El P. Ángel sale en apoyo del cardenal Osoro

Osoro y Padre Ángel
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Un miembro de la Comunidad de Lanceros ha contado que el P. Ángel ha tenido que salir en ayuda del cardenal Osoro ante la situación de aparente abandono y dejadez en la que está.

Tenemos que aclarar que, desde que se formó esta Comunidad de intercambio de información, la Comunidad de Lanceros, la mayoría de sus miembros hemos sido críticos con el tiempo en el que el cardenal Osoro ha sido arzobispo de Madrid. Una diócesis que le venía grande y en la que no se supo rodear de los mejores consejeros. Eso no quita para que, una vez que el papa le dejara en la estacada, y no fue el único, según va diciendo Osoro a quien le quiera escuchar, cosa de la que se lamenta el emérito madrileño en todas sus conversaciones, la diócesis ponga todos los medios para su cuidado. 

No basta con un piso que es, según otro miembro de la Comunidad de Lanceros que ha tenido la oportunidad de visitarlo, a todas luces insuficiente por la precipitación con la que se preparó y por la escasa visión de lo que iba a necesitar Osoro cuando se jubilara. Sobre todo por las condiciones personales y psicológicas en la que lo hacía.  Otro miembro de la Comunidad aporta la idea de que Osoro no es fácil en la intimidad y que, al sentirse traicionado por los que antes le daban palmas, no acepta de buenas a primeras a alguien a su lado. 

La decisión de que el sacerdote Andrés Ramos Castro, un viejo conocido de estas páginas, haya sido designado como secretario personal de Osoro es como decir que Osoro se pasa sólo todo el tiempo del día. Por eso no es la primera vez que se le ve paseando sólo por el Palacio Real y los Jardines del Moro. Todo el mundo sabe en Madrid que Ramos Castro es un hombre de muchas cualidades y fidelidades, responsable de la pastoral universitaria, capellán del Colegio Mayor San Pablo, responsable de las relaciones institucionales de la diócesis de Madrid, capellán de no se sabe cuántas asociaciones de buenos amiguetes, hermandades y cofradías. Vamos, todo el tiempo del mundo para dedicar al cardenal Osoro y a sus deslices. Otro miembro de la Comunidad insiste en que el problema de Osoro, cuya medicación parece que está haciendo sus buenos efectos, no es sólo la depresión sino el principio de otra enfermedad degenerativa.  

Cómo habrá visto el P. Ángel la situación de Osoro que ha dado instrucciones a su entorno inmediato de que se le ponga un chófer y que se le facilite o necesario, la comida diaria si se tercia. Da la casualidad de que, según otro miembro de la Comunidad de Lanceros, ese chófer que le ha puesto el P. Ángel a Osoro es el que ya lo era como arzobispo de Madrid, Óscar, a quien Cobo dio el boleto nada más tomar posesión de la diócesis. Se podrán decir muchas cosas del P. Ángel, de su bufanda roja, de sus amistades, de lo que financia, pero lo que no se puede negar es que no se olvida de quién le cedió la Iglesia de San Antón y le permitió lo que no estaba escrito. 

 

Diego Lanzas