En el Ángelus de este domingo, el Papa Francisco resumió el Evangelio en tres acciones: «buscar a Jesús, vivir con Jesús, anunciar a Jesús».
El Pontífice afirmó que «el Señor no quiere prosélitos, no quiere “seguidores” superficiales, el Señor quiere personas que se interroguen y se dejen interpelar por su Palabra».
El Obispo de Roma subrayó que los primeros discípulos «no buscaban noticias o informaciones sobre Dios, o señales o milagros, sino que deseaban encontrar al Mesías, hablar con Él, estar con Él, escucharlo».
Como es habitual, el Papa lanzó varias preguntas para la reflexión personal: «¿Cuándo encontré al Señor? ¿Cuándo el Señor tocó mi corazón? Y preguntémonos: ¿Somos todavía discípulos enamorados del Señor, buscamos al Señor o nos hemos acomodado en una fe hecha de costumbres? ¿Vivimos con Él en la oración, sabemos estar en silencio con Él?»
Les ofrecemos las palabra completas del Papa durante el Ángelus:
Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz domingo!
El Evangelio hoy nos presenta el encuentro de Jesús con los primeros discípulos (cf. Jn 1,35-42). Esta escena nos invita a hacer memoria de nuestro primer encuentro con Jesús. Cada uno de nosotros ha tenido un primer encuentro con Jesús; de niño, de adolescente, de joven, de adulto, adulta… ¿Cuándo encontré a Jesús por primera vez? Podemos hacer un poco de memoria y después de este pensamiento, este recuerdo, renovar la alegría de seguirlo y preguntarnos: ¿Qué significa ser discípulos de Jesús? Según el Evangelio de hoy podemos tomar tres palabras: buscar a Jesús, vivir con Jesús, anunciar a Jesús.
En primer lugar, buscar. Dos discípulos, gracias al testimonio del Bautista, comenzaron a seguir a Jesús y Él, «al ver que lo seguían, les pregunta: “¿Qué buscáis?”» (v. 38). Son las primeras palabras que Jesús les dirige: ante todo les invita a mirar en su interior, a interrogarse sobre los deseos que llevan en el corazón. “¿Qué estás buscando?”. El Señor no quiere prosélitos, no quiere “seguidores” superficiales, el Señor quiere personas que se interroguen y se dejen interpelar por su Palabra. Por lo tanto, para ser discípulos de Jesús es necesario ante todo buscarlo, tener un corazón abierto, en búsqueda, no un corazón saciado o conforme.
¿Qué buscaban los primeros discípulos? Lo vemos a través del segundo verbo: vivir. Ellos no buscaban noticias o informaciones sobre Dios, o señales o milagros, sino que deseaban encontrar al Mesías, hablar con Él, estar con Él, escucharlo. La primera pregunta que hacen, ¿cuál es?: «¿Dónde vives?» (v. 38). Y Cristo les invita a estar con Él: «Venid y veréis» (v. 39). Estar con Él, quedarse con Él, esto es lo más importante para el discípulo del Señor. La fe, en suma, no es una teoría, no, es un encuentro, es ir a ver dónde vive el Señor y habitar con Él. Encontrar al Señor y habitar con Él.
Buscar, vivir y, finalmente, anunciar. Los discípulos buscaban a Jesús, después fueron con Él y estuvieron toda la tarde con Él. Y ahora, anunciar. Vuelven y anuncian. Buscar, vivir, anunciar. ¿Yo busco a Jesús? ¿Vivo en Jesús? ¿Tengo el valor de anunciar a Jesús? Ese primer encuentro con Jesús fue una experiencia tan fuerte que los discípulos recordaron para siempre la hora: «era como la hora décima» (v. 39). Esto muestra la fuerza de ese encuentro. Y sus corazones estaban tan llenos de alegría que sintieron inmediatamente la necesidad de comunicar el don recibido. De hecho, uno de los dos, Andrés, se apresura a compartirlo con su hermano, Pedro y lo lleva al Señor. Buscar al Señor, estar con Él.
Hermanos y hermanas, también nosotros hoy hagamos memoria de nuestro primer encuentro con el Señor. Cada uno de nosotros ha tenido un primer encuentro, tanto en familia como fuera… ¿Cuándo encontré al Señor? ¿Cuándo el Señor tocó mi corazón? Y preguntémonos: ¿Somos todavía discípulos enamorados del Señor, buscamos al Señor o nos hemos acomodado en una fe hecha de costumbres? ¿Vivimos con Él en la oración, sabemos estar en silencio con Él? ¿Yo sé vivir en oración con el Señor, estar en silencio con Él? Y después, ¿sentimos el deseo de compartir, de anunciar esta belleza del encuentro con el Señor?
Que María Santísima, la primera discípula de Jesús, nos conceda el deseo de buscarlo, de estar con Él y de anunciarlo.
