La disputa entre estas religiosas con su obispo en Estados Unidos parece no tener fin.
El inicio del conflicto se remonta a mayo del 2023 cuando estas carmelitas denunciaron a su obispo. El obispo Michael Olson (EEUU) que acusó públicamente a la superiora de este convento de romper su voto de castidad asegura que la monja y sus hermanas estaban «incitando al odio y la animosidad» contra él.
Tras la intervención del Vaticano en esta guerra entre estas monjas y su obispo, este año las religiosas rechazaron someterse a la federación carmelita estadounidense que Roma les impone para supervisarlas.
La disputa ha sido amarga y a veces extraña. En junio pasado, el Vaticano nombró a Olson “comisario pontificio” para las hermanas y saneó retroactivamente todas y cada una de las cuestiones procesales canónicas planteadas por las acciones anteriores de Olson que involucraban al monasterio. Posteriormente, Olson emitió un decreto despidiendo a Gerlach.
Pero las monjas aparentemente siguieron reconociendo a Gerlach como su superiora. En agosto pasado, las monjas emitieron un comunicado rechazando la autoridad de Olson después de soportar meses de “interferencia, intimidación, agresión, humillación pública y privada y manipulación espiritual sin precedentes”.
Más recientemente, el pasado mes de mayo, el Vaticano rechazó las quejas de las monjas sobre la investigación del obispo en su monasterio acerca de las supuestas violaciones de su voto de castidad por parte de la priora. También es legal la advertencia canónica dada a las nueve hermanas para que no obstaculizaran la investigación del obispo.
Olson había suspendido temporalmente a la Madre Teresa Agnes como priora en abril de 2023 como medida de precaución, lo que confirmó el capítulo de la orden.
Dos sacerdotes sin licencia estarían atendiendo a las monjas invitados por la antigua priora
En medio de esta situación, el obispo de Fort Worth ha emitido un comunicado en el que denuncia que la Madre Maria de la Encarnación, OCD, Presidenta de la Asociación de Cristo Rey y Superiora del Carmelo de Arlington, le ha informado de que el Reverendo Christopher Clay, sacerdote de la Diócesis de Scranton a quien se le ha prohibido el ejercicio del ministerio sacerdotal desde junio de 2004, y a quien anteriormente se le había denegado el permiso para ejercer el ministerio sacerdotal en la Diócesis de Fort Worth, ha celebrado Misa en el Carmelo de Arlington por invitación de la antigua priora.
«Lo hizo sin mi conocimiento y sin solicitarme permiso o facultades a mí o a cualquier funcionario de la Diócesis de Fort Worth o de la Diócesis de Scranton. La Diócesis de Fort Worth ha estado en contacto con funcionarios de la Diócesis de Scranton, y ha sabido que el Padre Clay está incluido en su lista de «Individuos Acusados Creíbles» y ha confirmado que sigue teniendo prohibido presentarse como sacerdote, llevar atuendo clerical, celebrar Misa públicamente y celebrar cualquier otro sacramento», se lee en el comunicado de la diócesis texana.
Además, el obispo dice que también ha sido informado de que el reverendo Marshall Roberts, sacerdote de la diócesis de Scranton sin facultades para el ministerio, ha celebrado misa en el Carmelo de Arlington por invitación de la antigua priora. «Lo hizo sin mi conocimiento y sin pedirme permiso o facultades a mí o a cualquier funcionario de la Diócesis de Fort Worth o de la Diócesis de Scranton», denuncia.
«Sigo trabajando con la Madre Marie de la Encarnación para restaurar la vida sacramental del Carmelo de Arlington. Sin embargo, hasta que las Hermanas acepten su nombramiento como su legítima Superiora, no puedo conceder permiso o facultades para la celebración de los sacramentos a ningún sacerdote de la Diócesis de Fort Worth o de otra Diócesis o Instituto Religioso», aclara el obispo quien solicita a los fieles de la diócesis que continúen rezando «por la Iglesia Católica del Norte de Texas, en particular por los Carmelitas de Arlington».