El Papa Francisco ha dedicado la intención de oración de junio a los «migrantes», tal como se presenta en El vídeo del Papa, difundido por la Red Mundial de Oración del Papa.
En este videomensaje, el Papa destaca gestos de solidaridad, abrazos y proyectos de acogida, diciendo a los cristianos que «quien acoge a un migrante, acoge a Cristo».
El Papa denuncia que en la sociedad actual, incluso en naciones que se identifican como cristianas, los migrantes son a menudo recibidos con temor, lo que genera muros físicos y emocionales. Francisco subraya que «los cristianos no podemos compartir esta mentalidad».
Francisco pide acompañar, promover e integrar a los inmigrantes, resaltando el sentimiento de desarraigo que muchos experimentan al abandonar su tierra.
Los medios oficiales del Vaticano se esmeran en resaltar que desde el inicio de su pontificado, el Papa Francisco ha mostrado preocupación «por los migrantes y refugiados». En su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (2013), instó a los países a una apertura generosa que permita crear nuevas formas de síntesis cultural. En la Encíclica Fratelli Tutti (2020), Francisco llamó a tener «un corazón abierto al mundo entero» y a desarrollar una “cultura del encuentro” que incluya a todos.
Desde 1914, la Iglesia ha invitado a rezar por los migrantes en la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado. «Dios camina con su Pueblo» es el lema de la edición 2024, que se celebrará el 29 de septiembre. El Cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, recordó que la Sagrada Familia «también fue refugiada». Subrayó la importancia de acoger, proteger, promover e integrar a los inmigrantes, destacando que al hacerlo, se promueve el desarrollo humano integral.
El Padre Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, enfatizó que los inmigrantes no son solo estadísticas, sino personas con historias y dignidad. Resaltó la necesidad de soluciones compasivas y respetuosas, basadas en el Evangelio y el magisterio de la Iglesia. Citando a Francisco en Fratelli Tutti, recordó que «la verdadera calidad de los países se mide por su capacidad de pensar como una familia humana». Solo una cultura de acogida gratuita asegura un futuro prometedor.