Los sacerdotes de la catedral de San Francisco no bendecirán parejas homosexuales

Sacerdotes San Francisco Sacerdotes de la catedral de San Francisco
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Kevin Kennedy y Jerald Geronimo, los sacerdotes que se encargan de atender pastoralmente la catedral de San Francisco, han emitido una declaración «en conciencia» en la que manifiestan abiertamente que no bendecirán parejas irregulares.

Sobre la declaración Fiducia supplicans, ambos sacerdotes enfatizan que «si bien salvaguarda firmemente la enseñanza católica sobre el sacramento del matrimonio, esta misma declaración también otorga, bajo circunstancias estrictamente limitadas, permiso para que los sacerdotes bendigan a parejas en uniones irregulares, incluidas las parejas del mismo sexo». Reconocen que este texto aprobado por el Papa ha dado como resultado «una turbulenta tormenta de confusión y división ha envuelto a la Iglesia Católica».

Los dos sacerdotes confirman que el 21 de diciembre de 2023, el Arzobispo Cordileone envió una declaración a los sacerdotes de la Archidiócesis de San Francisco «que incluía ideas hermosas e inspiradoras sobre la naturaleza del desarrollo auténtico (a diferencia del falso) de la doctrina dentro de la Iglesia. También brindó cinco instrucciones para la implementación de la Fiducia Supplicans».

El mensaje que transmiten ambos sacerdotes a los feligreses es breve y claro: «ni yo ni el P. Gerónimo impartiremos bendiciones a las parejas en uniones irregulares, incluidas las parejas del mismo sexo». Justifican esta decisión «en una cuestión fundamental de conciencia, que es sagrada e inviolable (Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1776-1782). También se basa en un cuidadoso discernimiento y juicio pastoral con respecto al peligro de escándalo como se especifica en las instrucciones del Arzobispo».

«No hace falta decir que cualquier persona es más que bienvenida en cualquier momento para recibir una bendición sacerdotal. Esta ha sido siempre la práctica de la Iglesia», agregan en la nota.

Al mismo tiempo, ponen especial énfasis en que fueron ordenados sacerdotes «para servir a la misión de la Iglesia, que es la salvación de las almas. Hemos sido designados por el Arzobispo para proclamar fielmente el Evangelio en su plenitud, celebrar la Eucaristía con reverencia y belleza, administrar los sacramentos y garantizar una cálida bienvenida a quienes acuden a este espacio sagrado para desarrollar y profundizar su camino a Dios».

A modo de conclusión, recuerdan que «ambos estamos plenamente comprometidos a brindar atención pastoral al creciente número de personas que, en el sacramento de la Penitencia, reciben consejo, bendiciones, aliento, perdón y remisión de sus pecados y, como resultado, paz del alma».