Monseñor José María Yanguas, obispo de Cuenca, ha expresado su profunda indignación ante lo que calificó como una «falta de respeto inadmisible» hacia la fe cristiana durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París, celebrada el pasado 26 de julio.
En una carta dirigida a los fieles diocesanos, el obispo condenó la representación burlesca de la Sagrada Eucaristía, el sacramento central del cristianismo, que tuvo lugar durante el evento.
El obispo Yanguas señaló que la ceremonia, que atrajo a millones de espectadores en todo el mundo, no solo constituyó un espectáculo deslumbrante sino también una plataforma desde la cual se lanzó un ataque ofensivo contra los valores cristianos. Sin entrar a valorar la calidad artística del evento ni la decisión de realizarlo sobre las aguas del Sena, el prelado enfatizó que la parodia de la Eucaristía fue una «zafia y grotesca escenificación» que ofendió profundamente a los creyentes.
Monseñor Yanguas también criticó lo que percibe como una creciente imposición de la ideología de género, sugiriendo que la representación en cuestión fue un acto de propaganda para promover esta agenda. Según el obispo, esta ideología se está imponiendo a través de «leyes insensatas y propaganda bien orquestada», en contradicción directa con los principios cristianos.
En su carta, el obispo de Cuenca hizo un llamamiento a los fieles para que reparen generosamente por esta ofensa y abogó por un respeto mutuo hacia todas las religiones y creencias, incluyendo la fe cristiana.