El grupo terrorista de extrema izquierda autodenominado Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha decidido retomar la práctica del secuestro para generar recursos económicos.
A través de un comunicado, el grupo terrorista dio por «terminada» la suspensión «unilateral» de esas acciones que regía desde el pasado 17 de diciembre. El Ejecutivo, aseguró, ha incumplido con la creación de un «fondo multidonante» para avanzar en las negociaciones para poner fin al conflicto con ese grupo que tiene unos 5000 hombres en armas.
Ante esta decisión, los obispos de Colombia han emitido un comunicado conjunto con el Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas en Colombia en el que lamentan la decisión tomada por este grupo.
La Conferencia Episcopal de Colombia ha reiterado que «la privación de la libertad de personas no tiene justificación alguna y
es un flagelo deplorable que atenta contra la dignidad humana y lastima la conciencia de toda la nación colombiana».
Es por ello que los obispos hacen un llamado al ELN y a todos los grupos armados «a que pongan fin a esta práctica que va en contravía del horizonte de paz que tanto anhela la sociedad colombiana»