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Después del Ángelus
Dirijo mi saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos procedentes de Italia y de tantas partes del mundo. En particular, saludo a los miembros de la Hermandad Sacramental de Nuestra Señora de los Remedios, de Villarrasa (España).
No nos olvidemos de rezar por las víctimas del derrumbe que se ha producido en Colombia, que ha provocado numerosas víctimas.
Y no olvidemos a quienes sufren la crueldad de la guerra en tantas partes del mundo, especialmente en Ucrania, en Palestina y en Israel. Al inicio del año intercambiamos los deseos de paz, pero las armas han continuado matando y destruyendo. Recemos para que quienes tienen poder en estos conflictos reflexionen sobre el hecho de que la guerra no es la vía para resolverlos, porque siembra muerte entre los civiles y destruye ciudades e infraestructuras. En otras palabras, hoy la guerra es en sí misma un crimen contra la humanidad. No olvidemos esto: la guerra es en sí misma un crimen contra la humanidad. ¡Los pueblos necesitan paz! ¡El mundo necesita paz! He escuchado, hace unos minutos, en el programa “A Sua Immagine”, al padre Faltas, Vicario de la Custodia de Tierra Santa en Jerusalén: él hablaba de educar para la paz. Debemos educar para la paz. Se ve que todavía no estamos – toda la humanidad – educados para detener todas las guerras. Recemos siempre por esta gracia: educar para la paz.
Os deseo a todos vosotros un feliz domingo. por favor, no os olvidéis de rezar por mí. Buen almuerzo y hasta pronto.
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Francisco debería presentar la renuncia, porque no deja de contradecir la doctrina católica.
Cristo manda hacer proselitismo al decir: «Id y predicad el Evangelio a todos los hombres…El que crea y se bautice se salvará, el que no crea será condenado.» (Mc 16,15,).
Por tanto o secundamos a Cristo o en cambio secundamos a Francisco. No podemos seguir a los dos a la vez.
Y en el Evangelio de San Mateo está más claro todavía: «Id y haced discípulos» (Mt 28,19)
Y como la RAE define prosélito como «persona incorporada a una religión» y lo pone como sinónimo de «discípulo», está claro que Cristo manda hacer prosélitos.
Con lo que se demuestra que Francisco contradice la enseñanza de la Biblia y de la Iglesia.
«El Señor no quiere prosélitos, no quiere “seguidores” superficiales, el Señor quiere personas que se interroguen y se dejen interpelar por su Palabra».
En conclusión: Nicolás, uno de los siete diáconos, entonces, era un espía o infiltrado, ya que en Los Hechos de los apóstoles, se nos dice que era un prosélito.
Hablando con dos ateos (gente buena), he sentido que al menos ellos tienen una cosa envidiable: que estan libres de aguantar a ciertas personas desagradables y liantes, que a los demás nos torturan y amargan la vida la vida.
«dos ateos (gente buena)»
Eso es un oxímoron, por más que la decadente sociedad actual considere que todo el mundo es bueno salvo que robe, mate y poco más.
Catholicvs, si yo te digo que son buena gente , hazme caso. Bastante problema tiene cualquier persona con carecer de la fé en nuestro Señor. Que son buenos, no le des más vueltas. Además, sin pisar una iglesia, te hablo de personas que buscan el bien y la honradez en lo que hacen. Amigo, yo no soy buenista ni creo en pamplinas, pero hay mucho que reflexionar y mucho que rezar.
«si yo te digo que son buena gente , hazme caso»
Precisamente: le hago caso y creo lo que usted dice de esas personas. Son ateos, ¿no? Ergo…
«Bastante problema tiene cualquier persona con carecer de la fé en nuestro Señori
La Palabra de Dios afirma, literalmente, que esas personas son «inexcusables» (lea Rom 1,18-32). Por lo que, sí: tienen un grave problema.
«te hablo de personas que buscan el bien…»
Si están buscando a Dios, entonces van por buen camino. En caso contrario, su impiedad no tiene nada que ver con el bien. Al contrario: se la opone.
«hay mucho que reflexionar y mucho que rezar»
Ellos tienen mucho que reflexionar. Y nosotros rezar por ellos, para que se conviertan.
Catholicvs te agradezco mucho tu opinión. Me ayuda.
Veo que me dejo llevar de buenos sentimientos y cosas buenas, pero en el fondo llevas razón.
Lo que dice Francisco no es de él. Es la actitud de una gran parte de los Jesuitas. Tengo más de 20 años conociendo a unas religiosas seguidoras de Ignacio de Loyola y en 20 años no han preparado a niños y niñas primera comunión por solo decirle algo.
Y agregaría a sus acertadas citas de la Escritura a Rm 10,17:
«La fe viene del OIR, y el OIR DE LA PALABRA DE CRISTO».
