Según nuestro corresponsal en la Conferencia Episcopal desde que el cardenal Cobo dijera que va a montar un homenaje a las víctimas de la pederastia no saben dónde meterse en Añastro. La Conferencia Episcopal anda enfrascada con esto de las víctimas, con las víctimas acechándola y poniéndola de chúpame dómine, viene Cobo y sale por peteneras de agradador poniendo en evidencia al resto de los obispos.
Salen Argüello, Cobo y García Magán de ver al Papa y se dedican a hablar de las víctimas de la pederastia como si no hubiera otro problema en la Iglesia española. Las asociaciones de víctimas hacen un comunicado después de lo que dice Argüello a su salida del encuentro con el Papa en el que arremeten contra los obispos: “Seguimos sin entender que a estas alturas, desde la máxima autoridad de la Iglesia en España se siga sacando pecho de todo lo que han hecho respecto a la prevención y provención de las víctimas de pederastia. En esa dirección, lo realizado hasta el presente no solamente es terriblemente insuficiente, sino que además ofrece un carácter minimalista, cuando no de absoluta nulidad”. Consideran “del todo improcedente” que Argüello “invite a los poderes públicos” a ocuparse de todas las víctimas. “Nos gustaría saber qué ha hecho la jerarquía eclesiástica española en la atención de todas las víctimas de todos los ámbitos sociales, porque si es lo mismo que lo que han hecho con sus propias víctimas, lo cierto es que es más bien muy poco o nada”.
En menos de una semana el Gran Cobo dice en los jesuitas, que de víctimas de abusos de jesuitas saben tela: “La Iglesia de Madrid acogerá, a principios del próximo curso, un acto sencillo de reconocimiento a las víctimas de abusos”. El acto sobre el que se está trabajando “no será el final de nada, sino un espacio de encuentro, reparación y testimonio que quiere responder a lo que las víctimas nos van diciendo”. Será también un acto de oración en el que, “reconociendo nuestros errores, expresaremos que queremos seguir acompañando a las víctimas, poniéndolas en el centro de todo, teniéndolas como compañeras de camino, aprendiendo un poco más de ellas cada día, para poder seguir avanzando en una cultura del buen trato y del respeto dentro y fuera de la Iglesia”.
¿Quiénes son los primeros que salen a aplaudir a Cobo? Los mismos que habían arremetido contra Argüello. El famoso exdiputado socialista Juan Cuatrecasas que declara a la prensa que le consta que el arzobispo de Madrid “quiere dar pasos adelante en la reparación, reconocimiento e indemnización de todas las víctimas de pederastia eclesial en España”. Además, dice que “estos actos deben hacerse después de empezar a trabajar”. ¿Será Cuatrecasas uno de los asesores de Cobo en la cuestión de las víctimas?
No termina aquí la cosa porque el discurso de Cobo en los jesuitas no tiene desperdicio. Se le oyó que hay que hacer “una seria revisión sobre el uso de la autoridad de los ministros, líderes y acompañantes”, en lo que estamos de acuerdo. Sobre todo determinadas “teologías y eclesiologías que facilitan formas despóticas de ejercicio ministerial”. Añadió: “Revestirse indebidamente de la autoridad divina o ampararse en determinados ritos para esconder pretensiones ilegítimas es una forma pecaminosa de suplantación del nombre de Dios. Y lo peor es que el acompañante ocupa el puesto de Dios y pretende ser su única mediación anulando la capacidad crítica del acompañado. La obediencia, la confesión, el ejemplo de los santos, todo lo bueno y sagrado puede ser utilizado en una dirección errática”.
La Comunidad de Lanceros tiene una pregunta. ¿Podría aclararnos el señor cardenal arzobispo de Madrid, el Gran Cobo, qué “teologías y eclesiologías que facilitan formas despóticas de ejercicio ministerial”? ¿A quién se está refiriendo? ¿A los jesuitas acaso en su propia casa? Lo decimos por el número de víctimas. Así nos entenderíamos con mayor facilidad. ¿A otros?
Diego Lanzas
Ayuda a Infovaticana a seguir informando