¿Fin al exilio de monseñor Georg Gänswein?

Gänswein

Monseñor Georg Gänswein, que regresó a su diócesis original en Friburgo sin deberes asignados en julio pasado tras ser removido como prefecto de la Casa Pontificia por el Papa Francisco en febrero de 2023, podría ver pronto el fin de su exilio.

Según La Nuova Bussola, se espera que su próximo destino sea Lituania tal y como adelantó en abril vaticanista Elisabetta Piqué, cercana al Papa Francisco. Fuentes vaticanas confirman al medio italiano que la confirmación oficial de su nuevo cargo no se debería demorar mucho, siempre y cuando no surjan complicaciones de última hora.

Un experto en diplomacia de la Santa Sede explicó a La Nuova Bussola que los gobiernos suelen tardar entre dos y tres meses en aprobar a un nuevo nuncio. En este caso, el consentimiento de Vilnius no estaría en duda, ya que fuentes lituanas revelaron que la nota de aprobación llegó hace al menos dos semanas. Gänswein, mientras espera para ocupar el puesto vacante de monseñor Petar Rajič, ha estado presentando su libro «Nada más que la verdad», que ha sido motivo de controversia. En el libro, critica la acusación de «falta de nobleza y humanidad» que le reprochó el Papa en «El sucesor», obra del periodista Javier Martínez-Brocal.

El apoyo hacia Gänswein ha sido cálido, como lo demostró la gran multitud que acudió a la presentación de su libro en Hüfingen la semana pasada. Durante el evento, respondió a numerosas preguntas y comentó que, aunque Ratzinger ya no está físicamente presente, su «aura sigue entre nosotros».

El probable traslado a Vilnius podría cerrar un año complicado para Gänswein, quien ha residido en el Collegium Borromaeum de Friburgo tras casi tres décadas en el Vaticano. Gänswein no ha ocultado su tristeza por el trato distinto recibido del Papa Francisco en comparación con su predecesor, Stanisław Dziwisz. Sin embargo, el cargo de nuncio en Vilnius, aunque de menor relevancia que su anterior posición en la Curia, le permitiría continuar sirviendo a la Santa Sede.

Irena Vaišvilaitė, ex embajadora de Lituania ante la Santa Sede, comentó en una entrevista que, aunque Vilnius es una capital europea, «no es un puesto de gran responsabilidad». A pesar de esto, sería una oportunidad para Gänswein de retomar su servicio con el compromiso y devoción que ha mostrado desde 1995, cuando llegó a Roma como colaborador de la Congregación para el Culto Divino, ganándose así la estima y el afecto de muchos fieles alrededor del mundo.

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