El Papa recibe en el Vaticano a un grupo marxista/comunista y se ‘olvida’ de condenar las dictaduras comunistas

El Papa Francisco con los representantes del grupo DIALOP. El Papa Francisco con los representantes del grupo DIALOP
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El Papa Francisco ha recibido esta mañana a los representantes de DIALOP, «una iniciativa nacida en 2014 entre socialistas y cristianos para una ética social común y una ecología integral» de corte marxista.

Según Vatican News, «se trata de un proyecto de diálogo entre socialistas/marxistas, comunistas y cristianos destinado a formular una ética social común que pueda proponerse como una nueva narrativa para una Europa en busca de identidad, con una ecología integral entre la Doctrina Social de la Iglesia y la crítica social marxista en su centro».

La iniciativa nació en el 2014 tras un encuentro entre el propio Papa Francisco y Alexis Tsipras, entonces presidente del partido ultraizquierdista Syriza y luego primer ministro griego desde el 2015, Walter Baier, presidente del Partido de la Izquierda Europea, y Franz Kronreif, del Movimiento de los Focolares (ambos presentes hoy en la audiencia).

Condena el nazismo pero no el comunismo

En su discurso a este grupo marxista/comunista Francisco ha alabado que los representantes de DIALOP estén comprometidos desde hace muchos años «con la promoción del bien común a través del diálogo entre socialistas/marxistas y cristianos. ¡Un gran programa!»

«Hoy, en un mundo dividido por las guerras y la polarización, corremos el riesgo de perder la capacidad de soñar. Pero los argentinos decimos: «no te arrugues», expresión que significa “no te contengas”. Y esta es la invitación que también os hago a vosotros: no os detengáis, no os rindáis, no dejéis de soñar con un mundo mejor», les dijo el Pontífice.

El Papa les comunicó que «es en la imaginación donde la inteligencia, la intuición, la experiencia y la memoria histórica se encuentran para crear, aventurarse y arriesgarse». «En este sentido, quisiera recomendar tres actitudes que creo válidas para vuestro compromiso: la valentía de romper moldes, la atención a los débiles y la promoción de la legalidad», dijo el Obispo de Roma.

El Papa les animó a «tener el coraje de romper moldes para abrirse, en el diálogo, a nuevos caminos. En una época marcada en varios niveles por conflictos y divisiones, no perdamos de vista lo que aún se puede hacer para revertir la tendencia. Frente a los enfoques rígidos que separan, cultivamos el debate y la escucha con el corazón abierto, sin excluir a nadie, a nivel político, social y religioso, para que la contribución de todos pueda, en su particularidad concreta, ser acogida positivamente en los procesos de cambio para al que está ligado nuestro futuro».

En segundo lugar, les animó a prestar atención a los débiles. En este apartado, el Papa habla de que «la medida de una civilización se puede ver en cómo se trata a los más vulnerables -no olvidemos que las grandes dictaduras, pensemos en el nazismo, descartaron a los vulnerables, los mataron, los descartaron-: los pobres, los desempleados, los sin techo, los inmigrantes, los explotados y todos aquellos que la cultura del descarte transforma en desperdicio». Curiosamente, ni una palabra de condena a la terrible dictadura comunista de Stalin.

En tercer lugar, les pidió fomentar la legalidad. «Lo que hemos dicho hasta ahora implica un compromiso de combatir el flagelo de la corrupción, el abuso de poder y la ilegalidad. De hecho, sólo a través de la honestidad se pueden establecer relaciones sanas y podemos cooperar con confianza y eficacia en la construcción de un futuro mejor».

El Papa concluyó su discurso a este grupo de marxistas y comunistas sin decir una palabra de condena contra esas ideologías perversas que tanto daño han hecho en las últimas décadas de la historia.