¿Estamos viviendo tiempos apocalípticos?

Apocalipsis Michael D. O’Brien
|

InfoVaticana les ofrece algunos de los mejores extractos de los libros de la editorial Homo Legens. Puede comprar todos los libros en www.homolegens.com

Hoy les ofrecemos este extracto del libro El Apocalipsis de Michael D. O’Brien. De todas las dimensiones de la Fe, la escatología es probablemente una de las que provoca más rechazo o suspicacia entre los creyentes. Con cierta frecuencia, los libros sobre la materia están escritos o bien por asustaviejas fundamentalistas cuya escatología parece proceder del National Enquirer, o bien por sus enemigos, que canturrean «paz, paz».

¿Estamos viviendo tiempos apocalípticos?

La pregunta es muy volátil e invita a una gran cantidad de comentarios y especulaciones. Desde luego, en nuestra época parece que imperan interpretaciones sumamente distintas sobre el significado del libro del Apocalipsis. Al abordar este tema espero contribuir a lo que siempre debería ser una discusión sobria, aunque a menudo no lo es. Aun así, todo lo que voy a decir sobre esta cuestión puede ser resumido en una única palabra: Sí. 

Sí, estamos viviendo tiempos apocalípticos. Pero esto necesita ser aclarado. La Iglesia, las Sagradas Escrituras, los santos, las apariciones místicas aprobadas: todos nos hablan del final de los tiempos dentro de un contexto que me gustaría exponer al lector. En el Catecismo de la Iglesia Católica, en la sección que aborda el tema de la venida del Señor en gloria, leemos:

La última prueba de la Iglesia

  1. Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes (cf. Lc 18, 8; Mt 24, 12). La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra (cf. Lc 21, 12; Jn 15, 19-20) desvelará el “misterio de iniquidad” bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un pseudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne (cf. 2 Ts 2, 4-12; 1Ts 5, 2-3;2 Jn 7; 1 Jn 2, 18.22). 
  2. Esta impostura del Anticristo aparece esbozada ya en el mundo cada vez que se pretende llevar a cabo la esperanza mesiánica en la historia, lo cual no puede alcanzarse sino más allá del tiempo histórico a través del juicio escatológico: incluso en su forma mitigada, la Iglesia ha rechazado esta falsificación del Reino futuro con el nombre de milenarismo (cf. DS 3839), sobre todo bajo la forma política de un mesianismo secularizado, “intrínsecamente perverso” (cf. Pío XI, carta enc. Divini Redemptoris, condenando “los errores presentados bajo un falso sentido místico” “de esta especie de falseada redención de los más humildes”; GS 20-21).
  3. La Iglesia sólo entrará en la gloria del Reino a través de esta última Pascua en la que seguirá a su Señor en su muerte y su Resurrección (cf. Ap 19, 1-9). El Reino no se realizará, por tanto, mediante un triunfo histórico de la Iglesia (cf. Ap 13, 8) en forma de un proceso creciente, sino por una victoria de Dios sobre el último desencadenamiento del mal (cf. Ap 20, 7-10) que hará descender desde el cielo a su Esposa (cf. Ap 21, 2-4). El triunfo de Dios sobre la rebelión del mal tomará la forma de Juicio final (cf. Ap 20, 12) después de la última sacudida cósmica de este mundo que pasa (cf. 2 P 3, 12-13). 

Si observamos nuestro mundo contemporáneo, incluyendo nuestro mundo “democrático”, ¿acaso no podríamos decir que estamos viviendo precisamente en medio de este espíritu de mesianismo secularizado? ¿Y no se manifiesta este espíritu especialmente en su forma política, y al que el Catecismo llama, con palabras duras, «intrínsecamente perverso»? ¿Cuánta gente, hoy en día, cree que el triunfo del bien sobre el mal se conseguirá a través de la revolución o la evolución sociales? ¿Cuántas personas han sucumbido a la creencia de que el hombre se salvará a sí mismo cuando se apliquen el suficiente conocimiento y la suficiente energía a la condición humana? Yo diría que esta perversidad intrínseca ya domina todo el mundo occidental. 

El Catecismo extrae su autoridad para enseñarnos estas cuestiones de las Sagradas Escrituras. Así pues, remitiéndose a nuestros fundamentos es como nos habla la revelación divina sobre la misteriosa culminación de la historia, el mega-clímax llamado Apocalipsis, profetizado en el libro del Apocalipsis y en otros libros del Nuevo y Antiguo Testamento.

En su primera carta, el apóstol san Juan dice, sencillamente, sin los matices teológicos a los que nos hemos tenido que acostumbrar en estos últimos años: «Hijos míos, es la última hora» (1 Jn 2, 18). 

