La Fiscalía pide un año de cárcel para un sacerdote de 60 años de la diócesis de Plasencia por presuntas caricias y manoseo a un joven de 25 años sobrino de otro sacerdote.
El cura de la diócesis de Plasencia que está acusado de una agresión sexual a joven de 25 años cuando era párroco en Béjar ha negado los hechos en el juicio celebrado este martes en Salamanca y ha afirmado que solo mantuvo gestos de cercanía y amabilidad con él.
Según informa Efe, el sacerdote ha asegurado en la vista oral que todos sus gestos fueron de cercanía y acogida y ha recordado que existen cámaras de vigilancia. Además, ha negado que en una comida entrelazara sus piernas con las del chico; que le echara gel hidroalcohólico con ánimo libidinoso o que le hiciera tocamientos cuando fue a probarse una sotana a petición del cura.
«Le fui enseñando los lugares de arte, explicando el contenido no solo artístico sino también espiritual, y en algunos momentos le manifestaba una cercanía, una acogida, con un abrazo… le di varios abrazos», ha señalado el párroco, según recoge La Gaceta de Salamanca. «En absoluto aproveché para tocarle, solamente para ceñirle el cíngulo», ha asegurado.
El denunciante ha declarado en el juicio que entró en un estado de shock y por eso no se dio cuenta de lo que estaba pasando. Ha afirmado que el cura «empezó a magrearle, le cogió sus piernas con las suyas… no daba crédito». Asegura además que sí le echó gel hidroalcohólico y «cogió sus manos y se las empezó a sobar, era surrealista». También ha declarado otro joven, su pareja de entonces, en consonancia con la versión de la víctima.
Por estos presuntos hechos, la Fiscalía ha pedido para él un año de prisión y que, junto al Obispado, indemnice a la víctima con 43 euros. También ha solicitado la inhabilitación absoluta, dos años de libertad vigilada y una orden de alejamiento de la víctima.
La diócesis pide prudencia y respeto a las partes implicadas
Por su parte, el obispado de Plasencia ha manifestado a través de un comunicado «profundamente el dolor y escándalo que la sola noticia en sí misma produce».
La diócesis que pastorea Ernesto Brotons confirma que desde el primer momento en que se obtuvo noticia de los hechos -hace un año- «se adoptaron las pertinentes medidas canónicas en consonancia con las disposiciones y medidas cautelares tomadas por la Justicia y con el absoluto respeto a la presunción de inocencia, asumiendo la diócesis en todo momento su papel de responsable subsidiaria».
De todos modos, el obispado ha pedido esperar «el total esclarecimiento de los hechos y la resolución de la Justicia» por lo que -aunque lamentan los hechos- piden «prudencia y respeto a todas las personas implicadas».