El escándalo de la Inauguración de los Juegos Olímpicos como símbolo del odium religionis

Por José Durand Mendióroz Juegos Olímpicos
|

Pasadas algunas semanas desde la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024, podemos señalar lo ocurrido como un signo del odio a la religión en esta Modernidad tardía, específicamente orientado contra la Religión Cristiana.

Desde esta perspectiva, que ocurriera en Francia -cuna de la Ilustración- no debe resultar sorprendente: que los ideólogos que detentan el poder, aprovechando la difusión a escala planetaria del evento, hayan hecho escarnio sacrílego no sólo de la Última Cena sino también de la cultura cristiana fundadora de Europa. Cultura que, en primer lugar, es refractaria a este auténtico adefesio que se quiere hacer pasar por expresión artística.

No se trata, pues, de una mera exageración del mal gusto y del agravio de parte de marginales respecto de la corriente cultural preponderante en Europa. Lo ocurrido en París –en perspectiva- no es algo sorprendente; no obstante tiene un enorme valor simbólico: la proclamación al universo de la consumación del objetivo de descristianización de la sociedad, lo cual orienta este trabajo a recordar la perspectiva histórica involucrada, antes que a formular un análisis pormenorizado del universo simbólico del evento, que otros han realizado con mayor competencia.

La visión sesgada del Iluminismo sobre la tolerancia y la libertad: Expresa Alvear Tellez respecto del doble rasero de las libertades para la Ilustración, detrás de la tolerancia y de la libertad de conciencia y de religión modernas se esconde la mano de plomo de la intolerancia contra el cristianismo y el judaísmo mosaico, y en general, contra toda religión positiva. Sólo cuando sean reducidas a meras opiniones y creencias privadas, sumamente domésticas y subjetivas, cuando sean expulsadas del espacio público, habrán triunfado las libertades modernas.

El discurso jacobino –acota este autor- se empapará en esta fuente para acometer sus crímenes invocando el discurso de la libertad. Porque el problema para los ilustrados y sus herederos revolucionarios es esencialmente político: hay que derrumbar el orden en el que vive y cree la sociedad antigua para suplantarlo por un nuevo estado de cosas en el que el hombre colectivo se vuelva libre a costa de liberarse de todo límite trascendente. El mismo Ejército que con Bonaparte triunfaría en todos los campos de batalla de Europa, no vacilaría entre 1793 y 1796 en masacrar la población civil de la Vendée, porque como se trataba de católicos, con ellos… no habría tolerancia.

Mons. Francisco Conesa en su valioso comentario a la Encíclica Spe Salvi de Benedicto XVI expresa que (…) para la ilustración el progreso es lineal, irreversible y necesario. (…) El paraíso está a nuestro alcance. Podemos establecer ya el Reino de Dios en la tierra. (…) Esto es posible, fundamentalmente, gracias a la ciencia. (…) Confiando todo el poder de transformación del mundo a la ciencia y las artes, desplaza la fe religiosa al ámbito de lo privado, resultando irrelevante para el mundo. Los descubrimientos, los nuevos inventos que está realizando la ciencia son los que harán posible un reino de Dios en esta tierra.

Pero la deriva de este pensamiento llevó en la Ilustración a sacar de la ecuación a Dios –y a la deidad de los iluministas- y terminó procurando el reino del Hombre sin Dios. Conesa cita a Nicolás Condorcet, quien considera que la ciencia logrará vencer la superstición mediante el conocimiento. (…) “no existe un sistema religioso ni una extravagancia sobrenatural que no estén fundados en la ignorancia de la naturaleza. Si tomamos lo dicho como premisa mayor de un razonamiento práctico, bien podemos concluir que el creyente en tales “extravagancias sobrenaturales” no debe ser respetado y en consecuencia, en una dinámica jacobina frecuentemente reencarnada en la historia, termine siendo asesinado.

