A diferencia del cardenal Omella, el vicesecretario de Asuntos Generales de la Conferencia Episcopal, Carlos López Segovia, compareció el lunes ante el Parlamento catalán.
López Segovia fue citado a declarar como testigo en la comisión de investigación montada por el Parlamento de Cataluña que investiga los casos de abusos en el seno de la Iglesia católica. Omella, que trató de justificar su ausencia, ha vuelto a ser citado a declarar para este viernes.
Por su parte, la mano derecha de García Magán en la CEE contó a los diputados presentes en la comisión que lleva 22 años de sacerdocio luchando contra «esta lacra» en referencia a los abusos sexuales.
Carlos López Segovia explicó en la comisión que «desde que me viera inmerso por derroteros de la vida en la investigación científico-técnica y jurídica de estos delitos, hace unos doce años aproximadamente, mi objetivo ha sido hacer todo lo posible, todo lo que estuviera en mi mano, por eliminar esta lacra en la Iglesia y en la sociedad».
El vicesecretario para Asuntos Generales de la Conferencia Episcopal Española reiteró «el dolor y la vergüenza que estos casos han causado a la Iglesia y las continuas peticiones de perdón que sus representantes han manifestado en reiteradas ocasiones, condenando este tipo de hechos hasta el extremo y dando una vital importancia a los efectos de este problema en la vida cotidiana de la Iglesia».
Tras su condena rotunda a los casos de abusos, López Segovia quiso «contextualizar este problema» a través de algunas cifras. El sacerdote jienense explicó que «en Cataluña existen unos 947 municipios, 10 circunscripciones territoriales diocesanas, entre un total de 72 que se integran en la Conferencia Episcopal Española». Además, «las diócesis catalanas se dividen a su vez en 2.103 parroquias, aproximadamente. A las anteriores hay que añadir un total de 1.125 entidades inscritas en el registro de entidades religiosas del Ministerio de la Presidencia».
«Todo ello hace un total aproximado de 3.238 entidades religiosas en Cataluña, 1.354 sacerdotes, 134 diáconos permanentes, 66 seminaristas, 52 monasterios, 542 monjas de clausura, 3.993 consagrados en Cataluña», declaró López Segovia.
Con esos datos, el vicesecretario de Asuntos Generales de la CEE subrayó que «según el informe del Defensor del Pueblo ha señalado unos 54 casos en las diócesis catalanas denunciados en un periodo de aproximadamente 100 años».
Formación y prevención
En ese sentido, explicó que «el objetivo principal de la Iglesia es evitar que se repitan estos delitos orientando su actuación también a la prevención y a la actuación. Pues bien, una sola víctima que hubiera existido, una sola, ya es más importante que todas las cifras».
Carlos López Segovia contó en la declaración ante la comisión que en «la Conferencia Episcopal Española se dieron varios pasos más en menos de un año. Se constituyeron oficinas en la práctica totalidad de las diócesis y en la gran mayoría de los institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica, que se dedican habitualmente a la pastoral juvenil e infantil».
«Sin ir más lejos, durante el año 2022 la Iglesia Católica impartió formación para la prevención y detección a 152.906 personas, de las cuales 2.724 eran sacerdotes, 3.932 eran monitores, 18.239 eran padres y madres, 21.195 eran profesores, 2.962 eran catequistas y 103.854 eran niños y adolescentes menores de edad. Estos datos los tienen en el informe para dar luz, recientemente actualizado en diciembre de 2023», detalló el sacerdote.
«Es por ello que siempre, desde mi experiencia, objetivamente la Iglesia figura entre las instituciones que más se han esforzado durante los últimos años, y no es la que más lo ha hecho, en avanzar en la lucha contra este tipo de delitos, reitero, en los ámbitos de la profesionalización, formación, detección, acompañamiento y actuación, constituyendo un ejemplo en el campo de la prevención, incluso para otras instituciones», aseguró López Segovia.
El vicesecretario de Asuntos Generales de la CEE ha narrado como la Iglesia ha tomado medidas canónicas «contra la impunidad» o «la eliminación de la prescripción en los casos más graves».
Para Carlos López Segovia, las medidas adoptadas durante estos últimos años «han tenido como fruto la reducción gradual y paulatina de los casos de abuso» aunque reconoce que «queda mucho por hacer».
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La jerarquía eclesiástica no tiene que venderse al circo mediático que han montado las izquierdas sobre la falsedad de la pederastia en el clero y religiosos.
En la Iglesia no hay abusos de forma institucional ni genérica, sino que sólo ha habido algún caso rarísimo y excepcionalísimo (no más que en otros ámbitos sociales), lo que no merece ni mención.
Los abusos de los que deberían alertar son los de Bergoglio y su tendencia a arrasar la doctrina católica. Un abuso de poder tiránico es la sodomita supplicans, y tener al pervertido Tucho al frente del Dicasterio más relevante lo dice todo. De esto no dicen nada, se apuntan a demonizar la iglesia con la pederastia, cuando hay más pederastas que tapan los de izquierdas, como el escándalo de Baleares y de esto no dicen nada.