A sus 79 años (en octubre cumple 80) el Papa Francisco ha decidido aceptar la renuncia del cardenal Baltazar Enrique Porras como arzobispo de Caracas.
El nombramiento de Porras como arzobispo de Caracas fue uno de esos movimientos peculiares del Pontífice. Francisco le nombró arzobispo de Caracas en enero del 2023 cuando el cardenal ya tenía 78 años. Como sustituto de Porras en Caracas, el Papa sigue con la hoja de ruta de nombrar obispos religiosos. El salesiano, Raúl Biord Castillo, obispo de la diócesis de La Guaira es el nuevo arzobispo de Caracas.
Pero este no ha sido el único nombramiento episcopal que el Papa ha realizado este viernes en Venezuela. El Santo Padre ha nombrado a Jesús González de Zárate Salas como nuevo arzobispo metropolitano de la archidiócesis de Valencia en Venezuela, trasladándolo de la archidiócesis metropolitana de Cumaná. De 2009 a 2015 fue secretario general de la Conferencia Episcopal Venezolana, convirtiéndose en su presidente a partir de 2022.
El Papa también ha elegido al nuevo arzobispo de Barquisimeto. Polito Rodríguez Méndez, hasta ahora obispo de la diócesis de San Carlos, ha sido el elegido por Francisco. Fue subsecretario de la Conferencia Episcopal Venezolana; actualmente es miembro de la Comisión Permanente y presidente de la Comisión episcopal para el Clero, los Seminarios, las Vocaciones y el Diaconado Permanente.
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La marcada tendencia de Francisco a menospreciar a los sacerdotes diocesanos es muy marcada. Recordemos que es el primer pontifice religioso (Jesuita) en mas de un siglo. El último había sido Gregorio XVI O.S.B. Cam de 1831 a 1846, hace un poco menos de 200 años. Los diocesanos suelen elevar al cardenalato más a los diocesanos y los papas religiosos a los de congregaciones religiosas. Y es necesario señalar que en la Iglesia actual son muchos menos los sacerdotes religiosos que los sacerdotes diocesanos.
«Recordemos que es el primer pontifice religioso (Jesuita) en mas de un siglo»
No lo es. Francisco no es jesuita. Los jesuitas dejan de serlo en el momento de aceptar cualquier dignidad eclesiástica (el obispado, en este caso). No existen obispos, cardenales o papas jesuitas, aunque lo fueran antes.
Este argumento es no solo errado sino estúpido. La ley canónica dice expresamente que todos los religiosos quedan libres de sus votos y compromisos con sus respectivas órdenes religiosas cuando son nombrados obispos, y eso no significa que dejen de ser considerados religiosos. Por eso muchos de ellos siguen usando las siglas, los hábitos e incluso viviendo en sus casas religiosas aunque no tengan la obligación de hacerlo.
«Este argumento es no solo errado sino estúpido»
La información (no argumento) que he dado, no sólo no es estúpida, sino que es un hecho. El motivo no tiene nada que ver con ninguna ley canónica, sino con las Constituciones de la Compañía de Jesús y su cuarto voto (que no comparten el resto de congregaciones). Voy a explicárselo, para que incluso usted lo entienda (ya lo expliqué hace ocho meses):
El sacerdote Jorge Mario Bergoglio dejó oficialmente la Compañía de Jesús, a la cual pertenecía, en 1992, en el momento de aceptar su nombramiento como obispo (algo que tienen prohibido los jesuitas, pero que «humildemente» aceptan, echando mano del cuarto voto —«si el Papa así lo quiere…»–, tras dispensarles para ello el Prepósito General de la Compañía de Jesús), como estipulan sus Constituciones y han hecho todos los jesuitas en dicha tesitura. Así que, legalmente no, no es jesuita, aunque le queden todos los resabios de haberlo sido.