La continuidad entre la fe, la moral y el obrar humano. Hoy los creyentes son proscriptos en las democracias occidentales cuando quieren formular propuestas y expresar ideas en el ámbito político, en coherencia con sus principios. Cada vez que en la sociedad se debate algún proyecto que involucra aspectos morales y culturales trascendentes, tales como el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo o los supuestos derechos que surgen de la autopercepción del género, los cristianos asistimos a la renovación del argumento con el que se nos niega el derecho a ser coherentes con nuestras propias convicciones. La censura pretende fundamentarse en que en una sociedad laica, democrática y pluralista, las grandes cuestiones sociales serían completamente ajenas al ámbito religioso y moral de cada individuo, y que por ende “no es correcto imponerle al conjunto de la sociedad lo que es materia de convicción religiosa para algunos.”

Desde que existe memoria histórica, los credos religiosos –cuando son vividos auténticamente- son los que nutren las convicciones más profundas de los seres humanos. Los grandes sistemas religiosos, pues, fueron los que moldearon las morales usuales de los pueblos y estructuraron espiritualmente las civilizaciones. Hubo que esperar milenios para que se pudieran formular teorías morales diferenciadas -en mayor o menor medida- de las religiones, o directamente antirreligiosas.

La realidad social nos muestra hoy en día que la gente sustenta una diversidad de convicciones religiosas que no responden al concepto de una religión tradicional. Ocurre que quienes se auto asignaron la función de censores son deliberadamente incoherentes ya que ellos no se privan de ser consecuentes con sus propias convicciones. Es que los hijos de la Modernidad suelen disimular sus creencias más profundas y frecuentemente las enmascaran, incluso invocando su condición de bautizados. Hay que tener en cuenta que existen muchas creencias e ideas religiosas distintas de las religiones tradicionales. A lo cual deben añadirse las religiones políticas, al decir de Voegelin, las cuales pretenden reemplazar las religiones por ideologías que dan las respuestas que antes eran privativas de las religiones. Tal tipo de ideologías, así como cualquier forma de religiosidad, generan su propia moral y criterios de acción política. En definitiva los que buscan expulsar al Cristianismo de la vida social, lo que en realidad quieren es sustituirlo por sus propias convicciones y creencias. Por eso es perfectamente justo y necesario propugnar una política del bien común y de la dignidad de la persona.

¿Estamos en transición hacia una nueva etapa jacobina? Retornando al simbolismo de los JJOO, los responsables del mensaje de odio religioso pretenden excusarse diciendo: lamentamos si alguien se ofendió por la expresión de nuestra libérrima idea de arte ¡no quisimos ofender a nadie! Lo que traducido a términos iluministas encontramos un texto: ustedes se ofenden por la expresión de libertad artística y eso no debería ofenderlos. Y un “subtexto”: se ofenden porque son intolerantes, y lo son porque son dogmáticos; el mal está en vuestra religión no en nuestras expresiones antirreligiosas, las cuales están plenamente justificadas.

Los genocidios y otros crímenes por odio religioso no son privativos del pasado, ya que se han manifestado en forma reiterada y catastrófica en todo el siglo XX hasta la actualidad; es decir, un período de tiempo en que -en términos generales- los objetivos iluministas de exclusión de los cristianos de la organización y dirección de la sociedad se habían alcanzado plenamente. No es casual que a partir de la denigración del homo religiosus, limitando su libertad de conciencia, de religión y su participación política, se vaya avanzando en el camino de la negación de otros derechos. El crimen es lo primero en la intención y lo último en la ejecución. Y la intención se basa en concepciones religiosas y morales: una vez configurada la categoría de seres humanos dogmáticos, que no merecen tolerancia, se empieza a transitar por un plano inclinado cuyo punto más bajo es el asesinato.

