Ser homosexual activo, por ejemplo, no es óbice para mantener un cargo en el consejo parroquial en Alemania, más bien al contrario. Pero representar a un partido soberanista (y perfectamente legítimo) es anatema. Los soberanistas se han convertido en las nuevas brujas para unas iglesias en Alemania que incluyen cualquier otra opción.
Henry Preuss corre el riesgo de perder sus cargos como presidente del consejo de la iglesia local protestante de Alt-Ruppin y miembro del órgano de gobierno de toda la parroquia de Ruppin. ¿La razón? Ha sido elegido para representar a su distrito por el partido soberanista Alternativa para Alemania (AfD), verdadera bestia negra de las iglesias católica y luterana en Alemania.
En estas páginas hemos informado a menudo de la súbita inquina del episcopado alemán contra las opciones soberanistas, pero nos quedamos muy cortos frente a la verdadera anatemización que ejercen contra ellos, católicos y luteranos a la par, en un momento en el que la inclusividad y la apertura pretenden ser la piedra de toque del cristianismo germánico.
A finales del mes pasado, el Foro de Hombres Católicos (FkM) determinó que militar en AfD era incompatible con pertenecer al foro. Cualquier miembro de la AfD o de otro partido, organización o asociación clasificada como de extrema derecha, que busque un mandato político para uno de estos grupos o que coopere con la AfD no puede ser miembro del FkM.
La justificación del foro fue que se oponía resueltamente a «cualquier tendencia inhumana y hostilidad a la democracia en nuestra sociedad». Y continúa: «En muchos movimientos radicales de derecha, personas y grupos están marginados. En particular, el AfD se ha radicalizado masivamente en esta dirección en los últimos años. Nos oponemos a las posiciones radicales de derecha por una profunda convicción cristiana». De cara a las elecciones europeas del 9 de junio, el foro también pidió a sus miembros «no votar a partidos radicales y antidemocráticos, en particular al AfD».
Preuss informó a su congregación que no renunciaría a sus cargos honoríficos si fuera elegido miembro del consejo de distrito, según declaró a Evangelical Press la superintendente del distrito eclesiástico protestante de Wittstock-Ruppin, Carola Ritter. Sin embargo, según una nueva ley eclesiástica, no es posible el apoyo activo a la AfD y el ejercicio simultáneo de cargos eclesiásticos.
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