Las monjas de Belorado siguen a la gresca contra la archidiócesis de Burgos mientras acaparan la atención de los medios.
El espectáculo bochornoso que están dando estas religiosas está llegando a un punto que debería empujar a monseñor Iceta a tomar las medidas oportunas y necesarias cuanto antes para cerrar este capítulo ante la negativa de ellas a entrar en razón.
Las religiosas cismáticas han logrado hacerse famosas y darle publicidad a la secta de Pablo de Rojas y José Ceacero. Ahora, las monjas tratan de acusar a la archidiócesis de supuestas penurias económicas y solicitan también a la archidiócesis que les pague la seguridad privada. Según ellas, están sufriendo «lanzamiento de petardos y botes de humo al monasterio de madrugada, gritos, e incluso intrusiones en el perímetro de la clausura, también de madrugada».
Las clarisas de Belorado acusan a Iceta de haber tomado el control de las cuentas bancarias del monasterio «bloqueando de esta forma el acceso al fruto de nuestro trabajo diario».
La respuesta de la archidiócesis
Por su parte, el arzobispado de Burgos ha respondido a las críticas de las monjas recordando que «el representante legal de los Monasterios de Belorado, Derio y Orduña es el Comisario Pontificio a todos los efectos, en el ámbito tanto canónico como civil», es decir, monseñor Mario Iceta arzobispo de Burgos.
La archidiócesis burgalesa denuncia que «las hermanas han impedido en todo momento y por todos los medios que el Comisario Pontificio y la Comisión Gestora cumplan con el cometido para el que han sido nombrados«.
Además, confirma que la comunidad de Belorado no ha realizado la entrega de una copia de las llaves de los monasterios,» como legítimamente se les requirió, manifestando de este modo su voluntad de impedir al Comisario Pontificio la realización de su cometido».
La archidiócesis de Burgos defiende que se ha tenido acceso a las cuentas corrientes que ha sido posible identificar, «ya que las hermanas no han facilitado en absoluto ni el conocimiento ni el acceso a las mismas. Se está trabajando con las entidades bancarias para que no exista ningún problema de pago a quienes legítimamente tienen derecho al cobro: suministros, nóminas, recibos, etc».
Por otro lado, aseguran que hasta el momento ningún empleado de los monasterios ha acudido al arzobispado a poner ninguna queja.
Respecto a la cuestión del servicio de seguridad privada planteada por las monjas, el arzobispado de Burgos responde lo siguiente: «desde el correo electrónico del monasterio de Belorado se recibe este martes 11 de junio una comunicación que dice: «nos vemos en la obligación de contratar un servicio de seguridad privada que proteja y defienda de ataques contra la intimidad. Entendemos que el arzobispo debe asumir los costes de este servicio». Aquí sí se reconoce la autoridad del arzobispo, además se le cita así, «arzobispo». También se pide el pago de un servicio que, según el correo, va a contratar el monasterio. No se dice ni qué empresa, ni en qué condiciones. Llama la atención que se pida dinero para este servicio, pero no para la compra de género para la vida ordinaria de todos los miembros de la comunidad, la materia prima para la elaboración de productos, alimento de animales u otros gastos».
A pesar del enfrentamiento público por parte de las religiosas -que no dan su brazo a torcer- la archidiócesis de Burgos insiste en mantener la mano tendida y aseguran que siguen a la espera «de que la comunidad realice algún gesto que posibilite la vía del diálogo».