Manuel Barrios, secretario general de COMECE: «Dios ya no está en el horizonte de la existencia humana para muchos europeos»

Manuel Barrios, secretario general de COMECE Manuel Barrios, secretario general de COMECE
|

El sacerdote español Manuel Barrios (Madrid, 1962) es desde 2019 secretario general de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE).

Sobre la reciente votación del Parlamento Europeo en defensa del aborto, las próximas elecciones europeas y otras cuestiones que atañen a las políticas que se deciden en Bruselas hemos preguntado a Manuel Barrios, quien en noviembre del 2023 fue reelegido como secretario general de COMECE para los próximos cuatro años.

P-El Parlamento Europeo acaba de aprobar que se incorpore el aborto a la carta de derechos fundamentales de la UE, ¿qué opinión le merece?

R-Causa tristeza y preocupación. Creo que este voto también es una llamada a los católicos a implicarse más y trabajar más por nuestros valores y nuestras creencias en el seno de la Unión Europea y sus instituciones. Este voto también expresa la realidad del Parlamento Europeo en esta legislatura y su postura sobre el aborto, donde hay una clara mayoría a favor, como también la influencia que en él tienen ciertas tendencias culturales y lobbies. 

P-¿Está Europa abandonando sus raíces cristianas?

R-Hay un proceso de secularización muy fuerte en toda Europa y en todos los países de Europa, también en los países con una fuerte tradición católica, como pueden ser Polonia, Hungría, Eslovaquia, Croacia etc. Es un proceso que lleva a un eclipse de Dios; hoy Dios ya no está en el horizonte de la existencia humana para muchos europeos y no es ni referencia existencial, ni moral. Hay una clara pérdida del sentido trascendente de la existencia que influye también en la vida moral. Todo esto se refleja en las propuestas políticas. También hay actores, dentro de la Unión Europea que promueven un laicismo beligerante e intentan reducir o eliminar la influencia de las Iglesias y las religiones en la vida pública. Sin embargo, la cultura europea actual es fruto de muchos años de evangelización y cristiandad que la siguen caracterizando, por ejemplo, en esos valores fundamentales que la mayoría compartimos. Varios de estos valores están enumerados en el artículo 2 del Tratado de la Unión Europea: “La Unión se fundamenta en los valores de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías. Estos valores son comunes a los Estados miembros en una sociedad caracterizada por el pluralismo, la no discriminación, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre mujeres y hombres”. Yo diría que Europa abandonaría sus raíces cristianas si la percepción de estos valores fundacionales y su fuerza normativa se perdiera. Y esto, evidentemente, es un riesgo. El voto sobre el aborto, como también propuestas legislativas sobre la eutanasia, muestran que la dignidad infinita del ser humano y el carácter sagrado de la vida humana no es entendido y respetado por todos.

P-¿Tiene sentido seguir participando de un proyecto común de intereses políticos y económicos como es la Unión Europea cuando por otro lado se fomenta la imposición del aborto, eutanasia o las leyes de género?

R-Sí, tiene sentido porque no tenemos otra alternativa desde una perspectiva de futuro y geopolítica. En el contexto mundial, y ante algunos actores internacionales como China, la India, Estados Unidos, Rusia, nuestros países son casi insignificantes por muy importante que pensemos nosotros que son. Si no existiera la Unión Europea la situación de bienestar, paz, estado de derecho, democracia, cuidado de las personas vulnerables, etc no la tendríamos; de ahí, que varios países quieran entrar en la Unión y los que han salido se arrepientan. La opinión general de la población de los países que forman parte de la Unión Europea es, normalmente, muy favorable a formar parte de ella. Sin embargo, la Unión Europea no es perfecta como vemos; es un proyecto ’en fieri’, no acabado, en devenir, en el que estamos llamados a participar también como cristianos. Frente a actores y fuerzas que proponen otra visión del ser humano, de los valores y de la sociedad, como Iglesias y cristianos estamos llamados a proponer la nuestra y luchar por ella, con los medios que nos ofrece la democracia.

No hay ningún partido que represente plenamente la postura católica y la enseñanza social de la Iglesia

P-En el reciente mensaje de COMECE se critica que la UE imponga “posiciones ideológicas sobre la persona humana, la sexualidad y el género, el matrimonio y la familia”, ¿es compatible que un católico apoye a partidos políticos que promueven y defienden posturas contrarias a las de la Iglesia en estos temas?