El que no quiere prosélitos es él.
El tirano tiraniza. Pero además miente suplantando al mismo Dios.
» El Señor no quiere prosélitos, seguidores «superficiales «….para ser discipulos de Jesús es necesario tener un corazón abierto , en búsqueda, no un corazón saciado o conforme».
A mí este discurso me parece una crítica enmascarada a la Tradición y al Magisterio perenne de la Iglesia.
Un corazón abierto al Evangelio, a las enseñanzas de Jesucristo y sus apóstoles, no al mundo y a sus ideologías diabólicas y destructivas del hombre como las que imperan actualmente en nuestra sociedad y a las que Bergoglio es tan sensible en buena parte : el cambio del orden mundial, la agenda 2030, el cambio climático, el ecologismo …
Por el contrario, yo interpreto que la falta de conformidad de la que habla el Pontífice implica huir del complacismo, de creernos mejores que los demás, y practicar una virtud tan cristiana como la humildad.
Prosélitos es una crítica a la imposición, que os guste o no, ha existido en la Iglesia. Evangelizar, hacer seguidores de Jesús es el mandato de Cristo pero con la fuerza de la fe y de la razón, que como decía Benedicto XVI pueden y deben ir unidas, no imponiendo nada. Eso no significa que no se desee la conversión del otro, por el contrario, nuestro tesoro en vasijas de barro es tan grande que debe ser repartido por todo el mundo. Pero respetemos la libertad humana, como hace Dios y la Escritura da cumplida cuenta de ello.
Un cordial saludo,
Y luego, si después del augusto sermón aún queda tiempo, buscamos a ver qué significa «prosélito», ¿verdad…?
Puede que se haya producido un error y en el Vaticano se haya difundido el falso rumor de que un prosélito es un sujeto que lleva en el maletero de su coche varios fusiles, ametralladoras y bombas de mano para ser utilizadas al más mínimo contratiempo. Habría que iniciar una campaña aclaratoria en la Ciudad del Vaticano con carácter urgente.
Solo falsedades, tergiversaciones, deseos expresados como verdades. Un espíritu falso, lo juzga Joubert, Jesuita como él, pero amante de la verdad:
“Espíritus falsos son aquellos que no tienen el sentimiento de lo verdadero, y sí sus definiciones; que miran en su cerebro, en lugar de mirar lo que tienen ante sus ojos; que, en sus deliberaciones, consultan las ideas que tienen de las cosas, y no las cosas mismas.” Jouber
Con esas ideas contrarias a la fe católica que tiene, de pensar que Dios «quiere» las religiones falsas o que cualquiera puede salvarse fuera de la Iglesia, no sorprende que Francisco contradiga a Cristo en su mandato de hacer prosélitos (que no es opcional), sino incluso que demonice, no sólo el hecho, sino incluso el propio término. Sin embargo, la Palabra de Dios emplea el propio término «proselito» (que designa a aquel que se ha convertido mediante la predicación de la Palabra y la exhortación de los apóstoles, a imitación de Cristo: «Convertíos y creed en el Evangelio»), en la narración de la ordenación de diáconos por parte de los Apóstoles:
«…eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Pármenas y a Nicolas, PROSÉLITO antioqueno; los cuales fueron presentados a los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos» (Hch 6,5-6).
El Señor sí quiere prosélitos.
Ciertamente, el Señor no quiere prosélitos… de la Pachamama, de la bendición al pecado sodomita y adúltero, de la aceptación del comunismo, de la Agenda 2030, del timo climático, del ecologismo, del sincretismo, de la invasión de ilegales en los países, de la leyenda negra antiespañola, del lobby LGTB y feminismo radical y de ideología de género…
El Señor no quiere prosélitos del maligno…
Muy bueno, Aliseya! ! ! Coincido plenamente!
Pues en el Nuevo Testamento encuentro más prosélitos que obispos de Roma, figúrese usted…
Otro disparate cansino bergogliano. Si Jesucristo no hubiera tenido prosélitos no habría cumplido su misión, es decir, no hubiera fundado la Iglesia. Basta ya de tonterías.
Francisco, gracias por manifestar de manera pública y clara tus opiniones absurdas y contradictorias.
Porque sabiendo lo que tú haces y piensas, sabremos ipso facto lo que no debemos hacer ni pensar.
Ejemplo claro: Tú dices que no hay que hacer proselitismo= HAY que hacer proselitismo/ URGE hacer proselitismo (las dos son convalidables).
«El Señor no quier prosélitos» = el Señor exige que los haya.
Así que… ¿gracias? O mejor, gracias a Dios por hacernos ver cómo debemos obrar.
¿El Señor no quiere prosélitos?…. ¿Cómo lo sabe?