El 29 de junio, festividad de san Pedro y san Pablo, el obispo de Córdoba ordenó sacerdotes a Francisco Solano Aguilar Tejada, Álvaro Fernández-Martos Yáñez, Francisco Salvador Flores Hidalgo, Javier González Martínez, Juan Yersin Méndez Ozuna, Javier Montes Jiménez, Miguel Ángel Moyano Estepa y Javier Rodríguez Calmaestra.
La diócesis de Córdoba es el claro ejemplo de cuando se tiene un pastor que se preocupa por lo verdaderamente importante, es más fácil de fructifiquen las vocaciones al sacerdocio. Mientras en muchas otras diócesis españolas, de mayor tamaño que la de Córdoba, resulta costoso lograr nuevas vocaciones para el seminario y que luego se ordenen, desde este fin de semana la diócesis cordobesa cuenta con ocho nuevo sacerdotes.
La catedral se llenó de amigos y familiares de los jóvenes seminaristas que recibieron el orden sacerdotal a manos de su obispo. En su homilía el prelado recordó a los ordenandos que el «Él os ha llamado y os ha consagrado para enviaros a algunas tareas» y les aconsejó que se alejen «de caer en el funcionarismo”.
A partir de ahora, veremos en cada uno de vosotros a un ministro de Cristo, “una prolongación personal de Cristo para que podáis bendecir, perdonar, consagrar y hacerle presente en la vida de la Iglesia”, remarcó el obispo, que prosiguió afirmando que hoy «todos los fieles cristianos nos damos la enhorabuena unos a otros, porque todos somos agraciados, el presbiterio, cada familia y amigos, el Seminario. Todo el pueblo cristiano se alegra de tener ocho nuevos sacerdotes al servicio de la Diócesis y de la Iglesia universal».
El sacramento del Orden “os hace otros, sois capacitados para la celebración de la Eucaristía”, no dejéis ni un día de vuestra vida sin Eucaristía, – ha recomendado el Obispo -, porque la vida de un presbítero vale para la Eucaristía. Un día sin Eucaristía es un día vacío, añadió monseñor Demetrio Fernández, que les trasladó a los nuevos presbíteros que se les confía conducir la comunidad cristina al frente y han de servir de modelo con su ejemplo y celo apostólico, ‘intentad ganar para Jesucristo a muchísimos», ha pedido. La fe “no se impone, se propone pero con alegría y con el ejemplo suscitaréis en muchos el acercamiento a Jesucristo. Estad seguros que vuestra vida es enormemente fecunda por el ministerio que hoy recibís en miles de personas que llevarán vuestro influjo visible».
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
Es correcto. El cuidado de las vocaciones y el respeto a la vocación que Dios le ha regalado a cada candidato. Cosa distinta a lo que pasa en Málaga, donde el «rector» (y digo rector por ser educado, porque ese sujeto no debería de tener ese titulo) es un gran adalid de los candidatos con «frociagine» y un gran apañador de los candidatos con denuncias. Enhorabuena, Córdoba.
Un pastor preocupado y un Seminario Redemptoris Mater de los más fuertes de España.