En la posguerra se recurrió al concepto de bloque occidental y cristiano para enfrentar a la amenaza soviética. Por pocas décadas el lenguaje del desprecio y del odium religionis, naturalmente, se disimuló al máximo. Todo indica que se trató de una tregua oportunista, ya que con la implosión del bloque comunista en los 90, la agenda de deconstrucción de la sociedad cristiana siguió desde donde se había puesto en pausa. La conducción de esta nueva etapa está a cargo de una oligarquía semiletrada, virgen de toda cultura cristiana o siquiera clásica, que impulsa el proyecto globalista conformado por una mixtura de capitalismo transnacional e ideología progresista.

Se verifica, pues, a escala planetaria el impulso tendiente a la degradación de la familia, de la persona, de la cultura y hasta los principios de la razón humana. Nunca más vigente el aserto de Chesterton: quita lo sobrenatural y no te queda lo natural, sino lo antinatural. Nos encontramos en el apogeo del proyecto iluminista -aunque ya no se llame así- y el símbolo de esta realidad fue la ceremonia de apertura de los JJOO de 2024. Y muy posiblemente, estamos en el umbral de una nueva etapa de violencia jacobina. Mutatis mutandi, bien podemos asistir a la instalación de campos de concentración y de exterminio de impronta posmoderna y con “fines de reeducación”, igual que el Archipiélago Gulag.

No propugnamos la nostalgia por la Edad Media, ni que los llamados por Dios a la acción política se reduzcan al abstencionismo y a la autocomplacencia. La bandera para nuestro tiempo ya la tenemos: Omnia instaurare in Christo.

Por José Durand Mendióroz

Ayuda a Infovaticana a seguir informando

Comentarios
49 comentarios en “El escándalo de la Inauguración de los Juegos Olímpicos como símbolo del odium religionis
  1. La «Primavera de Francisco» calla cómplice ante las peores injurias contra Jesucristo y la fe católica, mientras justifica con Bergoglio las reacciones sangrientas si se ataca al islam. Lo último de hoy –firmado por un cura que va de teólogo– llega hasta el desprecio y la satanización conspiranoica de quienes protestaron pacíficamente por las blasfemias de París: en «Religión Digital» (no se preocupen porque les dé publicidad, porque ésos reciben karma inmediato: no les lee nadie…).

    1. Ya aburren con lo mismo, sacando esa horrible foto burlándose ustedes también de Nuestro Señor.
      ¿Cuándo van a condenar con igual vehemencia las masacres de gente inocente en Gaza o en Ucrania? ¿Cuando van a condenar la corrupción y el hambre en los países empobrecidos? Ustedes condenan la migración, pero cierran sus ojos a lo que causa la migración. Bien dice de ustedes el Evangelio de hoy ¡bola de hipócritas!

      1. Lo de hipócritas el evangelio se refiere a la gente como usted, no a los católicos. Necesita un cursillo de lectura comprensiva y un exorcismo, farsamte.

          1. Sus exabruptos le dejan a usted cómo lo que es: un zafio que está poseído. Si cree que me afectan, puede esperar sentado. Por ejemplo, mientras espera a que le practiquen un exorcismo, farsante.

  2. El artículo está bien escrito y puedo estar de acuerdo al 50%. La ceremonia de apertura fue horrorosa (yo apenas la miré unos segundos, y con eso fue suficiente para saber de qué iba). Fue algo de pésimo gusto, que restó credibilidad al país anfitrión. Y, sí, eso demuestra que la democracia occidental atraviesa un periodo de dificultad a todos los niveles. Pero eso no quiere decir que tengamos que dar marcha atrás en la Historia y volver a la Edad Media, imponiendo la Religión a las masas por medio de la inquisición. Las creencias religiosas son algo personal, no puede lavarse el cerebro de los ciudadanos con algunas de ellas en detrimento de las demás. Europa tiene un pasado judeo cristiano, pero un presente plural, caminando hacia un futuro difícil, sí, en el que hay muchas sombras, pero no hay marcha atrás por más que algunos se dejen atrapar por la angustia. Y más el volver atrás nos llevaría a las viejas dictaduras hoy olvidadas, pero presentes en el subconsciente colectivo aún.

