Polonia no se salva del creciente fenómeno europeo de descristianización. Cada vez son más los polacos que se alejan de la fe, y el arzobispo Tadeusz Wojda, presidente de la conferencia episcopal del país, se ha propuesto contrarrestar esta tendencia revitalizando la fe.
Revitalizar la fe es la prioridad para el nuevo presidente de la Conferencia episcopal polaca, el arzobispo Tadeusz Wojda «Primero debemos renovar nuestra fe para poder dar un testimonio creíble», ha dicho en una entrevista con la agencia nacional de noticias católica KAI.
Lo que se necesita hoy es testigos auténticos que, como los apóstoles, estén dispuestos a sufrir por el Evangelio, afirmó Wojda. Hace dos milenios, los apóstoles ganaron tantos creyentes en poco tiempo porque eran auténticos y fieles a Jesucristo. “A todos nos falta un poco eso”, añadie el arzobispo de Danzig. Los obispos polacos eligieron a Wojda como nuevo presidente a mediados de marzo. Según el estatuto, su predecesor, el arzobispo Stanislaw Gadecki, tuvo que renunciar a la presidencia después de dos mandatos de cinco años.
Wojda calificó de preocupantes las estadísticas sobre el descenso de la religiosidad en Polonia. Pero no representan la imagen completa de la realidad. Según el arzobispo, muchos jóvenes polacos practican incansablemente su fe católica. Sin embargo, algunos padres no transmiten la fe a sus hijos y creen que ellos pueden elegir su propia fe más adelante, cuando sean mayores. «Esto es un gran error en la educación», afirma Wojda. Es difícil decidirse por algo que no sabes y aún no has vivido.
El presidente de la conferencia episcopal criticó el hecho de que la religión sea estigmatizada y ridiculizada. Wojda expresó su confianza en la cooperación entre el clero y los laicos en las parroquias. Hay una conciencia creciente “de que todos somos responsables de la iglesia y que cada uno de nosotros tiene una misión que cumplir en ella”.
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Revitalizar la fe. Esa es la clave del asunto y no el cambio climático, ni una cada vez peor actividad diplomática, ni hacer pozos en África. La Iglesia puede hacer muchas cosas buenas, pero su misión principal irrenunciable, encomendada por el mismo Señor, es anunciar el Evangelio, el misterio pascual de Jesucristo que muriendo, destruyó nuestra muerte y resucitado, restauró nuestra vida.