El obispo de San Sebastián ‘misericordia’ a la comunidad Verbum Spei de Mondragón

Miembros de la fraternidad Verbum Spei
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Si en algún punto de España es complicado contar con algún brote verde en la Iglesia Católica ese es San Sebastián y sus diócesis vascas hermanas.

Lo que en otro tiempo fue el semillero de santos, de sabios sacerdotes e innumerables religiosos, hoy es un erial. Hemos visto pasar obispos que, uno tras otro, han ido profundizando la destrucción de estas santas tierras hasta límites impensables. Hace unos pocos años la cosa cambio de rumbo y parecía que habíamos entrado en otra etapa que, sin ser ni mucho menos gloriosa, suponía un freno a suicidio anunciado con signos de alguna recuperación.

Entre las nuevas realidad que empezaron a surgir en la etapa de Mons. Munilla está la comunidad de la fraternidad Verbum Spei en Mondragón. Hoy no es fácil que esto suceda y nos suponemos que Munilla trabajó lo suyo para que se instalaran. El nuevo obispo, Fernando Prado Ayuso, parece dispuesto a volver a la senda del suicidio y ha pedido a la fraternidad Verbum Dei que se marchen.

Para evitar suspicacias, no son ellos los que nos han informado de está situación, son muchos católicos de Mondragón, la mayoría jóvenes, que desde que en 2020 se instalaron, han encontrado acogida y estímulo en momentos tan complicados.

Nadie entiende que mal hacen, unos hombres que dedican su vida a la oración y al apostolado, viviendo con una austeridad más que ejemplar. La vida religiosa está desapareciendo en España y todos los días vemos noticias de cierres de monasterios y conventos. Muchas órdenes y congregaciones desaparecerán ante la ausencia total de vocaciones. Por eso, es mucho más incompresible que no se acoja y promueva todo lo que da algún fruto, por pequeño que pueda ser.

Parece que estorban y que estorban sobre todo a los jesuitas, especie en peligro de extinción. San Sebastián es territorio jesuita y Loyola sigue pesando mucho, aunque ya solo hablamos de una residencia de jesuitas ancianos, muy ancianos. Su superior, Ignacio Echate, es el delegado para la vida consagrada en la diócesis y es el muñidor de desatino.

La «misericordia» ha llamado a casa de estos hermanos, en el silencio llegaron y en el silencio se van. La Fraternidad Verbum Spei nació en 2012 en México de la mano de Don Raúl Vera López, obispo de la diócesis de Saltillo. Cuenta con otra casa en Europa, en la archidiócesis de Luxemburgo desde 2016. En su página web así se presentan: “La Fraternidad Verbum Spei se alegra de asociar a su misión en sus Iglesias locales a aquellos que el Señor le envía. También propone a todos los jóvenes (de 18 a 35 años) que así lo deseen, vivir un tiempo (entre un mes y un año, o más) con los hermanos, tiempo de misión y evangelización, de oración y de formación de la persona humana y cristiana”.

Están buscando otro acomodo, esperemos que con éxito, les deseamos lo mejor. Estamos seguros que, con un poco de buena salud y paciencia, terminaran atendiendo el Santuario de Loyola, y hasta puede que sean los mismos que ahora se van.

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