    1. En la Edad Media no se imponía la religión a las masas por medio de la Inquisición. A ver si estudias un poco de historia, troll anticatólico.
      Europa no da marcha atrás, sino que va directa hacía la barbarie. Lo que pasa es que los progres en vuestra soberbia, no sois capaces de ver ni lo más evidente.

      1. Totalmente en desacuerdo. No es odio a las religiones, sino odio al cristianismo, y más específicamente al catolicismo. ¿Dónde se ven burlas al budismo, al hinduismo, o al Islam?.

      2. Te recuerdo la institución de las doctrinas en las colonias españolas, los doctrineros daban de latigazos a los aborígenes esclavizados si no asistían al catecismo… si eso no es imposición de la religión, ¿entonces qué es?

        1. Estaba usted allí para verlo, ¿a que sí? Con cada deposición suya, un nuevo disparate. Primero, España no tenía colonias, sino provincias de ultramar organizadas en Virreinatos (tan territorio español como Castilla o Andalucía, y todos sus habitantes españoles. Y lo segundo, la esclavitud de los indios fue prohibida en las Leyes de Burgos de 1512, a diferencia de lo que sí hacían los indígenas, que tenían esclavos y no les daban de latigazos sólo, sino que realizaban sacrificios humanos, que a usted seguro que le parecían mejores. A ver si aprende historia y se somete a un exorcismo, farsante.

          1. Tú te puedes meter tus embustes donde no te pegue el sol, tus comentarios abusivos y ofensivos no me merecen ni atención ni entrar a debatir con un estú pido que se cree que lo sabe todo.

          2. Catholicvs. Él sabe lo que dice porque fray Bartolomé de las Casas se lo ha dicho.
            Estuvo con él.

          3. Este troll poseso ni siquiera ha leído al fantasioso De las Casas. Se lo apuntará el Príncipe de la Mentira en todo caso, con quien tiene línea directa.

    2. Dice usted:
      «Pero eso no quiere decir que tengamos que dar marcha atrás en la Historia y volver a la Edad Media, imponiendo la Religión a las masas por medio de la inquisición. Las creencias religiosas son algo personal, no puede lavarse el cerebro de los ciudadanos con algunas de ellas en detrimento de las demás.»
      Usted no quiere volver a la Edad Media,si a lo que nos retrotraen los woke es a la época de Sodoma y Gomorra todavía más anterior que la E.M,imponiendo las vivencias personales sexuales de una minoría a toda la población, esta nueva religión woke impone con la » inquisición del delito de odio» que tiene sus propios fiscales y tribunales y por la cual todo ciudadano está obligado a creer las percepciones personales de todos los enfermos mentales sin rechistar y que son impuestas contra todo sentido común y raciocinio desde la inquisición de los gobiernos woke con leyes totalitarias cual nueva inquisición.
      Bendita Edad Media.

    3. Mortadelas Aero-paguitas, dices tal cantidad de ridiculeces de tal bajo nivel, que te van a quitar la mortadela. Y te creerás culto, menudo zafio que estás echo mortadelas

    4. La dictadura perfecta del mundo es la del relativismo liberal, el de la revolución francesa que se rebeló contra Dios con la necia pretensión de ser como dioses y erigir a la diosa razón sustituyendo a la Virgen Maria por una ramera parisina. Lo que no saben es que no son libres, les manda el maligno rumbo al averno a perpetuidad, esclavos del mal y del sufrimiento para siempre. Son unos genios, yo que ellos me colgaba ya como Judas, para qué esperar.

