La diócesis de Bilbao inicia el curso 2024/2025 con la celebración de su 75 aniversario, marcado por la incorporación de un nuevo logo que representará la imagen de la diócesis durante todo el año.
Desde hace varias semanas, este distintivo gráfico ha comenzado a aparecer en la documentación diocesana y, desde el 1 de septiembre, coincidiendo con el inicio del nuevo curso, se integrará de manera progresiva en todas las comunicaciones oficiales.
El obispado bilbaíno resalta que el nuevo logo «simboliza la unidad y la diversidad de la comunidad diocesana a través de un mapa de Bizkaia representado con una amalgama de formas geométricas de distintos colores y tamaños. Este diseño busca reflejar la riqueza y pluralidad de las personas que forman parte de la diócesis, resaltando así la esencia de la comunidad bilbaína».
«Una cruz blanca atraviesa el corazón del mapa, erigiéndose como símbolo de esperanza y unidad. Esta cruz también representa dos ríos que se entrelazan, simbolizando la diversidad y la conexión entre las personas, creando un tejido común que une a todos los miembros de la diócesis», señala el obispado vasco.
El logo incluye inscripciones en euskera y castellano, cada una con una tipografía y tamaño distintivo, que complementan la representación del mapa y pretende subrayar la convivencia de ambos idiomas en la comunidad.
Además, el diseño incorpora elementos característicos del nuevo curso, evocando el curioso logo del Jubileo 2025: cuatro figuras abrazadas que representan la solidaridad y la fraternidad entre los pueblos. «La última de estas figuras sostiene un ancla, símbolo de esperanza, que impulsa el número 75 hacia arriba, reflejando el dinamismo comunitario y recordando que el camino del creyente es un recorrido colectivo y no un esfuerzo individual», explica la diócesis.
Por último, afirman que con este nuevo logo, la diócesis de Bilbao busca no solo conmemorar su historia, sino también «reafirmar su compromiso con los valores de unidad, diversidad y esperanza, esenciales en su misión pastoral y comunitaria».
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Feo y con la monserga de la diversidad.
Un horror!
Les falta el icono del hacha y la serpiente, y los colores disimulan la ikurriña. Y de la bandera de España, ni hablamos. A freír puñetas……..
A cambio han puesto a cuatro eclesiásticos haciendo el trenecito arriba a la derecha…
Chu cu chu cu chu…
O sea, la industrialización histórica de la ría del Nervión…
¿No existirá algún símbolo que represente a la necedad?
Ya sabemos lo que significan esos colores y la diversidad de que hablan: homosexuales y otros lgtbi, abortistas, invasores musulmanes inmigrantes, etc, y por supuesto sin convertirse.
Y al mismo tiempo, exclusión de los de buena doctrina, de los afines a la misa tradicional, de los defensores de España y de la civilización cristiana, etc.
Tù no pierdes tiempo para juzgar, criticar y censurar, te crees juez y te importan poco las palabras de Jesús que dijo «No juzguéis» lo cierto es que detras de esa pantalla de perfección lo unico que hay es un pobre hombre que quiere esconder sus propias debilidades. bien dicen que detrás de una fachada de rigidez se esconden grandes sorpresas. mejor corrige tu vida y deja de andar vilipendiando a los demás. sa cerdote.
«te crees juez»
Entonces ¿usted se cree juez del juez? Pues está mucho peor de lo que ya aparentaba y sabíamos.
Detrás de esa pantalla de comecuras sectario lo único que hay es un pobre hombre que quiere esconder sus propias debilidades. Bien dicen que detrás de una fachada de rigidez anticatólica se esconden grandes sorpresas. Mejor corrija su vida y deje de andar vilipendiando a los católicos, Kaka.
Ah, y no olvide someterse a un exorcismo, farsante.
Vete a la mier da hijo de pta impertinente basura, tu eres el de monio del que debe liberarse esta página.
¿Ve cómo, además de un babero para recogerle los espumarajos y el veneno, necesita usted someterse a un exorcismo, farsante?
Pasó James Martín a avisar que adora ese logo, especialmente el «trencito inclusivo» de la parte superior…
Una deconstruida y «no dibujada» cruz en blanco, tumbada en horizontal, de brazos torcidos y de trazo inestable. Toda una serie de colores también deconstruidos y mezclados (colores combinados y ausencia de los colores primarios), con gran presencia del morado. Las cuatro «personas» apenas reconocibles como personas, representadas en unas figuras deshumanizadas y despersonalizadas, picudas y sin sentido, encabezadas por la mayor de ellas de color morado. Todo transmite una puerilidad absurdo, demoledora filosofía de la deconstrucción y feísmo atroz. Un clarísimo mensaje para el que lo pueda entender. Y para el resto, propaganda performativa.
Un cartel muy sinodal !. El mensaje es claro, se ve por donde van, vamos.