado, se incendiaron contenedores de basura cerca de un lugar donde Coluccia se esperaba que estuviera presente.
Don Coluccia continúa siendo una figura clave en la lucha contra el crimen organizado en Roma, y su trabajo sigue siendo un símbolo de resistencia y esperanza para muchos en la comunidad.
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Gracias Don Coluccia por combatir el mal de forma tan valiente (y necesaria).
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