El obispo vallisoletano Aurelio García Macías, subsecretario del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, ha sido entrevistado por la diócesis de Málaga con motivo de su reciente visita a Ronda y Málaga.
Desde mayo del 2021 es subsecretario del citado Dicasterio llegando a trabajar para el cardenal Sarah cuando era prefecto del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. En la entrevista señala que su trabajo en Roma se basa en «hacer posible que el Pueblo de Dios, los fieles, puedan celebrar el misterio de Cristo como quiere la Iglesia. Trabajamos en la preparación de los textos de la Sagrada Escritura, que forman parte de los leccionarios para ser proclamados en numerosas lenguas, así como con otras muchísimas cosas como los calendarios de todas las diócesis y congregaciones».
Según Aurelio García, en estos momentos «vemos en algunos fieles cierta confusión en la liturgia». Fruto del exceso de individualismo que impera en la sociedad de hoy en día, el obispo añade que «parece que cada uno puede decidir lo que le gusta en la liturgia. Frente al “yo”, el Papa nos está pidiendo el “nosotros” de la comunidad. La liturgia no la puedes crear tú, tú no eres el dueño de la liturgia, no te pertenece a ti, pertenece a la Iglesia y a una sabia tradición multisecular».
El subsecretario del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos afirma que en el ámbito litúrgico «hay personas que sin formación ninguna y sin iniciación casi a la vida cristiana están tomando decisiones que no les competen«.
La solución a esta problemática está -según monseñor Aurelio García- en la formación. «La teología reflexiona, pero la liturgia lo hace presente. Y, por eso, es muy importante participar en la liturgia, porque el que participa escuchando la Palabra de Dios y comulgando el Cuerpo y Sangre de Cristo, recibiendo los sacramentos, recibe la alegría de Cristo resucitado, la gracia de Dios que te infunde vida», agrega el prelado vallisoletano.
El aburrimiento de los jóvenes en Misa
Aurelio García habla de dos peligros que merodean alrededor de la liturgia. «Por un lado, la espectacularidad, los que quieren convertir la liturgia en un show, en un entretenimiento, y para entretener a la gente no podemos competir con el mundo digital; y, por otro lado, el intimismo personal y subjetivo del que hablamos antes, es decir, el que lleva a vivir la liturgia como una devoción privada personal de Dios conmigo y mía con Dios. Son dos excesos y son dos peligros», señala.
Sobre el aburrimiento de los jóvenes en Misa, el obispo subsecretario del Culto Divino lo achaca a que «estamos invitando a los jóvenes a que vayan a Misa sin entender absolutamente nada. Se aburren porque no comprenden nada, porque falta una iniciación a la liturgia».
«A veces estamos pidiendo a la liturgia algo que no es de su competencia. Le estamos pidiendo que responda a cuestiones que son previas. El problema generalmente no es la liturgia, sino la falta de fe, una crisis de fe», afirma monseñor Aurelio García.
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