La falta de vocaciones en las diócesis más pequeñas de España, empujados por las indicaciones que dio el Dicasterio del Clero en la famosa reunión del pasado mes de noviembre con todos los obispos españoles sigue teniendo consecuencias.
Mantener algunos seminarios y dar la formación necesaria y adecuada a los seminaristas sigue siendo un gran quebradero de cabeza. Muchas diócesis ven como sus seminarios se cierran aunque sus prelados traten de venderlo de otra manera, pero lo cierto es que será muy difícil volver a revertir esta unificación de seminarios españoles que irá a más en los próximos meses.
Quien abrió la veda tras la reunión de los obispos españoles en Roma con el Papa y el Dicasterio del Clero fueron tres diócesis gallegas. El pasado mes de mayo las diócesis de Santiago de Compostela, Tui-Vigo y Mondoñedo-Ferrol anunciaron la creación de un seminario interdiocesano. A esa propuesta no se sumaron las diócesis de Lugo y Orense.
Al plan del seminario gallego, le siguió la unificación de seminarios en Madrid. La archidiócesis de la capital de España y la de Alcalá de Henares decidieron unir sus seminarios en una decisión conjunta que adoptaron los obispos José Cobo y Antonio Prieto. Por ahora, el de Getafe que goza de buena salud seguirá por su cuenta.
Ahora, el siguiente en desprenderse oficialmente de sus seminaristas y mandarlos a otra diócesis ha sido el obispo de Astorga Jesús Fernández. A través de sus redes sociales, anunciaba el traslado de sus dos seminaristas a Salamanca, aunque el prelado leonés lo vendió de la siguiente manera: «nuestro Seminario Mayor no se cierra, pero se traslada a Salamanca. Lamentarse no basta, oremos, forjemos una cultura vocacional y creemos contextos donde resuene la llamada de Dios».
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