Aquí está nuestro contexto, el marco conceptual en el que el tiempo del final debe ser considerado por cada generación de cristianos. Estamos viviendo en la última hora, y hemos estado viviendo en esta hora desde que Nuestro Señor ascendió al cielo. La historia que sigue es una espera de este retorno. Estos últimos dos mil años son los últimos días. En su segunda carta, el apóstol Pedro escribe: «Para el Señor un día es como mil años y mil años como un día» (2 Pe 3, 8). 

Jesús mismo nos habla del periodo culminante, en un futuro indefinido, en el que toda la humanidad será puesta a prueba por última vez. El capítulo 24 del Evangelio de Mateo es la parte más extensa del Evangelio en la que Él habla sobre lo que tiene que venir. No es sólo una descripción simbólica y, alternativamente, con más de un patrón unidimensional, una mera predicción lineal histórica de un futuro cercano. Es más bien una visión que contiene elementos de ambos y que se abre camino a través de su propio tiempo, y a través de las persecuciones de los tres primeros siglos de la Iglesia y más allá, atravesando toda la historia hasta su segunda venida. Él no es un pensador lineal. No es un hombre unidimensional. Él es Dios y hombre. 

***

Este fragmento ha sido extraído del libro El Apocalipsis (2019) de Michael D. O’Brien, publicado por Bibliotheca Homo Legens.

Este título y muchos más pueden adquirirse a un precio especial como parte de las ventajas exclusivas del Club del Libro, un servicio de suscripción por el que podrá conseguir hasta veinticuatro libros del catálogo de Bibliotheca Homo Legens —valorados hasta en 500 euros— al año, sin gastos de envío. Puede encontrar más información en https://homolegens.com/club-del-libro/.

      

Ayuda a Infovaticana a seguir informando

Comentarios
8 comentarios en “¿Estamos viviendo tiempos apocalípticos?
  1. Para los últimos tiempos, la doctrina católica anuncia una apostasía general que invade incluso la jerarquía eclesiastica. No podemos saber si esos tiempos ya han llegado, pero lo que sí es evidente, es que actualmente sufrimos una apostasía y que gran parte del episcopado ha sucumbido ante la impostura.
    Dice la Biblia que ya han venido muchos anticristos (1 Jn 2,18), y de hecho el nuevo orden mundial es una manifestación del anticristo. Y lo más lamentable, es que falsos profetas vestidos de obispos, enarbolan la bandera del mundo y están dañando la Iglesia.

      1. Vaya tenemos aquí al nuevo Arrabal, pero mas torpe, donde están los mineros del mineralismo, que no es minero, es milenio, deja de fumar porros hombre que haces el ridículo todos los días.

      2. El «mineralismo» (sic) parece que hace tiempo que ya ha llegado a su casa, que debe de estar toda llena de pedruscos, con alguno de los cuales se debió de golpear la cabeza usted y por eso se ha quedado así. Desde entonces sólo le ha quedado capacidad para trollear, teniendo que usar un babero para que, cuando finge esas espasmódicas risas enlatadas, no manche el suelo con las babas. ¡Qué lástima!

  2. Agradezco este artículo o escrito en el que queda patente la falsedad del milenarismo tan presente en muchos que para huir al menos mentalmente de la dolorosa situación de la Iglesia ( colapsada por agentes del maligno «disfrazados» de eclesiásticos) se refugian en conceptos ajenos a la Revelación de Dios en Jesucristo. Los tres puntos del Catecismo son fundamentales y ayudan a tener una recta comprensión de lo que estamos viviendo y de lo que está por venir. San Simeón y santa Ana nos ayuden con ello.

  3. Apariciones en El Escorial:
    04-12-1.982-(V. Maria)
    HA LLEGADO EL FIN DE LOS TIEMPOS, EL FIN DE LOS FINES, HIJOS MÍOS. Apresuraos a salvar almas, hijos míos, pedid por las almas consagradas.
    05-02-1.983-(V. Maria)
    Haced oración y sacrificio porque está próximo el juicio de las naciones. En cada nación se hará un pequeño juicio; y en aquellas naciones donde no hay piedad, ni amor, ni humildad, habrá grandes castigos, hija mía.
    02-07-1.983-(V. Maria)
    Satanás se ha apoderado de altos puestos para detener la marcha de los acontecimientos. Sí, también se ha metido en altas cumbres de la Iglesia para destruir las almas consagradas; se ha introducido en los cuerpos de hombres sabios para destruir la mayor parte de la humanidad.
    30-07-1.983-(V. Maria)
    El mundo se acaba, pero quiero que los hombres cambien, quiero que ordenéis vuestras vidas, hijos míos; se os dará un aviso y os veréis reflejada vuestra alma como en un espejo de lo que habéis sido durante toda vuestra existencia, hijos míos…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 caracteres disponibles