R-Esta una tendencia que con frecuencia constatamos, que a veces llamamos ‘colonización ideológica’, que consiste en querer imponer a otros una cierta forma de entender el ser humano, la sexualidad, el género, el matrimonio y la familia, a veces, condicionando la ayuda económica a que se acepten y promuevan estos postulados. Sus promotores no ven esto como una ideología, o como una postura ideológica, sino como la realidad de las cosas, y por eso no creen que están imponiendo algo, sino que lo que hacen es educar a los incultos. Esto, evidentemente, no es verdad para cualquiera que tenga un poco de sentido crítico. Contestando a su pregunta, no hay ningún partido entre los que están presentes en el Parlamento europeo que represente plenamente la postura católica y la enseñanza social de la Iglesia. De ahí que los católicos tenemos que discernir a la hora de votar -lo que no es fácil en el actual panorama político-  teniendo presente también lo que para nosotros son principios no negociables.

P-En el mensaje de COMECE del mes de marzo con motivo de las elecciones europeas del mes de junio se habla de la cuestión migratoria como una cuestión difícil que debe afrontar la UE en el futuro, ¿cree que la Iglesia fomenta con algunos mensajes la inmigración ilegal?

R-No, creo que no. El tema de la de las migraciones y del asilo, que más que un tema es un drama para muchas personas, es muy complejo y como cristianos estamos llamados a ser solidarios y a hacer políticas que sean justas y defiendan la dignidad del ser humano. Cuando nos encontramos con personas que llegan a nuestras fronteras europeas huyendo de persecuciones o buscando un futuro mejor para sus familias hay un deber, que yo diría es más que cristiano, es humano, que es el deber de acogida, de solidaridad. Este es el principio básico que debemos tener presente. Después, como Unión Europea, tendríamos que abordar este drama juntos, con solidaridad entre unos países y otros y no dejando toda la carga en las espaldas de los países de llegada. Como Unión Europea, y debido también a sus raíces cristianas, debemos elaborar las mejores políticas para hacer esto teniendo presente nuestros valores y los distintos factores que entran en juegos, que incluyen también el control de las fronteras, la armonía social de nuestras sociedades, el respeto por nuestra cultura, la situación demográfica de nuestras sociedades cada vez más envejecidas, y también la lucha a la migración ilegal, la trata de personas, las mafias que se aprovechan, etc. En esta última sesión plenaria del Parlamento Europeo en la que se ha votado la resolución sobre el aborto, también ha sido votado el Pacto de Migración y Asilo, que ha sido una iniciativa legislativa muy compleja, muy discutida y muy negociada, y que, desde el punto de la vista de la Iglesia y atendiendo a lo que dicen organizaciones católicas que trabajan en primera línea con esta  realidad, tiene muchas cosas que no están claras y preocupan.

P-Esta misma semana el Parlamento Europeo ha aprobado la reforma del sistema Eurodac, por la que los Estados miembros tendrán una base de datos más amplia y coordinada para identificar a inmigrantes ilegales, ¿ve oportuna esta reforma?

R-Sí, como dije antes, la lucha a la migración ilegal es una parte de la respuesta global y unitaria que tiene que dar Europa a esta realidad tan importante y compleja como la de las migraciones y el asilo.

Hay que votar por los valores cristianos

P-¿Qué mensaje lanzaría a los votantes católicos de cara a las próximas elecciones europeas del mes de junio?

R-El mismo mensaje que han lanzado los obispos de la COMECE: que hay que votar porque el proyecto europeo es nuestro futuro, que hay que votar con responsabilidad porque somos  responsables de este proyecto, eligiendo y discerniendo bien, y hay que votar por los valores cristianos.

P-Por último, la semana que viene se reúnen en Polonia para la Asamblea Plenaria de COMECE, ¿nota una mayor práctica religiosa en los países de Europa del Este?

R-De momento, sí, pero los países también del centro y del este europeo están inmersos en un proceso muy acelerado de secularización. Polonia es un ejemplo muy claro de esto. Este será uno de los temas que tratarán los obispos en la plenaria de esta semana. Tendremos una ponencia de un  conocido teólogo de la república checa, el Prof. Halik, sobre el futuro del cristianismo y de las iglesias en Europa. Es importante ver juntos qué respuesta podemos dar como Iglesia y cristianos a este proceso que también afecta a las políticas de nuestros países y de la Unión Europea. Esta respuesta debe también consistir en una nueva evangelización y una nueva presencia de cristianos comprometidos y bien formados en la sociedad y en el mundo político.