El Papa Francisco ha emitido una nueva condena a los críticos de las inyecciones de COVID-19, diciendo que la oposición a las inyecciones lo “angustiaba” ya que “estar en contra del antídoto es un acto de negación casi suicida”.
Ha llovido bastante desde la aparición de las vacunas mRNA contra el coronavirus y el mundo ha descubierto que lo que se nos dijo sobre la enfermedad y sobre la ‘seguridad y eficacia’ de los tratamientos estaba, por ser suaves, un tanto exagerado. Pero nada de esto parece haber alterado la opinión del Papa.
Hablando como parte de sus memorias recién publicadas, en una serie de entrevistas realizadas por el periodista Fabio Marchese Ragona, el Papa Francisco destacó sus pensamientos y respuestas a la era de la pandemia, incluidas las inyecciones y su cálida acogida por el Vaticano.
El pontífice reprendió a aquellos que no recibieron la inyección o que se opusieron públicamente a ella, diciendo: “Decidir si vacunarse es siempre una elección ética, pero sé que muchas personas se adhirieron a movimientos opuestos a la administración del medicamento. Esto me angustió porque, en mi opinión, estar en contra del antídoto es un acto de negación casi suicida”.
Francisco también hizo una condena apenas velada al cardenal Raymond Burke, quien expresó una fuerte oposición a las inyecciones y que también fue hospitalizado con COVID-19 y graves problemas de salud.
“Había incluso algunos antivacunas entre los obispos: algunos estuvieron al borde de la muerte”, afirmó Francisco, haciéndose eco de una indirecta velada que le hizo al cardenal estadounidense en 2021.
Refiriéndose a los confinamientos relacionados con el COVID como un “escenario sombrío”, Francisco afirmó que “este sombrío escenario comenzó a cambiar con la llegada de las primeras vacunas”, sin mencionar la multitud de efectos secundarios relacionados con el lanzamiento de la vacuna golpes experimentales, incluidos aumentos en enfermedades cardíacas, cerebrales y sanguíneas, entre otras cuestiones.