Terminaron los trabajos de la Asamblea Plenaria de los obispos españoles y el corresponsal de la Comunidad de Lanceros en la Conferencia Episcopal Española ha querido hacer balance de algunos acontecimientos acaecidos importantes en la pasada semana. Una semana que nos va a dar para muchas noticias.
Una de las principales es el batacazo que se llevó el obispo de Teruel y Albarracín, monseñor José Antonio Satué, durante las elecciones a los cargos en la Conferencia Episcopal.
Alguien podrá explicarnos lo que ha visto el Papa Francisco en Satué que lo ha nombrado, nada más y nada menos, que miembro del Dicasterio de los Obispos, encargado del nombramiento de los obispos en el mundo, teniendo en cuenta que los obispos españoles no le quieren ni para presidente de una Subcomisión Episcopal.
Ocurrió que una vez que se produjeron las votaciones para presidente y vicepresidente, que por cierto perdieron los que no votaron a Cobo porque se dividieron los votos entre Sanz Montes, Iceta y Saiz Meneses, al cardenal Omella y a los suyos no se les ocurrió otra cosa que proponer de candidato al obispo de Teruel y Albarracín para miembro de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal.
No salió en la primera, sólo conseguía como mucho quince votos. Tampoco salió a la segunda, ni a la tercera. Así en la primera votación para la Ejecutiva, y en la segunda y en la tercera y en la cuarta y en la quinta y en la sexta… Acabadas las votaciones de la Comisión Ejecutiva, llegaron las de presidencia de las Comisiones episcopales que dan derecho a ser miembro de la Comisión Permanente. Satué de nuevo como candidato y ni por esas, no para una Comisión sino para varias, ni a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera, ni a la cuarta…
José Antonio Satué, el obispo estrella del juicio del profesor de Gaztelueta, que es como decir en el caso del juicio al Opus Dei, no salió para ningún organismo de la Conferencia Episcopal. Satué en el caso de Gaztelueta dejarlo en el cajón por una temporada, por no decir dejarlo morir. Como dice uno de los miembros de nuestra Comunidad de Lanceros cada vez se parece más a Garzón en sus mejores años de instructor de la Audiencia Nacional.
Estamos en época de sinodalidad y de escucha, que también implica al papa de Roma, o es que acaso el papa no tiene que escuchar. Seguro que algún lector nos explica qué ha visto el papa Francisco en Satué que no ven los obispos españoles. Tan ciegos están nuestros hermanos obispos que con todo lo que vale Satué, a quien el papa ha colocado para hacer obispos en España y en el mundo, no se están dando cuenta. O es que el papa tiene nublada la vista, y el juicio, con algunos obispos españoles amigos de Omella.
Diego Lanzas