El cardenal Cobo insiste con su discurso proinmigración y pide evitar «enfoques restrictivos, militarizados o egoístas»

Cardenal Cobo

España sigue sumida en una crisis migratoria sin precedentes. Las Islas canarias y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla están al borde del colapso y muchas otras ciudades se están convirtiendo en lugares poco seguros a causa de la inmigración ilegal, desordenada y descontrolada que llega desde África.

A pesar de este problemón (que los obispos no palpan en sus propias carnes al vivir tranquilamente en sus palacios episcopales) son los españoles más humildes de barrios degradados y desfavorecidos quienes viven con miedo e inseguridad mientras ven como sus barrios van siendo conquistados por inmigrantes que causan el caos.

Por ejemplo, según un informe publicado en agosto por los Mossos casi la mitad de los delitos sexuales en Cataluña en el año 2023 fueron perpetrados por extranjeros (un 49,5% de los casos), a pesar de que representan aproximadamente un 17% del total de población que vive en territorio catalán. El porcentaje aumenta hasta el 64,5 en los delitos de robo con violencia e intimidación. En los casos de atentados, resistencia o desobediencia a la autoridad, el porcentaje de extranjeros es del 54,6. Todo esto sin contar a aquellos que han conseguido obtener la nacionalidad española.

Sin embargo, muchos obispos españoles parece que no quieren ver el problema. Uno de ellos es el arzobispo de Madrid, el cardenal José Cobo quien sigue manteniendo un discurso proinmigración a capa y espada.

En la Misa celebrada este pasado domingo 1 de septiembre, el cardenal José Cobo, pidió a la sociedad y a los líderes políticos enfrentarse al desafío de la inmigración desde una perspectiva humana. La dignidad de cada persona debe prevalecer por encima de discursos económicos, ideológicos o intereses regionales excluyentes«, ha afirmado Cobo, subrayando la necesidad de priorizar la acogida a quienes buscan una vida digna.

En su homilía en la catedral de la Almudena, Cobo mostró su preocupación por el sufrimiento y las muertes que se producen en los peligrosos trayectos migratorios, señalando que «no podemos dejarles morir en los trayectos y en manos de las mafias». En este contexto, el arzobispo de Madrid ha resaltado la urgencia de establecer respuestas legislativas que promuevan una inmigración «ordenada, solidaria y justa», evitando lo que él considera enfoques restrictivos, militarizados o egoístas.

Además, José Cobo ha abogado por un pacto nacional de migraciones que reúna a todos los partidos políticos, con el fin de superar «los discursos ideológicos y oportunistas, y establecer un marco de actuación que conjugue la dignidad humana, el bien común, la seguridad y las responsabilidades compartidas de los estados en el contexto de un mundo globalizado».

Finalmente, el cardenal ha querido hacer un llamamiento a la escucha activa tanto dentro como fuera de la Iglesia, para atender «la voz de los que llegan y el clamor de los muertos», y construir una sociedad fraterna en la que la migración sea reconocida como una parte integral de su realidad y subsistencia.

En resumen, el cardenal Cobo fomenta el efecto llamada y se olvida de aquellos que sufren las consecuencias de la inmigración ilegal que son en su inmensa mayoría hombres jóvenes africanos en edad militar.

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