  3. Ese odio al Señor Jesús
    que el mundo azuza y reclama,
    muy a las claras proclama
    que brota de infernal pus.
    Por cuanto es irracional,
    desprecia a La Inteligencia.
    Por cuanto es pura indigencia,
    desdela al Ser Eternal.
    Una envidia tenebrosa
    por sólo ser creado,
    da alimento a ese pecado
    de dolerse de ser cosa.
    Cosa,al fin,como satán;
    ser creado,y recibido.
    Sólo por Otro Querido
    con un Amoroso Plan.
    Odio…,por no ser Primero.
    Odio…,por no ser Amor.
    Odio que se hace dolor,
    por ser…,no más que lucero…
    Pero ante tal rebelión
    satánica y envidiosa,
    llegó ante Ti con mi rosa,
    segada de mi balcón.
    Tuya es una y tuyo es otro.
    Tuyo yo,pues nos Creaste.
    Tuyo, sí,pues nos Amaste.
    Sólo en Ti somos «nosotros»…

    1. (corrigiendo al corrector)…
      Ese odio al Señor Jesús
      que el mundo azuza y reclama,
      muy a las claras proclama
      que brota de infernal pus.
      Por cuanto es irracional,
      desprecia a La Inteligencia.
      Por cuanto es pura indigencia,
      desdeña al Ser Eternal.
      Una envidia tenebrosa
      por sólo ser «ser-creado»,
      da alimento al gran pecado
      de dolerse de ser cosa.
      Cosa,al fin,como satán;
      ser creado,y recibido.
      Sólo por Otro Querido
      con un Amoroso Plan.
      Odio…,por no ser Primero.
      Odio…,por no ser Amor.
      Odio…,que se hace dolor,
      por ser…-cuando más-, lucero…
      Pero ante tal rebelión
      -satánica y envidiosa-,
      llego ante Ti con mi rosa,
      vendimiada en mi balcón.
      Tuya es una y tuyo es otro.
      Tuyo yo,pues nos Creaste.
      Tuyo, sí,pues nos Amaste.
      Sólo en Ti somos «nosotros»…

    1. Pero mire que es usted INCULTO, Gay MostrencoPF. Ese apelativo data de cuando usted era pequeño, allá por el siglo V, cuando los francos, gracias al bautizo de Clodoveo, se convirtieron en el primer reino de fe católica de Europa, que en ese momento era mitad arriana y mitad pagana. Debería trollear menos y estudiar más, ZoquetePF. Sólo un necio se ríe de su propia incultura (y encima fingiendo risas enlatadas a lo Benny Hill).

      1. Ni has contestado a mi pregunta ni por supuesto estaba pensando en tu asq ueroso asesoramiento cuando la formulé.

        Y te recuerdo que ME RÍO DE TI y de tu pedantería insoportable, no de «mi propia incultura», que lo que hago desde siempre es tratar de disminuirla puesto que es muchísimo lo que ignoro. No soy como tú que lo sabes todo y si no te lo inventas, «compositor católico» JAJAJAJAJA
        Me c a g o en toda tu genealogía

        1. «me río de ti y de tu pedantería insoportable»

          El antónimo de «inculto» (usted) no es «pedante», Gay MostrencoPF, sino «culto», lo que uno logra ser mirándose menos el ombligo, trolleando menos y estudiando más.

          «compositor católico»

          ¿Como Bach, por ejemplo, JajajaPF? ¿Otra vez recordando sus meteduras de pata a los lectores que se las perdieron, TorpePF? Porque Bach era católico, ¿no? (recuerde: estaba bautizado).

          «Me c a g o en…»

          Pues que le cambien el pañal… y a seguir haciendo el ridículo sin irritaciones, EscocidoPF.

  4. Gracias por su articulo Dr! Usted fue mi profesor en primer año de la universidad. Fui compañera de dos de sus hijos. Solo después de convertirme en católica practicante entendí su testimonio de vida. Por aquí llevo 14 años de casada y 10 hijos y contando. Gracias por dar ejemplo en su vocación. Dios lo bendiga y a su familia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 caracteres disponibles